Unos 68 sindicatos firmaron ayer un duro documento dirigido tanto al gobierno nacional como para la actual conducción de la CGT. Este sector, donde participa la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), Camioneros, Smata, entre otros, exigen un cambio de la política económica para defender de la industria nacional y promover la recuperación del mercado interno, entre otras puntos, pero también le reclamaron a la cúpula de la central obrera que llame a un plan de lucha “en defensa de los intereses de los trabajadores” y, sobre todo, que inicie el proceso de renovación de la conducción de la CGT.

El encuentro se realizó en la sede del gremio de pilotos, APLA, que conduce Pablo Biró. En esta oportunidad no estuvo presente Pablo Moyano. Su lugar  lo ocupó Omar Pérez, a la sazón secretario Gremial de la CGT. Tampoco participó el titular de los mecánicos,Ricardo Pignanelli y lo reemplazó Ricardo De Simone. Pero también llegaron hasta la sede del gremio aeronáutico nuevos representantes de sindicatos como el del vidrio y el de encargados de edificios, entre otros.

La discusión del documento fue lo que menos tiempo llevó porque ya había sido acordado la semana pasada y ayer se limitaron a leer y aprobar el texto que será dado a conocer a través de solicitadas en los diarios. Donde hubo discusión es en la estrategia a seguir para otorgarle a la actual CGT un perfil de mayor confrontación ante el Gobierno nacional.

Por caso, ayer se discutió qué hacer frente a la inminencia del prometido plenario de secretarios generales. Vale aclarar que es una promesa del triunvirato pero a siete de días de cumplirse el plazo todavía no convocaron al Consejo Directivo que es el órgano que debe llamar al plenario. Hasta tanto eso se resuelva, entre los participantes de la reunión de ayer se debatió qué hacer y se expresaron tres posibilidades. Unos se inclinaron por participar del plenario pero para dejar sentada las diferencias con la conducción cegetista. Otros plantean no asistir y un tercer grupo propuso directamente convocar a un propio plenario que incluya las regionales de la CGT a realizarse en un lugar diferente al que pretende o dice querer el triunvirato. Cualquiera de las opciones implica un endurecimiento mayor de las relaciones con el triunvirato. La próxima semana, cuando este grupo de gremios al que denominan Lezica se vuelva a reunir se definirá por una de estas opciones. 

En tanto, el documento aprobado tiene dos partes. La primera está claramente dirigida al Gobierno nacional al que le exigen “un cambio de la política económica” que se debe expresar en la defensa de la industria nacional, las pymes y las economías regionales. El listado de exigencias incluye también la regulación de las importaciones, recuperación del mercado interno; la declaración de la emergencia ocupacional, alimentaria y sanitaria, el rechazo a la reforma laboral y la implementación de paritarias libres. El texto pide además un “aumento de emergencia del salario mínimo”, la derogación de la reforma previsional, el aumento de las jubilaciones, pensiones y las asignaciones de los trabajadores de la economía popular, retrotraer las tarifas de los servicios a diciembre de 2017, la derogación de la reforma tributaria y la implementación de un nuevo esquema tributario progresivo donde pague el que más tiene.

En cuanto a lo que el grupo Lezica le reclama a la CGT está el llamado a un Comité Central Confederal para poner en marcha un proceso de elecciones que reemplace al triunvirato. También exigieron la convocatoria a un Plenario de Regionales de CGT y el “llamado a un Plan de Lucha en defensa de los intereses de los trabajadores”. Este último punto incluye el rechazo a la presencia del FMI en la Argentina que, dicho sea de paso, el martes pasado los triunviros y un grupo de gremios aliados se reunieron con la misión presente del Fondo en el país. 

El pedido de un Comité Central también es complejo porque la conducción tripartita de Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña está decidida a completar su mandato de cuatro años y cuenta con el respaldo de los gremios conocidos como gordos e independientes. Hasta la semana pasada participaba de esta idea el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) pero estos gremios comenzaron nuevamente a alejarse del triunvirato fruto del incumplimiento de algunos compromisos asumidos y que habían provocado el desprendimiento del MASA del grupo Lezica.

Por último el documento reclama que “la CGT debe hacer propios los puntos precedentes que resolveremos hacer conocer a los gobernadores y partidos políticos”.