En el marco de la semana de protesta convocada por ATE y la CTA Autónoma, agrupaciones de izquierda y sindicales marcharon desde el Obelisco hasta el Congreso. La policía reprimió con gases y bastonazos y detuvo a un minero despedido.
La Plaza del Congreso fue otra vez escenario de manifestaciones de desocupados. Ayer juntó a dos extremos de los trabajadores en crisis: los que vienen de ser despedidos y están en conflicto por su reincorporación –en el INTI, el Hospital Posadas, la mina de Río de Turbio, Fanazul– y los cooperativistas de la economía social, que montaron una feria para mostrarle al Gobierno –con el que están en un nuevo tironeo por los planes sociales– su capacidad de producir.
La policía estrenó el día con bastonazos y gases contra una columna de despedidos que, mientras se armaban los puestos del feriazo, se habían juntado en el Obelisco para marchar hasta el Congreso. Los manifestantes lograron llegar ilesos hasta el cruce de la 9 de Julio y Avenida de Mayo, pero en el lugar, tras quedar cara a cara con una barrera de policías, hubo forcejeos y empujones hasta que los efectivos tiraron gas pimienta y se llevaron detenido a un minero. En medio de los incidentes, lo metieron dentro de una Traffic y lo llevaron a la comisaría 4ª.
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“Veníamos marchando pacíficamente, no entendemos por qué actuaron de esa forma, nos comenzaron a agredir: se ponían cuerpo a cuerpo y nos pegaban con los escudos, hasta que en un momento quisieron agarrar a nuestro secretario adjunto, Cristian Gordillo. El compañero Uribe estaba cerca y se lo llevaron a él” contó a PáginaI12 Iván Zurita, del Yacimiento de Río Turbio. Al delegado no le quedaron dudas de que todo fue una provocación.
Tampoco a Natalia González, diputada del FIT, que venía con la marcha. “Dijeron que los trabajadores los habían provocado, pero yo vi cómo fue todo y la iniciativa la tomó la policía, de hecho hay policías de civil que han cazado al trabajador”, denunció. Zurita añadió que uno de los jefes del operativo los azuzaba diciendo: “Si desconcentran, se lo devolvemos”. No hubo heridos graves, pero sí golpeados y descompuestos por el gas en la cara.
La jornada se hizo en el marco de una semana de acampe frente al Congreso convocada por ATE Nacional y su sector de CTA Autónoma. La izquierda partidaria, el Polo Obrero, el PTS, el MST, junto a cuerpos de delegados y comisiones de base hicieron la marcha, y los llamados movimientos de San Cayetano (CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa), con otros movimientos sociales, armaron el feriazo.
Johanna, de 34 años, llegó desde oeste. Vive en el conurbano, en San Martín, donde armó un emprendimiento que da trabajo a dos familias. Fabrican bolsas de residuos. “Mi esposo está en otro emprendimiento de recuperación de plástico. Él lo recupera, lo lava, lo muele y lo vende a una fábrica. En esa Pyme tienen una máquina que derrite el plástico y lo transforman en bobinas. En mi emprendimiento compramos esas bobinas, a veces con dinero, a veces con canje, y en mi casa, con una máquina manual, hacemos las bolsas de consorcio”, explicó.
Llevan dos años con el emprendimiento, “aunque al principio empezábamos y dejábamos porque no sabíamos cómo hacerlo funcionar”. Ahora ya es una fuente de ingresos. “No digo que vivimos de esto, pero cuando la economía ajusta, nos sirve para pagar la comida y la luz. Salimos casa por casa, lo ofrecemos también a los supermercados”.
En su familia conocieron otros tiempos: el marido tuvo trabajo hasta hace cinco años en una fábrica. “Y antes en otros lados”, añade Johanna. Pero de inmediato aclara que “ese blanco es siempre en realidad un trabajo informal, porque las horas extras no se pagan y cuando uno quiere reclamar algo lo despiden”. Su emprendimiento es parte de la Organización Libres del Pueblo. “En la OLP nos centramos en la capacitación, para llegar a tener un futuro.”
En otros puestos había productos de huertas, textiles, panificadoras, herrería, bloques para la construcción, recuperación de residuos, estampados con diseño, carpintería, artículos de cartón reciclado. Algunos de desarrollo sorprendente, como la fabricación de aberturas de aluminio, de la cooperativa Juventud por siempre, de Parque Patricios. “Hoy levantamos muchos pedidos”, contó Sabrina Gómez, de 24 años. Aprendieron a trabajar con un compañero que los capacitó.
Las cooperativas con más ventas fueron las de quinteros, que armaron grandes bolsas de verduras a 30 pesos. Esto pudo haber dado una imagen errada de prosperidad. Leonela Orozco y Alejandra Villalba, del Movimiento de Trabajadores y Excluidos del barrio Abasto, contaron que en el corredor de quintas que bordea la ciudad de La Plata la producción se está haciendo insostenible. “El arrendamiento de la tierra pasó de 4 mil a 7 u 8 mil pesos en seis meses. Pagábamos mil pesos de luz y hoy nos están llegando boletas de 18 mil, porque usamos una bomba para regar... son facturas impagables. Las quintas están quebrando, y eso que trabajamos todo el día, desde la mañana hasta la noche, paramos sólo para llevar los chicos al colegio y darles de comer”.
En un quinta prestada en San Miguel, Stella Maris Acosta y Cristina Villanueva, de la CTEP, sostienen otro polo productivo. “Tenemos una bloquera, una carpintería, damos de comer a 300 chicos de lunes a viernes, armamos un centro Fines –de terminalidad de la escuela primaria y secundaria– con enseñanza de oficios... y ahora el Gobierno nos manda a estudiar para seguir cobrando planes de 4600 pesos, como quien dice que el problema que tenemos es que no hacemos nada en todo el día”, plantearon. “Nosotras no nos oponemos al estudio, estamos yendo a estudiar, pero yo le pregunto a (Mauricio) Macri, ¿de verdad cree que el problema es que no estamos suficientemente capacitadas para el trabajo?”.
Desde un escenario montado sobre el trailer de un camión, los dirigentes de las organizaciones sociales pidieron al Estado una respuesta de fondo para crear trabajo: que destine el 25 por ciento de la obra pública y el 25 del compre social a las cooperativas.
Frente a las escalinatas del Congreso hubo otro acto con los afectados de la economía formal, entre ellos los estatales de ATE –que ayer cumplieron un paro nacional–, los despedidos del INTI –que llevan 75 días de conflicto con 258 cesantes–, trabajadores del Hospital Posadas y mineros de Río Turbio. “Hay una multiplicidad de conflictos en todo el país. Conflictos dolorosos, pero que enfrentamos con la dignidad de un pueblo que defiende sus derechos”, dijo desde el escenario el titular de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy, sobre el cierre. “Acá estamos los que desde la debilidad seguimos resistiendo”, apuntó el adjunto de la CTA Autónoma, Ricardo Peidro. Pasaban las tres de la tarde y, terminados los discursos, los manifestantes se quedaron en la plaza un poco más, hasta que estuvo confirmado que el minero Uribe, asistido por los abogados, había sido liberado.
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