La grieta de la CGT, al rojo vivo en La Matanza

La grieta de la CGT, al rojo vivo en La Matanza

Fuego cruzado con el posicionamiento político local como trasfondo. Protagonistas, perfiles y raíz de la diáspora obrera en el bastión industrial del país.

Un comunicado alcanzó para cavar hondo en la grieta persistente dentro del movimiento obrero en La Matanza, uno de los principales bastiones industriales del país. Aunque en años anteriores hubo amagos de fusión, el paisaje cegetista matancero sigue dividiéndose en dos centrales: la CGT Regional, comandada por el textil Mario Ortiz, y la CGT “Unidad”, que encabeza el mercantil Ernesto Ludueña . Días atrás, la segunda agrupación publicó un texto donde arremetió duro en dirección al municipio comandado por Fernando Espinoza y exigió catalizar los reclamos ante funcionarios y concejales locales de la rama gremial, dentro de los que se encuadra el propio Ortiz, quien no tardó en responder: “Nunca gritaron” durante los cuatro años de Cambiemos, reprochó.

Al hablar de "carencias que debieron ser suplidas hace años" ya que desde 1983 La Matanza fue gobernada por un peronista, la CGT de Ludueña apuntó contra “el desempleo, el estado de nuestras escuelas, el estado paupérrimo en el que se encuentran nuestras instituciones sanitarias y, sobre todo, la pandemia principal del distrito: la falta de seguridad”. El extenso comunicado crítico cerró pidiendo impulsar “un gran acuerdo con las fuerzas políticas de La Matanza que estén identificados con nuestra ideología para coordinar un accionar conjunto".

En la CGT liderada por Ortiz consideraron "innecesario" ese comunicado, ratificaron el apoyo a Alberto Fernández, Axel Kicillof y Espinoza y, aunque en el texto señalaron desconocer "las verdaderas intenciones" del comunicado de la CGT de Ludueña, más tarde aludieron a intereses políticos tendientes a dispersar al movimiento obrero local en medio de un año electoral.

“Cada uno es dueño de expresar su posición con respecto a las falencias que puede haber, pero tenemos que ser claros: durante cuatro años nos callamos la boca, éramos amigos del Momo Venegas y no decíamos nada. A partir del nuevo gobierno empiezan estas situaciones. Vidal se dio el lujo de decir que no iba a abrir dos hospitales de La Matanza. Si uno ve esto y es peronista en serio, no puede venir a ensuciar la cancha ahora”, expresó Ortiz en diálogo con Letra P acerca del perfil que mostró Ludueña durante el macrismo.

Ante la consulta de este medio, voces del gremialismo matancero afines a Ludueña retrucaron que el comunicado en cuestión mencionó que el gobierno macrista “fue un desastre” y el de Vidal, “nefasto”. También, aseguró que no tiene "una postura de oposición” a la gestión Espinoza, sino que reclaman “ser más escuchados” por el Ejecutivo local, ya que “son pocos” los llamados a la mesa de diálogo.

“Yo trabajé para que Alberto Balestrini llegara a la intendencia cuando otros eran pierristas y ahora se vienen a hacer que son más papistas que el papa", dijo Ludueña en declaraciones a AM 1250, para marcar: “Con Espinoza tengo un buen diálogo; que no nos pongamos de acuerdo no quiere decir que tenga un mal concepto como persona".

Ortiz descree: “En la declamación está todo bien, estuviste en contra de Macri, pero no se hizo nada. ¿Y ahora querés resolver todos los problemas en un año y con una pandemia en el medio que destrozó la industria y el comercio?”. El dirigente textil y concejal del FdT dijo que las críticas de Ludueña durante el gobierno de Cambiemos se dirigían al municipio de La Matanza, que “era como una isla a la que bombardeaban de todos lados”. Se refiere a recortes presupuestarios y de recursos para obras que nunca llegaron del macrismo.

En el medio de esta disputa, hay sectores que se lamentan. "Estábamos todos trabajando para la unidad y ahora aparece esto", señaló a este medio un dirigente gremial que prefiere mantenerse al margen de la pelea pero no deja de marcar la “pertenencia al massismo” de Ludueña, quien integra la comisión directiva del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio (SEOCA) Zona Oeste, que comanda el dirigente del Frente Renovador Rubén Ledesma.

 

Historia de la unidad que no fue

Quienes conocen el paño gremial matancero describen que, en tiempos de normalización de la CGT Nacional vía triunvirato, Ortiz y Ludueña mantuvieron dos reuniones con vistas a replicar la unidad en La Matanza. Sin embargo, los avances se frenaron a la hora de definir quién quedaba al mando de la Regional unificada. “Yo le dije que unificar la CGT era que los dos diéramos un paso al costado para elegir otro dirigente. No lo aceptó”, afirmó Ortiz sobre el planteo realizado años atrás a Ludueña, que nunca prosperó, al advertir que el mercantil pretende erigirse como el líder de la CGT unificada.

En esa línea, el dirigente textil puntualizó: “Yo no tengo ningún problema, como secretario general  de la CGT de La Matanza, de dar mañana un paso al costado, pero él también tiene que hacerlo. De mi lado, estoy totalmente dispuesto a hacer la unidad, pero la unidad de verdad”. Cerca de Ortiz advierten que no confían en una CGT unida bajo el ala de Ludueña; creen que el sello, “más en un año electoral”, podría “trabajar políticamente” en armados que buscaran disputarle el mando municipal a Espinoza.

Para fuentes gremiales cercanas al textil, los antecedentes abren a la desconfianza. Así, ejemplifican que, con las 62 organizaciones peronistas en La Matanza, brazo político del movimiento obrero, también se generó una fractura a pesar de buscarse la unidad con el dirigente de la UTA Marcelo Barreiro al frente. Como promotor de esa fractura, en el ala de Ortiz sindican a Ludueña.

En el comunicado de la discordia, la CGT “Unidad” firmó junto a la rama de las 62 organizaciones referenciada con Marcelo Dávila (Guincheros), dirigente que en los tiempos de Cambiemos remarcó que la unidad gremial bajo el manto de las 62 –aparato que supo comandar el socio macrista Gerónimo “Momo” Venegas- se daba para “trabajar mancomunadamente sobre un montón de falencias que tiene el distrito”, cuestionando a los “gremios afines al gobierno municipal”. Sobre esas dos veredas, la grieta del gremialismo parece abrirse cada vez con mayor profundidad.

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