Desde la Confederación General del Trabajo se volvieron a plantar frente a la reforma laboral que impulsa el Gobierno y advirtió que, si no hay un diálogo real, el conflicto escalará en el Congreso, en la Justicia y en las calles. La conducción cegetista cuestiona que la iniciativa “no moderniza”, sino que “flexibiliza derechos” al extender jornadas, eliminar horas extras y reducir protecciones, según expresaron dirigentes como Jorge Sola.
“Sin letra chica y sin baja de impuestos, no hay diálogo posible”, sentenció Sola en declaraciones radiales, donde insistió en que el Ejecutivo “avanza entre trascendidos” y sin convocar a los actores centrales del sistema laboral. “El Gobierno hace circular versiones y después las desmiente. Así no hay posibilidad de un tratamiento serio”, remarcó.
El cotitular de la CGT afirmó que cualquier reforma que se discuta “sin consensos y sin los sectores afectados en la mesa” está destinada al fracaso. “La discusión se desarrolla entre trascendidos, sin la fuerza de trabajo ni los empleadores productivos. Los dos sectores que sufrirían las consecuencias de una ley no están sentados en ninguna mesa de consulta”, cuestionó.
La central también volvió a poner sobre la mesa la presión tributaria, un reclamo que viene creciendo entre pymes, sindicatos y economistas que advierten que la carga impositiva argentina sigue entre las más altas de la región. “Bajen los impuestos, que para eso vino este gobierno”, planteó Sola. Según relevamientos de la UIA y datos oficiales del Ministerio de Economía, la carga tributaria total para una pyme puede representar entre el 30% y el 40% de sus ventas, afectando su capacidad de contratar personal formal.
Sola pidió que el debate tributario se aborde antes que cualquier reforma del empleo: “Una pyme que quiere nacer paga impuestos nacionales, provinciales y municipales antes de contratar un solo trabajador. Si queremos inversión productiva, bajen impuestos”.
Respecto a las críticas empresarias sobre la litigiosidad laboral, el dirigente fue directo: “Si el empleador paga lo que corresponde, el juicio no existe. Tomar trabajadores en negro es un delito, lo dice la ley”. Y agregó que la duración de los procesos judiciales “perjudica a todos”, pero es responsabilidad del Poder Judicial y “no del marco legal”.
La CGT anticipa que el proyecto de reforma recién llegaría al Congreso después del Presupuesto, es decir, en febrero. Sin embargo, exigen que no se repita la dinámica de las comisiones legislativas: “Las comisiones escuchan a los sectores, pero la letra chica no cambia. Y ahí está el problema”.
En medio de este panorama, Sola aseguró que la central llega “fortalecida y unida” al debate que se viene. “No estamos solo para oponernos. Estamos para aportar soluciones que generen más trabajo, mejores condiciones y mejores salarios”, afirmó. Y cerró con un mensaje político: “Representamos a todos los trabajadores, voten al peronismo o no. Los intereses de los laburantes no tienen afiliación partidaria”.

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