Crece el conflicto salarial, pero la CGT pone el foco en las elecciones y evita un nuevo paro general

Crece el conflicto salarial, pero la CGT pone el foco en las elecciones y evita un nuevo paro general

Mientras los conflictos laborales se multiplican en todo el país y distintos sectores protagonizan paros, movilizaciones y ocupaciones, la conducción de la CGT se muestra reacia a convocar a una nueva medida de fuerza nacional. En cambio, su agenda comienza a girar en torno a la puja electoral y la búsqueda de espacios en las listas del PJ para renovar los escaños sindicales en el Congreso.CGT paro.

El miércoles pasado, la tradicional marcha de jubilados al Congreso fue el escenario de una confluencia inesperada: colectivos feministas, LGTBIQ+, gremios estatales, aeronáuticos, medios públicos, movimientos sociales y trabajadores de la salud coincidieron en la consigna de “unificar las luchas”. A pesar de esa potencia en la calle, la conducción de la central sindical prefiere mantener las acciones por sector.

“Lo que va a haber son discusiones por actividad y, si no homologan, habrá doble discusión: una para firmar y otra para cobrar”, sostuvo Héctor Daer, cosecretario general de la CGT, al salir de una reunión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Sobre el Decreto 340, que limita el derecho a huelga, no hubo menciones por parte del dirigente sindical.

Las bases, sin embargo, se siguen moviendo. Entre el jueves y viernes se realizó un paro en todas las plantas del neumático, convocado por el SUTNA, en rechazo al techo salarial impuesto por el gobierno y las empresas. En medios públicos, los trabajadores liderados por SiPreBA sostienen un plan de lucha con paros sorpresivos y ruidazos contra el congelamiento salarial que arrastran desde agosto del año pasado.

El conflicto en el Hospital Garrahan, que ya lleva semanas, tampoco cede: ni una conciliación obligatoria ni el aumento del 50% para residentes (que apenas eleva sus sueldos a $1,2 millones) lograron desactivar la protesta. “No alcanza, seguimos en lucha”, expresaron los profesionales del hospital pediátrico más importante del país, cuya situación comienza a replicarse en otros centros de salud.

También se destacan el acuerdo de los desmotadores de algodón, que lograron un 21% de aumento tras un paro de 72 horas, y la rebelión de choferes de unas 40 líneas de colectivos que rechazan el acuerdo firmado por el titular de la UTA, Roberto Fernández, y exigen su renuncia.

En el interior, hubo fuertes expresiones de rechazo a las políticas del gobierno nacional. En Tierra del Fuego, una rebelión popular logró frenar los despidos en el sector industrial y en Catamarca, los docentes tumbaron un proyecto de reforma educativa tras masivas movilizaciones. En la planta Crucianelli, en Santa Fe, se mantiene la ocupación por 11 despidos y en la gráfica Morvillo ya llevan más de tres meses de resistencia.

En este contexto, se cumplen dos meses del último paro general del 9 de abril, que tuvo un alto acatamiento pero no generó respuesta concreta del gobierno. Desde entonces, la CGT no volvió a reunir a sus cuerpos orgánicos ni fijó un rumbo claro de continuidad. Fuentes cercanas al triunvirato admiten que “la mitad está en Ginebra, en la OIT, y la otra mitad tratando de que les homologuen los acuerdos”.

La interna por la renovación de autoridades en noviembre y la puja por entrar en las listas del PJ para las elecciones legislativas nacionales ocupan hoy el centro de la estrategia sindical. La CGT busca conservar al menos tres bancas en el Congreso que se vencen en diciembre. Mientras tanto, las luchas crecen por abajo, pero la central prefiere mirar hacia las urnas antes que volver a la calle.

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