Adrián Pérez: «Acá no hubo traiciones sino que a quienes nos toca estar conduciendo decidimos que no podíamos fallarle a los compañeros que querían un cambio en la UOM»

Adrián Pérez: «Acá no hubo traiciones sino que a quienes nos toca estar conduciendo decidimos que no podíamos fallarle a los compañeros que querían un cambio en la UOM»

La mirada seria y reflexiva para los temas duros, como la revisión paritaria de la UOM  que se discute por estos días, «vamos a romper el piso de la inflación, vamos a dar pelea y a superarla», rubricó Adrián Pérez, el secretario General de la UOM Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. 

Por: Luis Autalán / Fotografía: Ariel Gaspardi.

Alineado a la intendenta Mayra Mendoza en su distrito, referente del triunfo en las últimas elecciones metalúrgica destacó a la conducción de Abel Furlán para tomar lo mejor del modelo nacional y popular en beneficio de los trabajadores. Pide justicia para todos, incluyendo a los empresarios y lamenta sin maquillarlo el avance cultural de la derecha entre pobres y trabajadores.

Por cuestiones de la geografía del Conurbano esta vez para llegar a la entrevista de InfoGremiales no apelamos al GPS u otras aplicaciones. Diremos algo más, desde nuestro oficio estuvimos muchas veces en la sede metalúrgica ubicada sobre la Avenida Rodolfo López a metros de las vías del tren. Un edificio que se conmueve y vibra con el paso de cada tren del Ferrocarril Roca, muchas veces nos dijeron allí que esa casa «late y no tiembla» apelando a metáforas entre la arquitectura y el sentir popular.

El anfitrión es Adrián Pérez, quien desde hace algunos meses es el secretario general de la UOM Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. Enfundado en una remera de la Lista Verde, siempre impone respeto por contextura a primera vista. Pero su vida también hace a que se emocione mostrando en su oficina las fotos de su mamá, «una india fenomenal», según acota sin necesidad de preguntas. Lo conocimos mucho antes de que fuera uno de los fundadores de la Juventud Sindical en la CGT que bajo el liderazgo de Antonio Caló, también se alineó al kirchnerismo en 2010. Desde ese año pasó mucho tiempo, en lo más reciente Pérez se abrazó con el ex secretario General metalúrgico durante el acto de Pilar donde habló Cristina y destaca tanto su respeto como el que Caló le dispensó. Sin perjuicio de ello, en la última contienda electoral metalúrgica Adrián Pérez resultó victorioso, colocando el punto final a la gestión de ése y otro histórico metalúrgico que estuvo a cargo de la UOM Quilmes durante 38 años, Francisco «Barba» Gutiérrez.

Está dicho y escrito, incluso Pérez puede certificar que el tan mentado «trasvasamiento» del ámbito sindical (que toma palabras desde el significado puntual, «pasar un contenido de un recipiente a otro. En el caso de los ríos supone el cambio de agua de un río a otro») para referirse al recambio generacional, lo tiene como protagonista. Y él lo minimiza con el mismo entusiasmo que reclama suma fija o bono para todos los trabajadores, lamenta el avance territorial e intelectual de la derecha sobre clase media y pobres, como los errores no forzados del Gobierno Nacional. Al igual que Daniel Daporta, referente de la UOM Avellaneda, guarda bajo 7 llaves el trasfondo íntimo de la última elección metalúrgica, por cuestiones de verticalismo y más. Pero no deja dudas de que esa historia existe.

Tiempo de encender el grabador para una charla de recorrido tan amplio como variado y el bonus track de que esta vez somos locales en nuestro Quilmes.

«Los que evaden son los grandes grupos económicos que no tienen solidaridad con el otro. ¿Te imaginás si se potenciara la inversión, con la mitad de la que tienen afuera? Estaríamos hablando de otra Argentina»

Adrián Pérez

-¿Nadie es profeta en su tierra como quilmeño?

-¡Qué buena pregunta! Creo que acá se rompió un poco el molde, igual lo enfrentamos los quilmeños, si es que preguntás por la interna de la UOM.

-Sí, pero hay una historia especial. Compartíamos una mesa con Vanesa Siley, Walter Correa, actual ministro de Trabajo y otros dirigentes. Y estaba usted, era la juventud sindical de la CGT alineada al kirchnerismo. Hoy ustedes están en puestos claves, el «trasvasamiento generacional» del que hablaban sucedió. ¿Fue más rápido de lo que pensaban?

-Sí, totalmente. Incluso si partimos de esa primera mesa de juventud sindical nacional de la UOM, hoy te puedo decir, tomando al compañero fallecido y muy querido por todos los nuestros, Agustín «Piraña» Colovos, que hoy tendríamos un secretario adjunto y dos secretarios generales de esa primer mesa, con otros directivos que la integraron siendo en otras seccionales.

-Vamos a nombrar a Hernán Escudero, por si nos está escuchando, él también un mentor de aquellas mesas que incluyeron congresos y hasta actos en la Quinta de San Vicente.

-(Sonríe) Claro que sí, además de alguna manera lo siguen siendo, en la Tercera y en la Octava sección electoral, son los mismos compañeros de esa etapa, sumado el compañero secretario general más joven de esa etapa, con 38 años, Nahuel Chancel, de Petroleros del SUPeH Ensenada.

-Y eran tiempos difíciles, exigentes en la dirigencia del Movimiento Obrero, división mediante.

-Muy difíciles. Llegaba la etapa en la que uno tenía que defender el proyecto nacional.

-Y después vino el macrismo.

-Sí, llegaron con mucha persecución. Ahí muchos de nosotros decíamos que no podíamos dejar a Cristina Fernández de Kirchner sola, con una persecución que ya se empezaba a ver de una manera brutal. Y no solo a ella sino a un montón de otros dirigentes, nosotros creíamos que el proyecto nacional era el camino. Fundamos el Frente Sindical de Unidad Ciudadana, Walter Correa, Vanesa Siley, Hernán Escudero y quien  te habla.

-¿Se imaginaban un escenario como el de hoy?

-No. Yo pensaba que íbamos a estar mejor.

-¿Hasta dónde duele que desde el Gobierno Nacional digan que los salarios generan inflación? Porque hasta Cristina en el acto de Pilar, con ustedes los metalúrgicos, tuvo que salir al cruce.

-A nosotros nos duele hasta las entrañas, porque el mismo Perón decía que cuando hay inflación los precios van por el ascensor y los salarios por la escalera. Un buen peronista sabe que en la Argentina la inflación la generan los dueños del poder económico, industrial y alimenticio. Fue desde que empezó a tener un poco más de industria la alimentación, cuando los grandes grupos económicos de nuestro país se consolidaron como formadores de precios.

-¿Coincide con Pablo Moyano que son los que nunca pierden?

-Por supuesto.

-Y desde la Casa Rosada no se actúa en consecuencia. Daniel Yofra, el titular de Aceiteros, nos dijo que este Gobierno trata mejor a los empresarios que a los trabajadores.

-No creo que el Gobierno trate mejor a los empresarios que a los trabajadores, no estoy tan de acuerdo con esa frase. Sí tengo que decir que no es lo enérgico que debería ser con los grandes formadores de precios. Creo que la respuesta, se explica por ese comentario risueño de Federico Braun, «nosotros salimos a remarcar todos los días». Bueno entonces, yo al otro día lo primero que hago es ir a tu cadena de hipermercados y donde remarcaste te meto una multa.

-¿Y si le dicen que eso es propio de Venezuela?

-¿Qué tiene que ver con Venezuela? ¡Por favor! Ni siquiera tenemos semejanzas como país, ellos son una nación , nosotros somos un país industrial y del campo.

«Cuando hablan de los Moyano, algunos no tienen pudor de opinar que ‘por culpa de ellos no vienen las inversiones’. Dejémonos de joder y de mentirle a la gente, eso no es así»

-Hablemos de su familia y sobre todo dentro de su actividad de 24 x 7. ¿Cómo se compone?

-Arranco por mí mamá, que por suerte uno la tiene, y por esto mismo que me decís, a veces paso, vivimos en el mismo terreno. Llego muy tarde y la vieja, que siempre es de dormir temprano y levantarse temprano, como buena trabajadora que fue durante toda su vida. Pero igual le hablo desde la ventada, «che vieja cómo andás, estás despierta?» Y a veces en esos pocos minutos que tenés en soledad para enfriar tu cabeza, lo primero que pienso es en la vieja y que en estos años uno la quiere mimar un poco más y no estoy. Y además de mi mamá, están mi esposa, mis hijos -que ya son grandes- y una hija adolescente que empieza la facultad el año que viene.

-¿Y su pareja a qué se dedica?

-Con mi señora nos conocemos hace un montón de años, ella es municipal y militante del peronismo. Se da una particularidad, cuando ganamos la seccional y el trajín a fondo, la familia es como que en algún momento se arrepiente del triunfo, porque ven que te pierden en la casa.

-Cuando ganó la seccional Quilmes, ¿aparecieron los amigos del campeón?

-Nunca los tuve. No generé vínculos de amistad por el poder. Los amigos que tengo son de toda la vida. Tengo un amigo que es prácticamente un hermano y cuando él tuvo una desgracia nos hizo más cercanos todavía, es un amigo que no tiene nada que ver con mi mundo sindical. Y después están los amigos que uno va teniendo en la vida, pero no soy habitué de los cumpleaños del poder, no comparto fiestas por el solo hecho de estar o donde no tengo un vínculo afectivo, soy un hombre clásico.

-¿Un hombre clásico en cuanto a saber separar los tantos incluso en relaciones de poder?

-Podría decirte que sí y también me podría estar equivocando, «eso uno nunca lo devela hasta que llega la traición», me decía un compañero más grande que yo. Vos podés tener un tipo que estuvo cerca tuyo 20 años e igual te traiciona. y no se trata de tiempo pasado o presente, es algo que tranquilamente nos puede caber a esta generación joven, digo, que nos pase lo mismo.

-«La traición duele hacia atrás, no sabés cuando comienza», escribió y canta el Indio Solari.

-Es así, muy bien dicho. (Sonrisas)

-Hablemos de música entonces.

-Soy hombre de raíces tropicales, me gusta mucho la cumbia santafesina y seguramente por mi abuela el folklore santiagueño, me encantan Los Manseros. Soy un hombre clásico del conurbano (risas). También me gustan la chacarera, la zamba, pero soy de la cumbia santafecina.

-Antes de que «Los Palmeras» cantaran en la final de la Sudamericana que jugó Colón.

-Eso llegó a todo el mundo y nosotros tenemos esa canción cantada por un amigo de Santa Fe, donde tengo una rama de mi familia del corazón. Él nos hizo la canción de nuestra agrupación con ese tema. Con «el Sabalero» tenemos la canción metalúrgica de la 17, nosotros le enviamos la letra. Yo escucho eso hace 14 años en mi casa, y te cuento si bien está el dicho de que «en casa de herrero cuchillo de palo» toqué la viola mucho tiempo, tocaba rock. Cuando era pibe, tenía 20 años escuchaba y sigo escuchando esa música, a mi familia le perforo la cabeza con los discos de 30 años atrás…

-¿Tiene su podio de rock?

-Claro, en internacionales ACDC, por todo lo que significa, y de acá Rata Blanca y La Renga.

-¿Fue a ver a AC/DC?

-Sí, con un compañero mío de Misiones. En el 90 y pico estábamos los dos en otra actividad, éramos curtidores, y nos fuimos a verlos a la cancha de River.

-¿Se vincula AC/DC con los metalúrgicos?

-Sí, sí claro (sonríe y se entusiasma). Creo que AC/DC es una banda tan enorme y potente que trasciende a todas las clases sociales. Me parece que le gusta al que más guita tiene en la Argentina hasta el más humilde también.

«Nosotros tenemos que presentar hasta el último ticket de lo que gastamos, hasta con una gaseosa. Ellos se llevan toda la guita afuera, la evaden y encima en tiempos de Macri hicieron los grandes blanqueos hasta para las familias»

-Hablando de clases sociales, qué siente cuando en tiempos de odio libre, se dice que «el problema del país son los negros»…

-El problema en la Argentina, para que el país pueda salir adelante, no somos los negros porque nosotros no tenemos la solución. El otro día, en un programa de radio, se lo dije a Edi Zunino: «Son 200 tipos los que tienen la solución para salir adelante». Acá hay que tener un gran acuerdo nacional pero que realmente se vuelvan patriotas. No que se llevan la que se llevan y después te dicen «porque el país es así me la tengo que llevar». No podemos tener dos deudas externas afuera por la evasión de los grandes grupos económicos nacionales, porque están habilitados para llevársela. No compremos esa mentira, los grandes grupos que vienen acá también se la llevan, ellos se la pudieron llevar siempre por la legislación vigente y porque ellos responden a sus casas matrices. Y también los que evaden son los grandes grupos económicos de nuestro país, que no tienen solidaridad con el otro. ¿Te imaginás si se potenciara la inversión, con la mitad de la que tienen afuera? Estaríamos hablando de otra Argentina. Son ellos los que tienen la solución. Yo como dirigente sindical puedo ir a pudrírsela todo el tiempo para tratar de sacar los mejores dividendos para mis afiliados, pero yo no soy un tipo con poder. Los Moyano, otros compañeros, nosotros, todos juntos, somos un factor de poder en la Argentina. Ahora, cuando hablan de los Moyano, algunos no tienen pudor de opinar que «por culpa de ellos no vienen las inversiones». Dejémonos de joder y de mentirle a la gente, eso no es así.

-Hace días Pablo Moyano nos dijo: «Patricia Bullrich dice que van a ir presos los sindicalistas. Le pido que me avise cuándo va a ir preso un empresario de un grupo concentrado».

-Comparto lo que dice Pablo, totalmente. Nosotros tenemos que presentar hasta el último ticket de lo que gastamos, hasta con una gaseosa. Ellos se llevan toda la guita afuera, la evaden y encima en tiempos de Macri le hicieron los grandes blanqueos hasta para las familias. Premiados por haber afanado toda su vida al país. Hay una realidad, acá la justicia tiene que ser justicia para todo el mundo. Si nosotros hacemos una cosa mal, el dirigente sindical que vaya en cana, no hay problema, ahora los empresarios también, eh! Y que se hagan responsables. Yo digo, ¿no es mayor delito tener una empresa, cerrarla de un día para el otro y dejar a todos los trabajadores en la calle? Sin cumplir con la ley vigente de Contrato de Trabajo, en su artículo 245, que habla de que vos tenés que indemnizar, o en el peor de los casos la normativa por el cierre de una planta. A ver, no lo cumplís y no tenés que afrontarlo. La ley dice que el empresario no tiene que afrontar con sus bienes personales, para eso son hechas las sociedades anónimas, de hecho para cubrirlos a ellos.

-¿Toda paritaria es política?

-Pienso que no. El mundo, las familias, todos hacemos política pero la verdad nosotros los trabajadores, por responsabilidad circunstancial de conducción como dirigentes sindicales, vamos a pedir paritarias no pensando en la política, sino por mejoras para nuestros representados.

-Me refería a que la mesa paritaria siempre está inclinada, y no a favor de los trabajadores, y en eso también juega la política.

-Ah, eso sí y siempre.

-Sergio Palazzo nos dijo que en paritarias no se pelea sólo un porcentaje o mejoras. Que hay empleadores que en la discusión colectiva revelan un desprecio por el trabajador. ¿Pasa?

-No recuerdo bien la frase, pero ya es casi leyenda. Robustiano Patrón Costas dijo que a Perón lo que no le perdonaba no era que le diera derechos a los trabajadores, sino que Perón los animó a que ellos lo miraran a la cara, a los ojos…

-¿Qué va a pasar con la paritaria de la UOM?

-Nosotros vamos a romper el piso de la inflación, vamos a dar pelea y a superarla. Nuestro secretario Abel Furlán vino a recuperar la dignidad de los trabajadores metalúrgicos. Él y otros compañeros tienen la lucidez como dirigente y eso lo podés apreciar en cada una de sus expresiones. Veo mucha esperanza en los trabajadores hoy, y también la tenemos nosotros, los compañeros que lo acompañamos a Furlán.

-¿Hubo un cambio de época en la UOM. Es como que se despertó un músculo sindical?, incluso en las últimas revisiones de paritarias hubo movilizaciones importantes.

-Sí, por supuesto. Te vuelvo a repetir, vemos que la gente tiene mucha esperanza y ve en Abel Furlán las ganas de salir a luchar de nuevo. El vino a visitarnos a la seccional para el  festejo del triunfo de la lista, estuvo todo el cuerpo de delegados anterior a la elección y los que militaban en la lista verde, la cual hoy me toca conducir y que fue la triunfadora. Bueno, ese día había delegados y compañeros que se emocionaron hasta las lágrimas al escucharlo hablar, y eso no se veía desde hace mucho tiempo.

«Decía Eva Perón que no iba a haber paz en Argentina mientras pocos tuvieran mucho y muchos no tuvieran nada. Creo que todavía seguimos así»

-Usted derrotó a un histórico en Quilmes como Francisco «Barba» Gutiérrez. ¿Hoy ustedes se pueden mirar de frente?

-Yo pienso que sí. Acá no hubo traiciones sino que a los que no toca estar conduciendo decidimos que no podíamos fallarle a los compañeros que querían un cambio en la UOM.

-El empresariado no oculta su visión en cuanto a que «con la conducción de Furlán hay un cambio de actitud del sindicato». Léase kirchnerismo. ¿Hasta dónde eso es un preconcepto y hasta dónde es real ese cambio de energía para discutir temas salariales o convenios?

-No tiene nada que ver lo que nosotros podamos sentir o qué afinidad política tengamos, con la representación de los trabajadores. Creo que los empresarios intentan quizás jugar con esa mirada, pero no van a sacar un rédito alguno, porque a nosotros no nos toca representar kirchnerismo o no kirchnerismo. Nosotros representamos trabajadores. Y ellos quieren ganar mejor, han visto que los últimos 7 años no les ha ido bien, ni en nuestro propio Gobierno, por la pandemia, por la guerra Rusia-Ucrania, por todo este sinfín de cosas que han sido obstáculos permanentes, y errores propios también. Pero los 4  años de Macri, donde puedo decir que era el Gobierno de ellos, es donde peor le fue al trabajador. Entonces lo del kirchnerismo es solamente buscar una excusa para decir que los que somos estamos tratando de recuperar el salario de los trabajadores.

-Discutir si el kirchnerismo es peronismo, algo que incluso se da en el propio Frente de Todos, ¿es perder el tiempo?

-Que no te quede la menor duda que es perder el tiempo. A ver, Furlán lo graficó bien. «Si me quieren tratar de kirchnerismo porque dicen que lo más cercano al mejor peronismo fueron los años de Néstor y Cristina, díganme kirchnerista». El peronismo, las generaciones a las que les ha tocado ingresar a su primer puesto de trabajo del 2003 a la fecha, nunca estuvieron mejor salarialmente hablando en esta etapa, con poder de compra y derechos. Y eso fue lo más cercano al peronismo que vivieron nuestros viejos o abuelos.

-Jorge Luis Borges ironizó alguna vez que «los peronistas son incorregibles». Tomo esas para preguntarle si la CGT es incorregible y no es solo como crítica, quizás en Azopardo están todas las divisiones de los trabajadores y que también son un espejo de la sociedad.

-¡Me pusiste en un apuro, gran pregunta! Mirá, si vos me decís cómo me gustaría que sea la CGT te contesto que me gustaría que sea una CGT como la de Saúl Ubaldini. No nos olvidemos que él se animó a encarar un primer paro en la dictadura. Y su lema fue pan, paz y trabajo.

-Abramos la carpeta tema: «Que la cuenten como quieran». ¿Ver a gente de barrio, clase media, laburantes y pobres repetir las verdades libertarias o de la derecha, implica que ellos ganaron la batalla cultural con muy poco?

-Si es un pensamiento, lo comparto. Si es una pregunta te respondo que sí. No pudimos ganar, en nuestro mejor momento, la batalla cultural, hacerle entender a la gente la gran frase de Lorenzo Miguel: «No hay solución gremial sin solución política». Nadie se salva solo, si dependés de un tercero para vivir. Todo aquel que necesite trabajar bajo relación de dependencia o en la informalidad, cortando el pasto en tu casa, arreglando una canilla o lo que sea, si no hay un modelo donde la gran mayoría esté bien, no se va a salvar solo. Porque si vos no ganás bien, que sos un asalariado con relación de dependencia -como son mis compañeros laburantes-, no van a tener para que les corten el pasto, lo van a hacer ellos mismos o lo van a cortar con menos periodicidad. Creo que nos entraron por todos lados porque no pudimos ganar la batalla cultural, explicarle al pueblo que la patria es el otro, como dice Cristina. Nadie se salva solo, los únicos que se salvan solos son los pocos que, si hay crisis a veces ganan más todavía, y si no hay crisis igual ganan.

-Mirando el espejo de la distribución del ingreso está todo muy claro. ¿Queda tiempo para darlo vuelta pensando en las elecciones del año que viene?

-Lo último que se pierde es la esperanza. La gente no los quiere votar a ellos, si los vota es por el desencanto, la bronca, por tener levantarse a la mañana y para poder que los chicos coman todos los días, el padre, la madre, el trabajador con su esposa, tienen que tomarse el mate cocido días antes de terminar la quincena.

-Estamos en Quilmes, ¿Mayra Mendoza?

-Intendenta 2023 sin lugar a  duda

-¿Por gestión?

-Desarrolla la mejor gestión desde la vuelta a la democracia, sin ninguna duda. Soy parte de su espacio político, militamos en la intendencia de la compañera. En política se debe conducir por capacidad y Mayra tiene toda la capacidad para conducir el distrito como lo está haciendo, por gestión y capacidad política, es una trabajadora incansable.

-¿Sueña con ser el secretario general de la UOM, a nivel nacional, o algún día ser legislador o un ministro como Walter Correa?

-Mi sueño es ser el secretario general de la UOM de Quilmes y retirarme cumpliendo mi palabra, cuando me toque la edad, jubilarme e irme. Eso sí, dejando a la UOM mejor de lo que la encontré.

-Siendo hincha de San Lorenzo, ¿suscribe aquello de que, se juega como se vive?

-Últimamente… dejémoslo ahí (risas). Es difícil. Me decía mi viejo, que algo bueno habrá hecho ya que mi mamá hasta el día de hoy y después de 20 años todavía lo llora: «Hijo, uno nunca termina de conocer a las personas». Y creo que el mundo, como lo dice el tango «Cambalache», el cual conocí cantado por Joan Manuel Serrat, lamentablemente el mundo está hecho para los rufianes y los vivos y el pueblo sufre mucho, y eso no es por las conducciones políticas solamente, sino que cuando se barajó se le dio mucho a muy pocos, y a muchos no se les dio nada. Decía Eva Perón que no iba a haber paz en Argentina  mientras pocos tuvieran mucho y muchos no tuvieran nada. Creo que todavía seguimos así.

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