Con el círculo rojo como aliado, Macri le apunta al sindicalismo e insiste con la flexibilización laboral

Con el círculo rojo como aliado, Macri le apunta al sindicalismo e insiste con la flexibilización laboral

Aunque en la previa puede parecer un tema "piantavotos" en un año electoral, en el macrismo apuestan a la demonización del sindicalismo, aliado del Frente de Todos, para profundizar la polarización.

El macrismo lo tiene en claro. Luego de que fracasara su apuesta por dividir al peronismo propiciando el surgimiento de una tercera opción fuerte que restara votos al krichnerismo, al gobierno de Mauricio Macri no le queda otra opción más que profundizar la grieta hasta que duela.

Polarizar, polarizar y polarizar todavía más. No hay otra opción para el duranbarbismo. Y en ese camino el gobierno eligió esta semana su nuevo enemigo: el sindicalismo.

 

 

Con el apoyo del círculo rojo que salió en bloque a reclamar la flexibilización laboral el gobierno de Macri le apuntó de lleno al sindicalismo. Hugo Moyano(Camioneros), Sergio Palazzo de La Bancaria y Pablo Biró de APLA fueron las principales víctimas de un ataque que tiene por objetivo minar la legitimidad de todo el movimiento obrero al mismo tiempo que se intenta reflotar la "demorada" flexibilización laboral exigida por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Y como el objetivo de fondo de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) es la polarización el ataque a los sindicalistas no llegó sin el consabido mote de "k". "Los sindicalistas k" los llamaron obviando el largo distanciamiento de Moyano con el kirchnerismo.

"Cuando el señor Moyano cobra las cosas que cobra para su gremio, por izquierda, por derecha, lo que hace es dejar a mucha gente sin trabajo" disparó Macri al mismo tiempo que empresarios como Martín Cabrales, Cristiano Ratazzi y Julio Crivelli reclamaron facilidades para poder despedir trabajadores.

 

El gobierno apunta todos sus dardos contra el sindicalismo horas antes de que la CGT oficialice su respaldo a la fórmula Fernández - Fernández con una foto en la sede de UPCN.Twitear

 

"Sí, ese señor también es otro prepotente. Este hombre, Palazzo, es otro prepotente" dijo el mandatario y siguió (siempre en la misma entrevista): "Y este señor Bidó, Biró creo que se llama… ¿Por qué tiene que pagarle a Bidó (sic) todos sus privilegios y todas sus ineficiencias que cuestan todos los meses miles de millones de pesos?".

La avanzada contra el sindicalismo se da en la previa de la foto que se sacará el próximo martes en la sede de UPCN el precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, con la CGT Azopardo donde recibirá de manera oficial el respaldo de esa central de trabajadores a la fórmula Fernández-Fernández.

El gobierno planteó así su versión de la grieta: sindicalistas que atentan contra la creación de empleo desde su intransigencia aliados al pasado kirchnerista contra el promisorio futuro que anticipa el gobierno en alianza con el empresariado merced de la flexibilización laboral que propician con el acuerdo Mercosur - UE como horizonte.

 

 

Como en la previa de las elecciones legislativas de 2017 la discusión por la flexibilización laboral promete meterse de lleno en la campaña. En la previa un tema que puede parecer "piantavotos" para quien lo fogonea pero que a la luz de los resultados de aquellos comicios, un debate que el macrismo sabe manejar muy bien al explotar el costado más oscuro del sindicalismo.

Fue precisamente el decidido rechazo de las centrales sindicales y el agotamiento que dejaron las agitadas jornadas que se vivieron durante el debate por la reforma previsional los que obligaron al oficialismo a patear en su momento el tema hacia adelante. La profundización de la crisis de 2018 volvió inviable una vuelta a la carga, pero ahora, en plena campaña el macrismo se envalenta otra vez y, aseguran en sus huestes, puede rendirle buenos resultados.

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