Ni nombre, ni fecha, ni modo: la interna de la CGT pateó todas las definiciones

Ni nombre, ni fecha, ni modo: la interna de la CGT pateó todas las definiciones

El Consejo Directivo consiguió sesionar con la amplia mayoría de sus integrantes pero no hubo acuerdo sobre cómo y cuándo renovar su conducción. Se formalizó la salida de Camioneros y la UOM.

“Ni nombre, ni fecha, ni modo”. Esa fue la conclusión formal de la primera reunión del año del Consejo Directivo de la CGT que dejó expuesta la imposibilidad de llegar acuerdos para fijar un cronograma electoral que renueve a la desgastada conducción.

La nota positiva del encuentro la dio la capacidad de reunir a 31 de los 37 integrantes de conducción, que contrastó con el anuncio de un cuarto intermedio hasta el 3 de mayo, cuando los dirigentes gremiales se vuelvan a reunir de manera orgánica.

Después de más de cuatro horas de reunión, Jorge Sola, titular del gremio del Seguro y secretario de Prensa, fue el encargado de avisar que, tras "una profunda discusión con diferentes puntos de vista", no hubo fumata blanca. "La discusión no estuvo planteada ni sobre la fecha, ni sobre los integrantes, sino que es mucho más profunda y tiene que ver con la representatividad de los trabajadores y qué características va a tener esa CGT", dijo el vocero gremial.

Durante la reunión quedaron expresadas dos posturas claras respecto del futuro inmediato de la central, vinculadas a la necesidad o no de renovar la conducción. "En la reunión quedaron claras las posiciones de quienes creen que hay que renovar ya el Consejo Directivo y quienes creemos que tienen que terminar su mandato" graficó después de la cumbre el canillita Omar Plaini, que de todas maneras reclamó que, con o sin transición, "lo primero es resolver las cuestiones cotidianas, cómo nos relacionamos con el Gobierno y qué programa queremos".

"Después de mayo veremos si persiste un sector que insiste en que hay que llamar a un Confederal y un Congreso para renovar las autoridades o si continúa el triunvirato y se pueden ir recomponiendo las situaciones", agregó. 

En la vereda de enfrente, el secretario general de los petroleros privados, Guillermo Pereyra, arengó por la salida de la "desgastada" conducción para "barajar y dar de nuevo". "Hay que ir hacia una CGT más peronista, en la actual hay mucha mezcla" dijo el senador nacional neuquino, que rechazó la necesidad de una CGT más confrontativa y dijo imaginarse una más dialoguista.

Pereyra también confirmó que el 17 de abril, la sede de la Federación Petrolera volverá a ser el lugar donde converjan los gremios dialoguistas para volver a debatir y delinear una estrategia en un escenario más trabado de lo esperado.

Los cierto es que detrás de la continuidad o no del triunvirato, está el efecto provocado por la salida de Camioneros de la actual comisión directiva, que quedó formalizada con la aceptación de la renuncia de Pablo Moyano a la secretaria gremial y la de la UOM que formaliza su alejamiento de la central. 

La renuncia de Moyano, que en el mismo momento que transcurría la cumbre sindical se mostró con Juan Grabois de la CTEP, dejó un vacío que provocó un desequilibro de poderes dentro de la central que favoreció los gordos e independientes.

En ese escenario, los gremio que supieron caminar con al camionero, los recientemenete regresados del MASA, que conduce Omar Viviani, y los transportistas apuntan a darle continuidad al triunvirato hasta tener la certeza de poder disputarle a gordos e independientes los lugares de peso en el futuro Consejo Directivo.   

"Nadie va a dar el visto bueno para que los gordos manejen de nuevo la CGT a su antojo y menos en una coyuntura como la actual" advirtieron desde un gremio exmoyanista que participa del armado de un 

Por su parte, gordos e independientes parecieran estar convencidos de caminar hacia una CGT que contenga incluso a sus dectratores, aunque todavía está está por verse cuanto están dispuestos a sacrificar para un armado de unidad.

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