El borrador que ingresará a comisiones está en poder de Martín Menem. La conducción de la CGT asegura desconocer el texto y, desde abajo, piden medidas de acción directa.
Por: Alfonso de Villalobos
@alfondevil
El presidente de la cámara de diputados Martín Menem ya tiene en su poder el proyecto definitivo de reforma laboral que el gobierno buscará aprobar en sesiones extraordinarias a realizarse entre diciembre y enero próximos.
La letra de la norma todavía no se conoce pero emergió de las negociaciones realizadas en el ámbito del Consejo de Mayo del que participan representantes de los gobernadores, de las cámaras empresarias y de la misma CGT.
Allí el dirigente sindical nominado a dedo por el gobierno a través de un decreto de necesidad y urgencia, Gerardo Martínez, manifestó que, en realidad, la norma definitiva no cuenta con el avala de la parte sindical y que, por lo tanto, será rechazado por la CGT. Con todo, el titular de la UOCRA no dio pistas sobre la modalidad en la que ese rechazo se llevará adelante e insistió con la necesidad de abrir un diálogo para que, en todo caso, la reforma no afecte derechos adquiridos de los trabajadores registrados.
Linea oficial
Por su parte, Jorge Sola, uno de los flamantes triunviros que conducen la Central, en diálogo con el programa Ahora Dicen en Futurock, señaló que “hasta ahora, lo que sabemos sobre la reforma laboral son todos trascendidos. Fuimos convocados para tratar los temas, pero no más que eso.» Con todo, el dirigente adelantó que “si el proyecto que proponen es el como el del decreto 70/2023, nos vamos a oponer«. A la vez, destacó “que hayas ganado las elecciones, no amerita que esos electores te hayan permitido ir a fondo con la reforma laboral que se te ocurra» e insistió en que se abra una mesa de negociación: “como CGT no estamos sentados en ninguna mesa”.
Pero además Jorge Sola adelantó su intención de desviar el eje de la ofensiva en tanto, dijo, “creo que es necesaria una reforma tributaria y después preocuparse por una modernización en el trabajo».
Confrontación
Pero desde otros sectores de la CGT surgen posiciones más confrontativas que pregonan ir directamente a una medida de fuerza. El diputado nacional de Unión por la Patria y dirigente del SMATA que supo renunciar al Consejo Directivo de la CGT anterior, Mario “Paco” Manrique según consignó el portal infogremiales.com opinó en radio Splendid que se trata de “una reforma laboral destinada a debilitar a los sindicatos y profundizar un modelo económico desindustrializador”.
Mario «Paco» Manrique del SMATA reclamó un rol más activo a la CGT.Foto: Pedro Pérez
A la vez, “reclamó un rol más activo de la CGT y mayor movilización para frenar los cambios propuestos”. El dirigente fue directo al núcleo del argumento oficial en tanto cuestionó la supuesta correlación entre creación de empleo y flexibilidad de la normativa laboral. Manrique opinó que “ningún empresario va a tomar personal que no necesita, aunque ese trabajador fuera gratis”. El dirigente recordó además que, en este contexto, “se cierran 30 fábricas por día”.
Por eso, opinó que las estrategias institucionales que podrían adoptarse deberán complementarse medidas de acción. Manrique señaló que “cuando el Gobierno no entra en razón, lo único que nos queda es la movilización”.
Al mismo tiempo, otro de los dirigentes más combativos dentro de la CGT, el titular de la Federación Aceitera, Daniel Yofra, aprovechó una entrevista para reivindicar la huelga general. Para el dirigente aceitero “la huelga le cambió la vida a los aceiteros: nosotros éramos pobres y hoy los trabajadores se pueden ir de vacaciones”.
Para Daniel Yofra, de Aceiteros, «nuestra obligación es salir a la lucha».
Por eso, se preguntó en un mensaje solapado a la conducción de la CGT, “¿Por qué tenemos tanta contemplación con empresarios que vinieron a hacernos la guerra?”. El dirigente, según puntualizó infogremiales, señaló que “vinieron a sacarnos derechos que a muchos les ha costado la vida, encarcelamiento, desapariciones. Nuestra obligación es salir a defender esa lucha”.
La ofensiva del gobierno en materia de relaciones laborales, si el triunvirato no asume una actitud de confrontación directa, irá ensanchando la grieta que existe dentro de la conducción de la CGT y en el conjunto del movimiento obrero.




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