El acuerdo social ya genera desacuerdos

El acuerdo social ya genera desacuerdos

Empresarios, sindicalistas y políticos coincidieron en la necesidad de buscar consensos, pero surgieron diferencias sobre cómo se llegó a esta crisis y cuál debería ser la salida.

 

La necesidad de encontrar acuerdos fue compartida por empresarios, sindicalistas y políticos ante la situación económica crítica que atraviesa el país, pero surgieron diferencias sobre cómo se llegó a esta crisis y cuál debería ser la salida. Así se vio reflejado durante la apertura del Coloquio de IDEA en Mar del Plata. El primer panel del miércoles por la noche se llamó “Un sólo país: pensándonos como parte de lo mismo”, y compartieron escenario el sindicalista Héctor Daer, secretario general de la CGT, el ejecutivo Miguel Blanco, director general de Swiss Medical Group, Graciela Fernández Meijide, actual presidenta del Club Político Argentino, y el periodista Jonatan Viale, quién moderó la mesa.

Desde el escenario y frente a más de 1000 ejecutivos, Daer dijo que es fundamental alcanzar un acuerdo social por la situación “límite” que vive el país. “Los trabajadores estamos dispuestos a sentarnos en mesas que junten a lo público con lo privado. Los convoco a los empresarios y les digo que vamos a aportar”, aseguró, y se refirió al llamado que realiza Alberto Fernández, candidato a presidente del Frente de Todos: “Tenemos la suerte de que quien más posibilidades tiene de gobernar, tiene la voluntad política de sentar a empresarios y sindicalistas”.

El sindicalista se encargó en todo momento de aclarar que mirará hacia el futuro para dejar de lado las rispideces del pasado. “Hace 4 años estuve sentado acá en una mesa y cuando alguien criticó al Gobierno anterior, hubo una ovación impresionante. Con el diario del lunes, puedo decir que al 90 por ciento les fue peor, tanto a los trabajadores como a las empresas, por lo que hay que dejar de mirar por el espejo retrovisor para juntar prejuicios, y empezar a mirar hacia adelante”.

Sobre los detalles del pacto, fue contundente: “No banalicemos un acuerdo social en precios y salarios”. Dijo que lo que hay que debatir es cómo el país va a desarrollarse, generar riqueza, mejorar la salud y la educación, y terminar con la pobreza. “Íbamos rumbo a un país primarizado, lo que hay que poner en debate es si queremos desarrollarnos e invertir en ciencia y tecnología, como hacen los países a los que les va mejor”.

El llamado al acuerdo que realizó el líder de la CGT fue apoyado por quienes lo acompañaban en el escenario: Meijide y el ejecutivo Miguel Blanco. “Lo que viene no es mejor ni peor, es inevitable”, dijo Meijide, y fue aplaudida por todo el auditorio. Por eso aseguró: “Llegar a un acuerdo es ceder un poco de cada uno, si todos piensan que tienen derechos adquiridos para siempre, sobre todo en dependencia del Estado, no hay acuerdo posible”. Por su parte, Blanco habló sobre el próximo Gobierno y dijo que “no hay margen para ser peor”. Y aseguró: “Los empresarios estamos dispuestos a participar del acuerdo y coincido con Daer que no tiene que ser sólo de precios y salarios”.

Sin embargo, las disidencias llegaron al dar más detalles sobre cómo sería este acuerdo social. El primer contrapunto fue relacionado a los impuestos. “Ahora quieren aumentar bienes personales y el impuesto a la herencia. ¿Es un poco mucho no?”, aseguró Blanco. Daer le contestó que es un tema que no va a cambiar de un día para el otro, por las urgencias que tiene el país, por lo que Blanco concluyó: “Soy consciente de que el Estado no puede ser desfinanciado de un día para el otro, pero hay que definir una tendencia a la baja”.

Daer habló con PáginaI12 y dijo que parte del discurso que dio fue conversado con Alberto Fernández, quien no asistirá al Coloquio. “Cuando me invitaron las autoridades de IDEA les dije que iba a ser difícil hablar de sindicalismo ante tantos empresarios, por lo que iba a hablar de política. Y Fernández me dijo que sigamos la línea del acuerdo, de consensuar que al país lo sacamos entre todos”. Sobre la ausencia del candidato, dijo que no pudo asistir porque “se está preparando para Gobernar”. Y concluyó: “Acá no hay nadie anti empresa, pero los que más van a tener que poner son los que más tienen y más ganan”.

Otra de las disidencias en el panel estuvo relacionada a las causas de los problemas que tiene Argentina. El ejecutivo de Swiss Medical Group dijo que las crisis se deben a los desequilibrios fiscales por el “incesante gasto público”, que conduce a “explosiones inflacionarias”. En diálogo con PáginasI12, el diputado José Ignacio “Vasco” de Mendiguren criticó este concepto. “Lo único que les escucho hablar es sobre el gasto y les pregunto: ¿Cuándo a su empresa le va mal, bajan los costos o piensan en cómo hacerla crecer?”, se preguntó. Y concluyó: “Lo que más me sorprende es ver a los empresarios sorprendidos por el fracaso económico, no se dan cuenta que las medidas tomadas eran como andar por la Ruta 2, ya sabés a dónde te lleva”.

Además de Daer, también habrá gremialistas en otros paneles. Este viernes compartirán escenario Javier Goñi de Ledesma, Daniel Herrero de Toyota, Gerardo Martínez de la Uocra, Hugo Yasky de la CTA y Sergio Palazzo de La Bancaria. Será una charla sobre sindicatos, empresas y los nuevos paradigmas del trabajo. El presidente de IDEA, Gastón Remy, en su discurso de apertura del miércoles por la noche, agradeció la presencia de los más de 1000 invitados que se encontraban en el auditorio, e hizo una especial referencia a los trabajadores, al mencionar que este año hay una “nutrida presencia”.

 

Remy enfatizó que gane quien gane la elección, el próximo Gobierno deberá “construir acuerdos reales que saquen adelante a Argentina”. Además, dijo que estarán dispuestos a “ceder y contribuir”. Más allá de la agenda y los reclamos que los empresarios le presentarán al próximo presidente, Remy enfatizó: “No estamos pidiendo que los impuestos se bajen mañana, sino empezar un diálogo”. El mismo Alberto Fernández había dicho semanas atrás luego de una reunión con industriales que la baja de impuestos sería difícil de aplicar en un contexto de alto déficit fiscal por los elevados intereses de deuda.

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