El Gobierno busca atajos para acotar las paritarias y evitar la cláusula gatillo

El Gobierno busca atajos para acotar las paritarias y evitar la cláusula gatillo

Prevé proponerles a gremios y empresarios alternativas como sumas extras por productividad y presentismo, aumentos por antigüedad y otros adicionales; mañana Triaca se reincorpora de sus vacaciones, después del escándalo con su exempleada 

 

En su desafío por cumplir este año con las metas inflacionarias y de impedir el uso de la cláusula gatillo en los acuerdos salariales, el Gobierno explora alternativas para evitar que las paritarias superen la pauta de referencia del 15 por ciento.

Todavía sin un caso que aplique como testigo, el Ministerio de Trabajo avanza en un menú de opciones que espera consensuar con los gremios y empresarios. Se estudia desde incluir retribuciones adicionales por productividad y presentismo hasta habilitar modificaciones en los convenios colectivos que aumenten la retribución por antigüedad o establecer adicionales que puedan quedar como permanentes.

Hay más atajos en evaluación: avalar aportes extraordinarios a la obra social; otorgar beneficios por viático o refrigerio; establecer adicionales importantes por el día del trabajador de la actividad; incrementar bonificaciones ya existentes, y hasta incluso se puede poner un porcentaje en el acta y luego en las escalas tomar otro más alto.

"Vamos a rechazar la cláusula gatillo hasta el final. Confiamos en la imaginación de los gremios para que puedan cerrar el mejor acuerdo", dijo un funcionario cercano a Jorge Triaca . El ministro se reintegrará mañana, después de haber estado recluido en Chapadmalal por el escándalo con su exempleada doméstica y por los polémicos nombramientos en el intervenido SOMU.

El curso de las paritarias será determinante para el futuro de Triaca en el gabinete deMauricio Macri . El Presidente está molesto por lo que sucedió con el ministro, pero le dará otra oportunidad sin un reemplazo a mano para afrontar la negociación con los gremios. Esta suerte de ultimátum le suma presión al jefe de la cartera laboral para cerrar los acuerdos salariales en línea con el mensaje que bajó desde la Casa Rosada, según interpretan cerca del funcionario.

La primera reacción de Triaca ante la exigencia del tope del 15% fue recurrir a sindicalistas aliados para escenificar cierta previsibilidad en el aún incierto mapa paritario. Apeló primero a Armando Cavalieri, histórico jefe del Sindicato de Empleados de Comercio. Presionaron ambos a las cámaras empresarias del sector para revisar el acuerdo de 2017, que había sido de 20%. Lograron que se otorgue un 6% adicional como compensación a cambio de adelantar dos meses un acta compromiso de la paritaria 2018 con una oferta de 15% y sin posibilidad de revisión. El miércoles pasado se rubricó el trato y en el Gobierno trabajan para que se replique en otros sectores en los que el Estado influye de manera directa con subsidios, como son los casos del transporte de pasajeros (UTA y el conglomerado de gremios ferroviarios) y en la obra pública (Uocra).

Los recientes aumentos de las tarifas de los servicios públicos, del combustible y de las prepagas, sumados a los vaivenes del dólar, empujan a las paritarias a un terreno de incertidumbre, en el que el gremialismo disidente ya advirtió que la inflación superará el 20%.

El otro obstáculo para definir la pauta en 15% fueron los acuerdos salariales que ya se definieron con subas por encima de los pronósticos oficiales. Un caso es el de los trabajadores de entidades deportivas (Utedyc), que pactaron un alza de hasta el 19% en dos tramos y con una revisión en noviembre según la evolución de la inflación.

El otro trato salarial que serviría como parámetro es el de los aeronáuticos. En su rol de empleador, el Gobierno acordó una suba salarial de 17% con los empleados de Intercargo y de Aerolíneas Argentinas. En ambos casos, tanto fuentes oficiales como sindicales admitieron que el aumento de bolsillo supera el 20%, producto de retribuciones no remunerativas, pagos extras por productividad y otros ítems adicionales. Si bien fue la última paritaria de 2017, su período de aplicación abarca casi por completo este año.

Más allá de los casos de Utedyc y el de los aeronáuticos, las negociaciones que marcarán el termómetro y servirán como faro de referencia serán las de los bancarios, para el sector privado, y las de los docentes bonaerenses, para el ámbito público. En ambos casos el desenlace se anticipa incierto y conflictivo.

El gremio bancario fue el primero en reactivar su paritaria de 2017 a través de la cláusula gatillo. Resuelto el pago de esa compensación con las bancas públicas y privadas, los encuentros para establecer la suba salarial de 2018 no prosperaron: al ofrecimiento del 9% el gremio lo calificó de "inaceptable" y el 1° de febrero comenzarían los paros parciales.

Sergio Palazzo, jefe gremial de los bancarios, dijo que solo aceptaría un trato con revisión por inflación. En paralelo, el jueves pasado ensayó un contraataque por vía judicial, con el que busca demostrar que estaría amparado para exigir la vigencia permanente de la cláusula gatillo hasta que el acuerdo sea reemplazado por uno nuevo. Si en la Justicia le dan la razón al planteo de Palazzo, otros gremios que incorporaron la cláusula de revisión en 2017 podrían también pelear por este eventual beneficio.

La paritaria docente bonaerense, que formalmente arrancaría esta semana, está guiada por la tensión a partir del decreto presidencial de eliminar la instancia de negociación a nivel nacional, una jugada que también tuvo como fin debilitar a la Ctera, la confederación gremial de maestros más representativa del país. Roberto Baradel, el referente del Suteba, anticipó el viernes el rechazo al 15% sin gatillo, y avivó la pelea retórica: "Sería un ensañamiento con los trabajadores".

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