Tras el contundente triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires, la CGT anticipa una estrategia más confrontativa contra el Gobierno de Milei, aunque descarta convocar nuevos paros generales.
El objetivo: respaldar al PJ en las elecciones del 26 de octubre y presionar por reapertura de paritarias y diálogo político.
En las próximas horas, los principales referentes sindicales se reunirán para analizar si hay un cambio táctico —hasta ahora caracterizado por la prudencia— frente al nuevo escenario político que dejó la elección bonaerense. Al mismo tiempo, avanza el congreso cegetista del 5 de noviembre, donde se elegirá nueva conducción.
Un dirigente del ala dialoguista aclaró a Infobae: “nadie quiere que se caiga el Gobierno”, y planteó que la prioridad es redoblar esfuerzos para lograr correcciones en políticas oficiales y abrir canales de diálogo multisectoriales.
Por su parte, sectores más comprometidos con Axel Kicillof apuestan a que la CGT “debe trabajar para que el peronismo gane en octubre”. En los hechos, esto se traduciría en presionar por paritarias sin topes y organizar movilizaciones con foco electoral. Como explicaron, “esa es la única forma de sacarle herramientas al Gobierno para que haga lo que quiera”.
A pesar de admitir que Milei difícilmente modifique sus políticas, un jefe gremial señaló con ironía: “No va a echar a su hermana y aunque aparte a los Menem, es difícil que modifique muchas medidas que afectan a los trabajadores y a los jubilados”.
Sobre la posibilidad de nuevos paros generales, un miembro de la CGT lo descartó: “Eso no modifica nada. El tema es político y por eso hay que apuntar a ganar las próximas elecciones”.
El trasfondo electoral fue también interpretado como una respuesta al malestar social, más que un respaldo automático al peronismo. Numerosos sindicalistas creen que se trató de “un desahogo” del electorado ante el deterioro económico, lo cual impactó incluso en regiones rurales donde Milei aspiraba a tener mejor resultado.
A su vez, el fortalecimiento de Kicillof tambiéntiene impacto en la interna sindical: líderes cercanos como Héctor Daer (Sanidad), Cristian Jerónimo (vidrio) y Maia Volcovinsky (judiciales) participaron de la celebración del triunfo peronista en La Plata, junto a figuras de la CTA como Hugo Yasky y Roberto Baradel, y dirigentes alineados con CFK como Sergio Palazzo y Vanesa Siley.
En definitiva, la CGT busca sacar rédito político sin recurrir a medidas de fuerza extremas: la agenda electoral se combina con una estrategia centrada en la negociación paritaria y una mayor visibilidad en la calle, todo con el horizonte puesto en construir mayorías congruentes con el movimiento obrero hacia 2027.
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