Alarmante: la recesión de este año llevó la desocupación a los mayores niveles en 12 años

Alarmante: la recesión de este año llevó la desocupación a los mayores niveles en 12 años

Un informe del centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores afirma que la tasa de 9,4 por ciento es la peor desde el 2006. En el conurbano bonaerense, que sufre la caída del empleo industrial, la cifra ya supera los 12 puntos. Los casos de Gaelle, Canale y Siam son ejemplos del drama de los despidos. Además, el trabajo alertó sobre el deterioro de la calidad del mercado laboral.

Diego Lanese.

Cuando llegaron a la puerta, los 20 despedidos de la fábrica Siam de Avellaneda esperaban poder ingresar. Un día antes, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, y debían poder volver a sus funciones. Pero la seguridad del lugar se los impidió. Y así, otra vez, a esperar en la vereda. La misma vereda de otra localidad, donde los empleados cesanteados de Gaelle reclaman el pago de lo adeudado por la empresa de calzado, que despidió a casi todo su personal y hoy se dedica a importar. Los trabajadores pusieron una carpa, como la que usan los despedidos de Canale, ahora custodios de los bienes de la firma, declarada por la justicia en quiebra. Los tres casos son parte del drama de los despidos en el país, que este año se intensificaron a tal punto que convirtieron la tasa de desempleo en la más alta de los últimos 12 años.

Así lo alerta un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA de los Trabajadores, que analizó las cifras del mercado laboral argentino en lo que va del año.

De mal en peor

Según la entidad, los datos muestran “una importante retracción en el número de puestos de trabajo como consecuencia de la recesión económica”, además de mostrar “una caída significativa en las remuneraciones y en los ingresos reales que indica un empeoramiento en las condiciones de vida”.

Los datos, que surgen de cifras del INDEC y otros organismos gubernamentales, se pueden confirmar en cada olla popular, en cada acampe, en cada marcha donde los desocupados reclaman soluciones s sus penurias.

Además, se confirma un síntoma de época: el mercado laboral nacional, cada vez más precarizado.

El informe de coyuntura de CIFRA analizó los datos del mercado laboral argentino, y se centró en los efectos de la crisis económica y la recesión en la destrucción del empleo.

“Olor” a 2001

En primer lugar, el trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical, confirma la suba de la tasa de desempleo, y la ubica a niveles de la salida de la crisis del 2001. “”En el 2° trimestre de 2018, último dato disponible, la tasa de desocupación fue del 9,6 por ciento, mientras que un año antes había sido de 8,7 por ciento.

El aumento de casi un punto porcentual equivale, si se hacen proyecciones a nivel nacional, a 240 mil desocupados, de modo que el número total de desocupados ya alcanzó prácticamente los dos millones”, aseguran el informe de CIFRA. Esta, agrega, no sólo es “la tasa de desocupación es la más alta desde la asunción de Macri”, sino que además es “del nivel de desempleo más alto de los últimos 12 años, y es sabido que la situación empeoró en los meses más recientes”.

Mujeres y jóvenes, los más afectados

Dividida por sexos, la desocupación “creció entre las mujeres, que llegó a una tasa del 10,8 por ciento, lo que obedeció a “que su tasa de actividad creció sustantivamente más que la tasa de empleo”. En el caso de los varones, “la mayor desocupación (8,7 por ciento) fue resultado de una tasa de actividad mayor en conjunción con una leve disminución en la tasa de empleo”.

Dos datos claves sirven para entender este momento, y tienen que ver con la incidencia del desempleo en jóvenes y las zonas dónde más golpea. En el primer de los casos, el informe remarcó que la desocupación “es especialmente elevada para los más jóvenes: 21,5 por ciento para las mujeres de 14 a 29 años y 17, por ciento para los varones de esas mismas edades”.

“Para todos los jóvenes, el nivel de desempleo creció respecto del año previo y tiene diferencias muy significativas respecto de 2015”, describe el trabajo de CIFRA, que analiza que este fenómeno se vincula a “un mayor nivel de actividad, es decir, una mayor intención de participar del mercado laboral, ya sea que consigan o no un empleo. Este comportamiento suele asociarse con la necesidad de complementar los ingresos familiares”.

Entre las mujeres, “el aumento en la tasa de actividad más que duplicó al incremento en la tasa de empleo; entre los varones, fue simultáneo a una caída en esta tasa”. En tanto, volvió a crecer el desempleo en el conurbano bonaerense.

El GBA, con los peores números

En el cordón urbano más importante del país, la desocupación está varios puntos por encima de la media nacional. “El Gran Buenos Aires, un aglomerado especialmente golpeado por la pérdida de empleos industriales, continúa destacándose por su mayor tasa de desocupación: 11,4 por ciento en todo el GBA y 12,4 por ciento en el conurbano bonaerense, excluyendo a la Ciudad de Buenos Aires”.

Otros cuatro aglomerados mostraron tasas por encima de los dos dígitos: Salta, Córdoba, Rawson-Trelew y Santa Rosa.

Los datos del conurbano se pueden ver en una breve recorrida por los distritos, que sufren cada día la destrucción del empleo.

En este punto, los constantes despidos incluyen en los conflictos, ya que comienza a generarse el miedo a perder el trabajo como factor a tener en cuenta en los conflictos.

Miedo en aumento

“Muchos tienen miedo de quedar en la calle, y entonces permiten que las empresas no cumplan con algunas de sus obligaciones”, dijo un dirigente del neumático hace unos días, cuando se paralizó la planta de Firestone de Llavallol.

El dirigente admitió que “la fragmentación y este miedo favorecen los despidos”. Lo mismo sucede con el perfil del Ministerio de Trabajo, ahora convertido en secretaría. En la gestión de Mauricio Macri, se invirtió “la carga de la prueba”.

“Pusieron al ministerio a favor de los empresarios, y dejaron indefensos a los trabajadores. Tienen una lógica distinta, creen que la riqueza la crean los empresarios, y la ayuda debe ir a eso. Eso fomenta estos números”, afirmaron desde la ex cartera laboral, ante la consulta de Gestión Sindical.

Los datos de CIFRA van de la mano de la caída de la actividad productiva industrial, que registró en septiembre un derrumbe del 7,7 por ciento en comparación con igual período de 2017 y la pérdida de empleos en el sector se aceleró en agosto, con una caída de 4.162 puestos respecto de julio, según un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA).

También baja la calificación del empleo

Otro dato que pone en relieve el informe es el deterioro de la calidad del empleo. “La composición de los ocupados según categoría ocupacional sufrió modificaciones desde 2015, que dan cuenta de un lento pero persistente empeoramiento en la calidad de las ocupaciones”, destacó el informe.

En este sentido, los datos remarcan que en este tiempo “fue creciendo la proporción de los asalariados que no cuentan con un contrato laboral registrado. Los no registrados eran en promedio el 32,7 por ciento de los asalariados.

Ese porcentaje fue incrementándose sostenidamente y en el 2° semestre de 2018 alcanzó el 34,3 por ciento”. Esto responde a la suba del trabajo “semi blanco”, es decir, monotributistas, monotributistas sociales y cuentapropistas. Esto da el actual escenario: “fue perdiendo peso el conjunto de asalariados entre los ocupados, ante el crecimiento de los trabajadores por cuenta propia o independientes.

El conjunto de los ocupados no asalariados era en 2015 el 23,7 por ciento y para el 2° trimestre de 2018 había alcanzado al 26 por ciento”. Las bicicletas de Glovo, Rappi y otras plataformas similares comprueban esta tendencia. Como respuesta se creó la Asociación de Personal de Plataformas (APP), un sindicato para proteger a estos empleados precarizados. La respuesta de las empresas fue bien tradicional: bloqueó al secretario general Roger Rojas, una forma de despedirlo.

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