A través de un comunicado siete sindicatos del sector anunciaron un paro de actividades para el próximo viernes en queja por la política aerocomercial del gobierno a la que compararon con el período neoliberal previo al actual. “En la década del 90, la desregulación del mercado aerocomercial y la feroz guerra de tarifas obligó a bajar costos e inversiones, llevó a la quiebra a Southern Winds y DINAR, puso al borde a Aerolíneas Argentinas y Austral, y generó el trágico siniestro de LAPA que la hizo desaparecer”, señalaron.
Mediante un comunicado, los gremios APA, APTA, UPSA, UALA, APLA, ATCPEA y ATEPSA lanzaron un paro de actividades en todo el país para el viernes 13 de Julio, en el comienzo de las vacaciones de invierno. En el mismo señalaron que “la Política Aerocomercial de este gobierno nunca fue formalizada, puntualizando sus objetivos e identificando sus medios”, y criticaron que “nunca hubo diálogo, participación sectorial, ni consensos”.
En el punto más crítico del texto, los sindicatos denunciaron un empeoramiento en la seguridad. “Se quiere reemplazar las actuales y comprobadas confiables normas aeronáuticas argentinas RAAC, por las mucho más laxas y menos exigentes Latinoamericanas LA R ’s. De producirse esas sustituciones, las capacitaciones, habilitaciones y el ejercicio profesional de Pilotos y el Personal Técnico Aeronáutico se verán peligrosamente devaluados y flexibilizados y, por ende, la seguridad operacional aérea de nuestro país”, aseguraron.
Y agregaron: “Semejante error y temeridad, solo puede explicarse en la pretensión de multiplicar varias veces las ganancias de los accionistas de empresas aerocomerciales, especialmente las de modelo Low Cost. Se quiere bajar costos, sacrificando seguridad aérea. No para beneficiar a los usuarios con vuelos baratos, sino para aumentar la riqueza de los empresarios. Para conseguirlo, utilizan la tenaz gestión de nuestros funcionarios públicos”.
Por otra parte, aseguraron que los aeropuertos “ya estaban al borde del colapso a fines de 2015” y que la creciente demanda que originan los operadores aéreos locales y extranjeros no es acompañada por “la capacidad profesional, tecnológica y de infraestructura del sistema de navegación aérea nacional”.
“Vaya como ejemplo de este subdesarrollo, el reciente cierre del Aeroparque por carecer de una tecnología que tiene décadas, la cual permite operar con total normalidad aún con visibilidad debajo de los 100 metros”, señalaron en referencia a la cancelación de vuelos por niebla durante el último fin de semana.
Y advirtieron: “La Argentina, según el presidente de ALTA (Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo), está aumentando sus vuelos a un ritmo del 15% anual. Por lo tanto, si no se solucionan las múltiples y graves deficiencias existentes en nuestro sistema de navegación aérea para que pueda satisfacer el crecimiento de nuestro tránsito aéreo, su colapso será inevitable. Y el costo en vidas y pérdidas materiales también”.
Desde enero de 2016 el Ministerio de Transporte autorizó a operar a un número creciente de compañías aéreas extranjeras desde el interior del país hacia el exterior. Las primeras fueron las del holding LATAM, y luego se fueron sumando muchas más latinoamericanas como COPA, y europeas como Air Europa. Desde entonces, existe un aumento exponencial de vuelos y pasajeros hacia el extranjero sin pasar por Buenos Aires.
Los Sindicatos Aeronáuticos Unidos también criticaron la “lluvia de importaciones de empresas áreas extranjeras” sin acuerdos bilaterales de reciprocidad para que empresas aerocomerciales locales operen en otros países.
Sobre el modelo “Low Cost” aseguraron que además del confort “comprometen seguridad en vuelo”, como el gasto de combustible, capacitación del personal, exámenes psicofísicos de técnicos y pilotos, condiciones y modalidad laboral, calidad y cantidad del mantenimiento y la reparaciones aeronáuticas”.
Y añadieron: “Cuando las compañías Low Cost dominan un mercado aerocomercial, obligan a las otras empresas tradicionales a implementar su mismo modelo empresarial “Low Cost”, emparejando todo hacia la baja para poder competir y sobrevivir. Así no solo se devalúan el confort y los servicios de abordo, sino también la seguridad en vuelo, junto con la estabilidad, calidad y salarios de los empleos aeronáuticos”.
Además, consideraron que el “antecedente Low Cost en la Argentina se llamó LAPA”, a la que describieron como “una experiencia trágica y horrorosa, que el 31 de agosto de 1999 dejó en Aeroparque 67 muertos y decenas de heridos con secuelas de por vida. Solo hubo un par de condenas menores sin cárcel, y la mayoría de los responsables fueron absueltos por prescripción de la acción penal, no por inocentes. La impunidad judicial era habitual hasta esa tragedia”.
La reacción de los gremios se generó luego de que el gobierno nacional anunció la eliminación de “la banda mínima tarifaria”. Al respecto, advirtieron: “En la década del 90, la desregulación del mercado aerocomercial y la feroz guerra de tarifas obligó a bajar costos e inversiones, llevó a la quiebra a Southern Winds y DINAR, puso al borde a Aerolíneas Argentinas y Austral, y generó el trágico siniestro de LAPA que la hizo desaparecer”.
“La situación de Aerolíneas Argentinas” es crítica
Los gremios denunciaron que la situación Aerolíneas Argentinas y Austral “sigue siendo crítica”, porque a pesar de que las empresas transportan más pasajeros y facturan más siguen teniendo déficit operativo.
“Aerolíneas Argentinas y Austral aumentaron su participación en el mercado de cabotaje y lo lideran, pero es donde se cobra en pesos. En el mercado internacional la mayor participación la tiene LATAM y la sigue Aerolíneas Argentinas. Luego de haber entregado sus autoridades a la Low Cost española Level, la rentable ruta Buenos Aires – Barcelona, que se cubría con un 92°/o de ocupación. Muchos de los grandes costos de ambas empresas son en dólares: combustible (con el precio del barril subiendo); alquiler de aviones; mantenimiento (compra de equipos, repuestos y trabajos en el exterior). Si las compañías se endeudan en dólares a tasas variables altas, con al menos un 50°/o de sus ingresos en pesos, se va a llegar a una situación similar a la que atraviesa el país con su deuda externa: va a ser imposible de pagar”, alertaron.
“Como acertadamente sostenía lsela Constantini, ambas empresas son perfectamente viables, pero debían tener un período de cuatro años para ser saneadas financieramente y reactivadas con excelencia económica y comercialmente. Después estaban en plenas condiciones de competir. Por eso fue despedida. El presidente Macri y el ministro Dietrich, en cambio, querían lo contrario: imponer de inmediato la “lluvia de empresas aéreas importadas”, para que compitan deslealmente en contra de Aerolíneas Argentinas y Austral y forzarlas a desaparecer, transfiriendo luego las culpas al todopoderoso y anónimo ‘mercado’”, denunciaron.
Antes de terminar, el comunicado advierte: “Se debe tener presente, que de producirse algún siniestro aéreo que tenga como consecuencia la pérdida de vidas de usuarios y lo trabajadores aeronáuticos y/o habitantes en tierra, además de las pérdidas materiales, el Ministerio de Transporte, la ANAC(Administración Nacional de Aviación Civil), la EANA (Empresa Argentina de Navegación Aérea) y la JIAAC (Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil), son también civil y penalmente responsables si el evento hubiera ocurrido por el incumplimiento de sus deberes, por acción u omisión, responsabilidades legales similares a las existentes en la terrible tragedia ferroviaria de Once”.
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