Con críticas a la cúpula de la CGT, las CTA llamaron a "construir un paro"

Con críticas a la cúpula de la CGT, las CTA llamaron a

Yasky y Micheli cerraron una jornada de protesta con un acto en el que rechazaron el bono de fin de año; hubo caos de tránsito; Boudou fue echado del escenario

 

Con duros discursos en los que criticaron al gobierno de Mauricio Macri y a la conducción de la CGT, a la que acusaron de haber "pactado", los referentes de las dos CTA Hugo Yasky y Pablo Micheli renovaron en Plaza de Mayo el llamado a "construir un paro nacional".

La protesta generó un caos vehicular en la zona por los cortes que produjeron las columnas de manifestantes que, desde temprano, concentraron sobre la 9 de julio y avanzaron luego hacia la plaza.

Ante una plaza que lució colmada -con 50 mil personas según los organizadores-, Yasky acusó al gobierno de Macri de llevar adelante un "revanchismo de clase" y, fiel a su alineamiento político de los últimos años, ensayó una defensa del ciclo kirchnerista. "Se quieren cobrar 12 años en los que tuvimos posibilidad de recuperar algunas conquistas", dijo.

Cuestionó al Gobierno, también, por haberlas dejado afuera de la mesa de diálogo tripartita. "Fue una estrategia astuta. Unidos significamos un escollo real para que implementen el ajuste." Y agregó: "La CGT aceptó la condición para que hubiera diálogo fuera la división, y nuestra fuerza está en la unidad". La protesta contó con el apoyo de algunos sectores del kirchnerismo. También confluyeron en el reclamo el triunvirato piquetero de Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

Por su parte, Micheli insistió en que todavía "el paro nacional está vivo". Aseguró que el acuerdo por el bono de fin de año firmado por la CGT no consiguió aplacar los ánimos de los trabajadores. "Pensaron que cerraban la conflictividad, pero esta plaza muestra que no se cerró ningún conflicto. El paro está vivo y lo vamos a seguir construyendo, aunque algunos quieran pasar las fiestas tranquilos", dijo.

Las dos vertientes de la CTA mostraron su impotencia para llevar adelante un paro. Ambos jefes sindicales dejaron traslucir que necesitan el acompañamiento de, al menos, algunos gremios díscolos de la CGT, para concretar la medida de fuerza. "Necesitamos unidad en la acción, es una cuestión de supervivencia. Cuando convoquemos al paro vamos a convocarlo con todas las centrales", dijo Yasky.

"Hay que apostar a esos dirigentes de la CGT honestos, que son mayoría", insistió Yasky. Elípticamente apuntó al bancario Sergio Palazzo y Pablo Moyano, de Camioneros, con quienes en las últimas semanas se habían tendido puentes de diálogo, y que hasta el llamado a esta jornada -sin un paro, circunscripta a movilizaciones- confiaron en que podrían sumarse a una medida de fuerza. Su negativa a plegarse a las CTA, finalmente, había inclinado la balanza para que la jornada de ayer fuese sin un paro activo.

Entre varios dirigentes kirchneristas presentes hubo uno que no pasó inadvertido. El ex vicepresidente Amado Boudou llegó temprano y se ubicó en el palco lindante con el escenario. Acompañado por el ex vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto y el líder de Quebracho, Fernando Esteche, se subió al escenario cuando comenzaban los discursos y se ubicó en la última fila, apartado del atril.

Cuando promediaba el acto, en el entorno de Micheli advirtieron su presencia y, molestos, ordenaron bajarlo del escenario. Boudou buscó, entonces, darle un ribete épico a su expulsión. Acompañado por Mariotto y Esteche fue a la fuente de la plaza y mojó allí sus pies, en el mismo lugar donde el 17 de octubre de 1945 lo hicieron militantes peronistas.

Comentá la nota