Walter Correa, secretario general de FATICA y diputado nacional por el Frente de Todos, presentó un proyecto de Ley para declarar el 3 de enero como “Día de la Independencia Económica”, en homenaje al ex presidente Néstor Kirchner y su decisión en 2006 de cancelar la deuda contraída con el FMI.

“Este proyecto”, cuenta el diputado autor, “que busca declarar al 3 de enero como Día de la Independencia Económica -una de las tres banderas justicialistas- no sólo tiene la intención de homenajear aquella decisión política estratégica tomada por compañero Néstor Kirchner, el 3 de enero de 2006 cuando canceló el total de la deuda que cargaba el país durante décadas con el FMI. También busca visibilizar el infierno al que nos retrotrajo Macri y sus aliados de “Juntos por el Cambio” al imponernos una deuda de 45 mil millones de dólares que encima se fugaron, y ahora nuestro gobierno nacional, popular y peronista negocia soberanamente”, reflejó Correa en declaraciones a la prensa.

“Néstor nos enseñó a las y los trabajadores que primero se crece y después se paga”, recordó el dirigente sindical.

El artículo 2 de la eventual norma, indica que su espíritu “tiene por objeto informar a la población de la República Argentina sobre la importancia de la cancelación total de la deuda externa contraída con el FMI durante varias décadas, efectuada el 3 de enero de 2006, por el entonces presidente Néstor Kirchner” y se encuentra firmado por Walter Correa, Vanesa Siley, Claudia Ormachea, Carlos Ponce, Pablo Carro, Carlos Cisneros, Carlos Ortega, y María Rosa Martínez.

En el texto, Correa sostiene que la decisión del entonces presidente Kirchner “es comparable con el término del pago total de la deuda contraída en 1824 por Bernardino Rivadavia con la financiera británica Baring Brothers, saldada definitivamente por el entonces presidente Juan Domingo Perón, en el año 1947”. Kirchner giró ese día, 9.574 millones de dólares al organismo norteamericano.

El curtidor enalteció aquella decisión económica del Presidente ya que aquello “proyectó el futuro de millones de argentinos y argentinas, puesto que los altos intereses que se pagaban solo de esa deuda con el organismo multilateral, equivalían a posponer una batería de políticas educativas, productivas, sociales, científicas, de salud, culturales, de seguridad y deportivas, necesarias para poner a la Argentina de pie”.