CGT busca capitalizar en el Acuerdo Social el acto del 17 que le armó a Alberto

CGT busca capitalizar en el Acuerdo Social el acto del 17 que le armó a Alberto

Presentación de las mesas sectoriales que comenzarán a funcionar esta semana y de un decálogo de buenas intenciones.

El lanzamiento una vez más del Acuerdo Económico y Social, con la participación de cámaras empresarias y centrales sindicales, representó ayer para la CGT un primer fruto recogido del acto que el sábado le brindó a Alberto Fernández para que relanzara su gestión e intentase compensar las protestas y banderazos opositores de las últimas semanas. A diferencia de anteriores puestas en marcha, la de ayer fue presentada por el Gobierno como la que formalmente activará una serie de reuniones sectoriales bajo el paraguas de un decálogo de puntos de consenso patronales y gremiales.

Pese a la frustración tecnológica del acto virtual del sábado, la central obrera lo interpretó como un eslabón más de la institucionalización del vínculo con la gestión del Frente de Todos con vistas a su permanente pulseada en ese sentido con el sector de Hugo Moyano, que el mismo día organizó una caravana de vehículos que se extendió durante toda la jornada. La presentación de ayer apuntaló la mirada de la “mesa chica” de la CGT a la hora de percibirse como el sector sindical favorito del Ejecutivo a la hora de gestionar.

Con la participación de los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Trabajo, Claudio Moroni, el Gobierno lanzó el acuerdo multisectorial y estableció una agenda de encuentros que arrancará el jueves con el rubro automotriz y metalmecánico, seguirá el lunes con la construcción y se completará el 29 de octubre con la actividad textil, indumentaria, del calzado y del cuero, y el día siguiente con la industria alimenticia. Participaron del acto empresarios de estos rubros con el jefe de la CGT, Héctor Daer, y su par de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.

Por el sector empleador estuvo el titular de la Unión Industrial, Miguel Acevedo; el de la Cámara de la Construcción, Iván Szczech; del Consejo Agroindustrial, José Martins; de la Confederación Empresaria (pyme), Marcelo Fernández, de la federación hotelera y gastronómica, Graciela Fresno, y de la Coordinadora de industrias de la alimentación (Copal), Daniel Funes de Rioja, entre otros.

“Es el punto de partida de la transformación de la Argentina a través de acuerdos con objetivos claros. También quedó de manifiesto que la mesa chica de la CGT es la que acompaña claramente al Gobierno y defiende el proyecto político de Alberto Fernández”, destacó Héctor Daer anoche a este diario. En el constante tironeo interno de la central obrera el acto de ayer puso de relieve el mecanismo habitual de los “gordos” de los grandes gremios de servicios de hacerse fuertes en la gestión con los gobiernos de turno frente a la modalidad propia de Moyano y sus aliados, que en general prefieren una manifestación callejera como la del sábado para exhibiré musculatura sindical.

En rigor el anuncio de ayer no fue más que un nuevo peldaño en la construcción del Gabinete económico de un espacio de articulación con el empresariado y los gremios que había arrancado en la prepandemia y que, producto de la dinámica del coronavirus y sus consecuencias económicas, había quedado en suspenso desde entonces. Los propios funcionarios a cargo aclararon que el nudo del lanzamiento se verá en las primeras reuniones sectoriales desde el jueves, más allá de que no están previstos anuncios grandilocuentes.

Los diez puntos de consenso, que los protagonistas se comprometieron a respetar en sus encuentros sectoriales, resultaron una enumeración de buenas intenciones: “Necesitamos exportar más”; “Ningún sector productivo sobra; todos son importantes”; “Mercado interno versus mercado externo es una falsa antinomia”; “No hay futuro sin políticas productivas”; “Ninguna política productiva será sustentable si no piensa en la dimensión ambiental”; “Una macroeconomía estable ayuda al desarrollo productivo; “Si no mejoramos la productividad, no bajaremos ni la pobreza ni la desigualdad”; “Una buena política productiva debe reducir las brechas de género”; “La apertura comercial no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que debe ser utilizada de manera inteligente”, y “Toda política de desarrollo productivo debe ser una política de desarrollo regional”.

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