Maturano, Fernández y Barrionuevo encabezarán una cumbre con un paro de transporte en el horizonte y la intención de meterle presión a la CGT para confrontar con Milei

Maturano, Fernández y Barrionuevo encabezarán una cumbre con un paro de transporte en el horizonte y la intención de meterle presión a la CGT para confrontar con Milei

La reunión será este jueves. Omar Maturano, Roberto Fernández y Luis Barrionuevo encabezarán una cita de los gremios del transporte nucleados en la UGATT. Pondrían fecha a un paro general sectorial y acordarían redoblar la presión sobre la CGT para confrontar con Milei. No descartan marchar a Azopardo.

Una cumbre de alto voltaje que tiene a tres pesos pesados cegetistas como anfitriones se desarrollará este jueves. Serán el líder de La Fraternidad, Omar Maturano, el titular de la UTA, Roberto Fernández y el gastronómico Luis Barrionuevo, los que encabecen la cita que tiene por objetivo empezar a endurecer la posición frente a la gestión de La Libertad Avanza.

En la sede de la UTA recibirán a los gremios del transporte nucleados en la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT), una estructura paralela a la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y definirán los pasos a seguir. Se cree que podría ser la partida el cotitular de la CGT, Carlos Acuña.

«La intención es definir un paro general de todo el transporte», le dijo a InfoGremiales uno de los armadores del encuentro. Adicionalmente buscarán ganar protagonismo en un clima de desconcierto y posicionarse en la interna de la CGT.

«Un paro es chiquito, hay que hacer otras cosas» había dicho hace algunos días el propio Maturano, quien hace las veces de «fróntin» y de punta de lanza de la UGATT.

La idea es activar no sólo a sus aliados sino mover a la totalidad del esquema sindical. Es más, algunos hasta dejaron trascender la intención de movilizar a la sede Azopardo de la CGT si es que la central obrera no motoriza una nueva huelga general contra la gestión de Javier Gerardo Milei.

La huelga de transporte, entonces, podría ser una jugada a dos bandas: serviría para visibilizar los innumerables problemas que tienen las diferentes actividades del sector y, también, para mover las piezas en un ajedrez gremial que los posicione como sector más dinámico de una CGT que todavía no se anima a la batalla día a día con los libertarios.

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