“Modificar relaciones laborales no genera trabajo genuino”, advirtió Jorge Sola, quien sostiene que “primero tiene que haber inversión productiva” y que sin una reforma tributaria previa, la discusión laboral “es poner el carro delante del caballo”.
El secretario general de la CGT, Jorge Solá, analizó la informalidad laboral y afirmó que “no toda la gente quiere pasar a la formalidad”, porque implica cumplir reglas y obligaciones que muchos prefieren evitar. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el dirigente sostuvo que la salida no pasa por recortar derechos, ya que “modificando algunas relaciones laborales no necesariamente se genera trabajo genuino”, y remarcó que la prioridad debe ser una reforma impositiva que permita “que la inversión sea productiva y no financiera”. Además, planteó que el voto en la Argentina se volvió “emocional antes que racional”, y que la política debe volver a “emocionar con un proyecto de futuro que incluya a todos y a todas”.
Jorge Solá es un abogado, diplomado en ciencias políticas y sociología, profesor de ciencias biológicas. Es uno de los tres secretarios generales cotitulares de la Confederación General del Trabajo, cargo que asumió recientemente, el pasado 5 de noviembre. También se desempeña como secretario general del Sindicato del Seguro de la República Argentina.
¿Cuántos años se pasó estudiando?
Muchos. Tengo 3 años de ingeniería en construcciones realizados también, que los abandoné, y una secundaria extendida, porque en los colegios técnicos doble escolaridad en 6 años.Tengo hasta los 40 y tantos, que terminé mi diplomatura en el FLACSO de sociología y ciencias políticas, así que sigo estudiando todavía.
Esto no les gusta a los autoritariosEl ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.Hoy más que nuncaSuscribite
No debe haber otro sindicalista con esa formación académica. Así que me gustaría una reflexión general sobre lo que significa el trabajo hoy en el siglo XXI, y una reflexión general política también.
Hoy el trabajo sigue significando todavía la realización social del ser humano. Eso, como primera cuestión, como para contrastar con la mirada solamente de valor económico que tiene el trabajo, pero primero tiene una cuestión social que tiene que llevar adelante el hombre y la mujer dentro de una sociedad. Y para eso, para nosotros, es muy importante la mirada que va teniendo de acuerdo a la propia síntesis que el capitalismo viene llevando adelante desde hace mucho tiempo. Y ese capitalismo que pasó, de un capitalismo productivo a un capitalismo financiero, ha transformado el trabajo, ya no interviniendo tanto en la generación de bienes y servicios, sino de una manera lateral, y ha pasado de ser un capitalismo productivo a un capitalismo financiero, en la reproducción del dinero por el dinero mismo, donde la intervención del hombre está sesgada.
Sumado a eso, la tecnología, la robotización, la aparición de la inteligencia artificial, que modifican las modalidades laborales. En toda esa mirada, los trabajadores y sus representaciones, que son las asociaciones gremiales, estamos preocupados y ocupados en entender de qué manera el hombre y la mujer pueden llevar adelante las tareas, potenciándose con las nuevas tecnologías, con la inteligencia artificial, y no que sean reemplazados. No sé si toda la política lo entiende porque a veces, lo que se privilegia es solamente el valor económico de la fuerza de trabajo, y no una mirada social, como decía antes. Por ahí va nuestro norte en esta conducción de la CGT.
Denuncian 200.000 empleos perdidos y falta total de diálogo con el Gobierno
¿Y cómo se explica los dos triunfos seguidos de Milei?
Tengo una frase que me parece acertada, que dice que “la incertidumbre del futuro pudo ganarle a la certeza del pasado”. Hay mucho de eso ahí. Es decir, me pareció que hay una búsqueda por un montón de gente que le dio el triunfo, por supuesto, no es la totalidad, que buscó un futuro que es incierto, pero que no quiere volver atrás. Y volver atrás es, quizás, para los que tienen la memoria hasta ahí, de hace poco que básicamente puede ser una posibilidad es la inflación de más del 15% mensual. “Bueno, no quiero volver a aquello. Quiero seguir teniendo inflaciones altas para niveles mundiales, pero para la Argentina son bajas”. Y bueno, eso está bien. Y no se explica desde lo racional, porque desde lo racional, este, empieza mucha gente a estar en desacuerdo con enormes cantidades de políticas que lleva adelante este gobierno. Se explica desde lo emocional. Y el voto terminó siendo emocional antes que racional, en muchos aspectos. Inclusive atravesado también con un descrédito de los resortes democráticos. La menor cantidad de participación electoral que hemos tenido es una mirada importante. Y después hay un ribete ahí, una arista, que es la vieja lucha entre el peronismo y el antiperonismo.
Todavía está partida esa grieta hace 80 años, del año 45, y está iniciada, y me parece que sigue estando eso. Para mí, que tengo la afinidad ideológica con el peronismo hay una tarea pendiente por parte de este sector de la oposición fuerte, que es mirar el futuro sin mirar por el espejo retrovisor. Y ahí hay que volver a emocionar con un proyecto de futuro de país que no sea solo parar, sino dar esperanza y dar una emoción que genere esa comunidad de un futuro que incluya a todos y a todas. Y vuelvo a insistir con esto: los votos hoy son emocionales antes que racionales. Y hay que empezar a encontrar esa fibra de emoción a la hora de convocar a la gente. Ante una comunidad de gente que se siente, ofuscada, que se siente denostada, bueno, hay que poner una comunidad de gente que quiere un futuro que nos incluya a todos, y en el que exista, en ese futuro, algo que para nosotros es fundamental que es la justicia social.
Me refiero a esto con un detalle menor. Yo soy hijo de padres que no han tenido derechos laborales, y mis hijos, los nietos de esos abuelos, hoy tienen derechos. En el medio pasó la justicia social. Yo vengo de un lugar muy pobre. Y sin embargo, yo pude estudiar con la escuela pública. Si no había justicia social, eso no existía. Para eso hay que volver a emocionar. No puedo hacerlo discursivamente. Tengo que hacerlo desde lo fáctico y desde lo discursivo. Y eso es una tarea del movimiento obrero organizado y del obrerismo también.
¿De qué hablamos cuando hablamos de reforma tributaria?
¿Cómo resuelve eso que usted marca, con orgullo, de que sus padres no tuvieron derechos laborales, los tiene usted y los tienen sus hijos, con el 50% que no lo tiene? ¿Cuál sería su juicio en el remedio para colocar dentro del mercado laboral con derechos a ese 50% de los trabajadores que hoy no los tienen, de cara a la reforma laboral?
Primero, digamos que en la enorme cantidad de gente que está en la informalidad, no toda la gente quiere pasar a la formalidad, porque pasar a la formalidad implica cumplir algunas reglas que tienen que ver con jornadas laborales, con obligaciones y demás. Y hay un modo de trabajo, que quizás sea minoritario, pero hay que tenerlo en cuenta, de que la gente quiere su cuentapropismo. A eso hay que prestarle atención, y esa atención la tiene que prestar el Estado. Un Estado inteligente y eficaz.
La segunda: no se generan puestos de trabajo por la simple modificación de las relaciones laborales entre el capital inversor y la fuerza de trabajo, entre los empleadores y los trabajadores. Modificando eso solo no se hace. Sino que eso se tiene que hacer cuando este país esté en una etapa de crecimiento. Y hoy estamos en una etapa de recesión. Por lo tanto, para mí lo que está sucediendo es que están invirtiendo el orden de prioridades y están poniendo el carro delante del caballo. Primero tienen que hacer una reforma tributaria para que la carga impositiva de aquellos que quieren invertir productivamente en la Argentina sea lo más simple y barata posible, para que se generen más inversión productiva, más puestos de trabajo, de mejores condiciones, y mejores condiciones económicas sobre todo.
Si eso no sucede, la reforma laboral es solamente una búsqueda de tratar de sacar derechos de los trabajadores, de tratar de pasar parte de la riqueza que tienen los trabajadores a un sector que se aprovecharía. Como puedo dar, por ejemplo, lo que sucedió: que sacaron las multas al empleo en negro, y sin embargo usted no ha visto que se generaran empleos genuinos. Hemos perdido en estos últimos 2 años alrededor de 290.000 empleos formales, cerca de 19.000 pymes menos. Y sin embargo, digamos, ¿se insiste con que la receta podría ser la reforma laboral? No. Es primero la reforma impositiva para la inversión productiva, no para la inversión financiera. En esa están funcionando fenómenos los muchachos.
Déjeme disentir respecto a un punto. Usted dice: “Mire, sacaron las multas al trabajo en negro y el trabajo en negro no bajó”. Le podría decir: “Pusieron las multas durante 10 años y el trabajo en negro subió”. Evidentemente tampoco la solución venía por ahí.
En esa vamos a coincidir los dos. Yo la miro desde el lado de que lo quise poner como ejemplo de tres cosas, una de las tres cosas que hizo este gobierno para tratar de modificar relaciones del trabajo, y que eso generara trabajo genuino. Además de esta de las multas, también generó la figura del trabajador dependiente, es decir, que hasta tres colaboradores un trabajador podría tener un monotributista sin considerar que había relación de dependencia. Y eso efectivamente tampoco funcionó. Y la otra es el fondo de cese. Yo no tengo empleadores, ni lo tienen las actividades de los gremios, empleadores que hayan venido en masa golpeando las puertas para que se ponga el fondo de cese para reemplazar las indemnizaciones. Para ratificar esto: que modificando algunas relaciones laborales no necesariamente se genera el trabajo genuino. Primero tiene que haber inversión, y la inversión tiene que ser en línea de la producción.
Y este país hoy está en recesión. Está en recesión, aunque no se lo haya dicho formalmente. La caída del consumo, la caída del poder adquisitivo, la caída de los créditos, el enorme endeudamiento que tienen los hogares, las pymes… Bueno, eso habla de un país que no está mirando hacia adelante. Y las inversiones que hoy se están mirando son de poca generación de empleo porque es la inversión en energía, en minería. Entonces, volviendo a la pregunta esa original, estaremos muy atentos en que se quieran alargar los derechos obtenidos, porque eso tampoco genera carga para que no se invierta. Sino que me parece que debieran reconsiderar la idea de que hay que hacer una reforma laboral para sacarle derechos a los laburantes. Y vuelvo a decir esto con el dato de que no tenemos el proyecto oficial, sino que son: tiro un trascendido y luego lo desmiento. Pero bueno, todavía no hemos sido citados a ninguna reunión.

Comentá la nota