El Gobierno reconoce que sólo con paritarias bajas podrá llegar a la meta de inflación del 15%

El Gobierno reconoce que sólo con paritarias bajas podrá llegar a la meta de inflación del 15%

En la Rosada apuestan a esquivar a la CGT y negociar gremio por gremio

 

A fin de condicionar a los gremios en la discusión paritaria de este año, desde el Poder Ejecutivo nacional apuntarán a que sólo con congelamiento de salarios en algunos casos, y aumentos magros y quita de la cláusula gatillo en otros será posible llegar a la meta de inflación del 15%.

En sintonía con la recomendación que ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) planteó al Gobierno argentino sobre que sólo con "moderación salarial" es posible bajar la inflación; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, señaló en una entrevista concedida al diario La Nación: "Si pudiéramos ir quitándonos de encima la cláusula gatillo sería más fácil el proceso de desinflación".

La razón principal para contener los incrementos salariales responde básicamente a dos cuestiones. Por un lado, varias consultoras privadas, economistas y hasta algunos integrantes de la alianza Cambiemos sostienen que no será posible cumplir con la meta de inflación del 15% que anunciaron desde la cartera de Hacienda en diciembre pasado. La expectativa oficial es que si se mantiene a raya la suba de sueldos será más fácil hacer realidad esa promesa. Y por otro lado, hay "un reclamo muy fuerte" desde el empresariado para tener "salarios a la baja", según fuentes del ministerio de Trabajo.

Sin embargo, la voz que más resonó dentro de la Casa Rosada es la del director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, que manifestó que en la Argentina "la inflación seguiría retrocediendo, suponiendo que haya una moderación salarial".

Uno de los funcionarios que tendrá que convencer a los sindicatos de esta idea es el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, apenas regrese de sus vacaciones el lunes próximo. A diferencia de otras veces, que en Balcarce 50 buscaban contar con la anuencia del triunvirato de la CGT, esta vez todos los esfuerzos estarán puestos en sentarse a conversar "gremio por gremio" para fijar una pauta salarial de 15%.

"La CGT está dividida así que no hay nada que hablar con ella y menos después de que habíamos acordado la reforma laboral y luego se echaron para atrás. En lugar de llamar a un teléfono, tendremos que llamar a quinientos", apuntó una fuente cercana a Triaca.

La gran apuesta del gobierno es acelerar la definición de la negociación salarial de Comercio, que lidera Armando Cavalieri, de buen diálogo con el oficialismo. De ese modo, se ilusionan con que podrán imponer un techo a las paritarias. También están a la espera de cómo funcionará el congelamiento salarial en la TV Pública, en caso de que logren aplicarlo como se propuso desde la dirección de Radio y Televisión Argentina (RTA).

Desde el círculo más cercano al presidente Mauricio Macri no desconocen que la pulseada salarial se desarrollará en un escenario complejo, signado por el enfrentamiento con algunos sectores de la CGT, Hugo y Pablo Moyano, y la Corriente Federal que lidera el dirigente bancario Sergio Palazzo, no sólo por la intención de condicionar la paritaria sino también por impulsar la reforma laboral. Además, desde el sindicalismo existe la fuerte sospecha de que el Ejecutivo nacional está detrás de las múltiples causas judiciales que se abrieron en contra de algunos referentes gremiales. Como si fuera poco, Triaca -el principal interlocutor con los sindicatos- carga sobre sus espaldas con la sospecha de haber tenido en negro a una empleada, Sandra Heredia, a la que a su vez designó en el Sindicato de Obreros Marítimos Organizados (SOMU), intervenido desde el 18 de febrero de 2016 por orden del juez Rodolfo Canicoba Corral.

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