Raleado, Moyano unió Gobierno a FMI

Raleado, Moyano unió Gobierno a FMI
• Con menos concurrencia que en actos previos, habló en la Plaza de Mayo y reclamó atender inflación y seguridad

Hugo Moyano se abraza a Raúl Alfonsín antes del arranque del acto. Camioneros aportó el grueso de la concurrencia, y se vio una exigua columna del radicalismo.

Hugo Moyano le reclamó a Cristina de Kirchner ocuparse de la inflación y la seguridad, y acusó al Gobierno de impulsar «un ajuste encubierto» con «las mismas recetas» del Fondo Monetario Internacional. Lo hizo al encabezar un acto multisectorial de opositores sindicales y políticos, que reunió en la Plaza de Mayo a alrededor de 35 mil manifestantes, pero que el Gobierno estimó en 10.000. La convocatoria volcó a la calle la consigna de «unidad en la acción» que habían lanzado el 20 de noviembre, con un paro nacional, las versiones disidentes de la CGT y la CTA, partidos de izquierda, organizaciones sociales y piqueteros, y la Federación Agraria, con la adhesión de parte de la Unión Cívica Radical.

Como sucedió en los últimos actos liderados por Moyano, la convocatoria fue decreciente respecto de las de años anteriores, que alcanzaron niveles de masividad. En lo que sí se respetó la tradición fue en el hecho de que el gremio de los camioneros fue el principal aportante de todos los sectores que dieron el presente.

Como orador final, el jefe de la CGT opositora enfocó su discurso en la política económica: «Presidenta, ocúpese de la inflación que carcome los salarios», lanzó el dirigente, que también le reclamó a la mandataria prestarle atención a «la inseguridad que sufren los argentinos». Volvió a la carga contra el «impuesto perverso y maldito» a las Ganancias; se quejó de la «discriminación contra los hijos de los trabajadores» por la variación en el pago de asignaciones familiares; exigió fondos para las obras sociales, y se explayó sobre la necesidad de aumentar los haberes jubilatorios.

Sobre este último punto mencionó el caso de Celina Carrizo, su propia madre, que según dijo percibe 1.868 pesos mensuales y que «si no hubiese sido por la ayuda» de la pensión de su marido y el aporte de sus hijos «no podría vivir» de su jubilación. Moyano demandó la vigencia del 82% móvil y dedicó parte del acto a realizar un «desagravio a los viejos» por las alusiones de Cristina de Kirchner a los juicios previsionales a cargo de supuestos «caranchos». Pablo Micheli, líder de la CTA opositora, había advertido antes que de no haber respuesta habrá «más lucha y más paros». Reclamó «anular la ley antiterrorista».

La convocatoria sindical contó también con afiliados de la CGT «Azul y Blanca», de Luis Barrionuevo (quien no estuvo presente, pero envió en su lugar a Carlos Acuña, de estaciones de servicio, que habló en el escenario), el ferroviario disidente Rubén «Pollo» Sobrero.

La UCR participó del acto con militantes y la presencia de Ricardo Alfonsín y los diputados Miguel Giubergia, Juan Tunessi, Atilio Benedetti, Eduardo Costa y Miguel Bazze. También estuvieron Fernando Pino Solanas y dirigentes del peronismo federal, como la diputada Claudia Rucci.

Hubo agrupaciones de izquierda como el Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas y el Movimiento Socialista de los Trabajadores, y organizaciones sociales como la Corriente Clasista y Combativa. En las inmediaciones del escenario se vio a Raúl Maza, vocero de los gendarmes que en octubre realizaron protestas por sus salarios.

Moyano, que en enero presentará su Partido de la Producción y el Trabajo (PPT), instó a la concurrencia a revisar su voto en las legislativas de 2013: «No podemos volver a equivocarnos», afirmó. Y entre los cambios que reclamó al Gobierno mencionó «las leyes» que propusieron sectores sindicales respecto de la tercerización en el ámbito laboral, que de estar vigentes «hubieran evitado la muerte» del activista Mariano Ferreyra, asesinado hace dos años.

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