El comercio de piedras y gases

El comercio de piedras y gases

Los incidentes se produjeron cuando el sector opositor que lidera Ramón Muerza intentó ingresar en la sede céntrica del sindicato, donde estaban atrincherados los seguidores de Armando Cavalieri. Ambos dirigentes se disputan la conducción del gremio.

La disputa gremial en el Sindicato de Comercio tuvo un nuevo y violento episodio tras las polémicas elecciones en las que oficialismo y oposición se adjudican el triunfo. Afiliados enrolados en la lista opositora que encabeza Ramón Muerza se movilizaron ayer hasta la céntrica sede gremial (Moreno al 600), ante el vencimiento del octavo mandato de Armando “Gitano” Cavalieri, pero se encontraron con el sindicato vallado, custodiado por la policía y un numeroso grupo de partidarios del Gitano que, junto a la seguridad privada, se atrincheraron para impedir el ingreso de los opositores. Desde el sector de Muerza, que espera el pronunciamiento de la Justicia por el resultado electoral, denunciaron represión policial con gases y balas de goma y que la “patota” de Cavalieri los atacó con piedras y gas pimienta. El Gitano –amparado por una resolución de la Secretaría de Trabajo de Jorge Triaca– asumió en otra sede del gremio su noveno mandato tras 32 años al frente de los mercantiles. 

Nada fue al azar. Muerza, delegado de supermercados Coto y ex secretario de Organización del gremio bajo la conducción de Cavalieri, movilizó ayer a sus partidarios de la lista opositora para reclamar por la acefalía del gremio al finalizar el actual mandato del Gitano y tras las elecciones que dicen haber ganado. Pero Cavalieri se anticipó a la movida: valló la sede gremial de Moreno y Diagonal Sur, pidió protección policial y dispuso a su tropa y seguridad privada para defender su reducto gremial.

En las redes sociales circularon videos que mostraban la retirada de los opositores con cánticos contra Cavalieri en medio del humo de los gases lacrimógenos y sonido de disparos. También, como “la patota” del Gitano, con palos y hasta encapuchados, trataba de blindar la entrada de vidrios rotos que los opositores destruyeron como respuesta a la represión policial.

La mayoría de ellos fueron subidos a las redes por los seguidores de Muerza. Allí, denunciaron la represión policial y el atrincheramiento de  “la patota del Gitano” como fuerza de choque de Cavalieri para mantener su poder en el sindicato, y que desde un edificio lindero les “arrojaron piedras y gas pimienta”. 

Los partidarios de Cavalieri responsabilizaron de todo a los opositores. “Los impactos de piedras son de afuera hacia adentro. La gente que participó de esta movida son unos inadaptados que no aceptan ni quieren reconocer que perdieron los comicios del pasado 28 de septiembre”, se defendió Oscar Tedesco, ex secretario de Asuntos Gremiales del sindicato y que ahora asume en Deportes y Recreación en el nuevo mandato del Gitano. 

Tras décadas de blindar el sindicato de cualquier intento opositor, Cavalieri –uno de los integrantes de los denominados “Gordos” cegetistas– enfrentó este año una dura contienda electoral ante un líder surgido de su propio riñón. 

El primer conato fue judicial. Muerza denunció ante la Justicia que Cavalieri había incorporado 5 mil afilados fallecidos a los padrones que presentó ante el entonces Ministerio de Trabajo para la elección, y la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo suspendió los comicios. El fiscal federal Guillermo Marijuan inició una investigación por presunta falsificación de documento, pero el juez Marcelo Di Giorgi sobreseyó a Cavalieri con el argumento de que Muerza, como responsable de Organización del gremio, era quien debía controlar el registro de afiliados.

La elección se realizó a fines de septiembre con el voto de más de 20 mil afiliados. Según la Junta Electoral que respondía al oficialismo, Cavalieri se impuso por 10.955 votos (50,43 por ciento) frente a Muerza, que cosechó 10.540 votos (48,52). Una diferencia de apenas 450 votos. Muerza salió a denunciar “fraude” y que según el cómputo de sus fiscales había ganado la elección por 200 votos. Aunque aún resta una definición judicial y un pronunciamiento oficial del Ministerio de Producción y Trabajo, un reconocimiento de Triaca habilitó el noveno mandato del Gitano.

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