Recambio de autoridades en noviembre, la previa se palpita con las divisiones y tensiones internas clásicas del movimiento obrero, hoy atravesadas por la crisis social y económica. A Gerardo Martínez lo realzan algunos pares como próximo secretario general, pero su idea es otra aseguran en ese gremio.
Por: Luis Autalan.
En los últimos meses de mandato para la actual conducción de la CGT, la renovación de autoridades también ocupa las deliberaciones sindicales, más allá de la crítica coyuntura económica y social de la era libertaria. Algunos consensos mínimos se trazan en torno a que el modelo de triunvirato ya no ofrece alternativas viables, y que se impone el regreso a la figura de un secretario general único. Este cambio obliga incluso a los dirigentes de mayor trayectoria a repensar el problema de la “representatividad”.
Sobre el tapiz público, el primer nombre que se postuló desde la consideración de secretarios generales fue el del titular de la UOM, Abel Furlán. La moción partió de otro dirigente de peso dentro del movimiento obrero: Pablo Biró, máximo referente de APLA, el gremio de pilotos. En una entrevista radial, Biró manifestó su respaldo al metalúrgico con una contundente definición: “Lo votaría a ojos cerrados”.
Para contextualizar su apoyo, cabe recordar que, como publicó BAE Negocios, el propio Biró es valorado por varios referentes sindicales como una figura con potencial para encabezar el secretariado nacional de Azopardo. Este medio también señaló a otros posibles candidatos, como el bancario Sergio Palazzo, el actual secretario de Prensa de la CGT, Jorge Sola (Seguros), y sobre todo Gerardo Martínez (UOCRA), referente del área de Relaciones Internacionales de la central obrera y representante en el Consejo de Mayo, espacio promovido por el oficialismo.
La senda hacia noviembre, en construcción
En el gremio de la construcción, también hubo declaraciones al respecto, aunque sin confirmar ninguna intención de competir. “La posibilidad de que Gerardo Martínez asuma la conducción de la CGT, ya sea en formato de secretario general único o como integrante de un eventual triunvirato, no existió ni existe. Al menos de su parte”, expresó Ricardo Camaño, dirigente de la UOCRA, al portal InfoGremiales.
Martínez fue, de hecho, el primer dirigente sindical consultado por el presidente Javier Milei para interiorizarse sobre el funcionamiento del fondo de desempleo de la UOCRA. Esa consulta reforzó una vez más el perfil de Martínez como interlocutor con gobiernos de distinto signo político y figura clave en los vínculos de la CGT con la OIT y otros foros internacionales.
Desde esas plataformas, tanto en Ginebra como en Buenos Aires, el dirigente de la construcción criticó en duros términos la paralización de la obra pública impulsada por el Gobierno, al considerar que esa política contradice la proclamada meta de promover la formalización del empleo.
En relación con las versiones que lo ubican al frente de una eventual nueva conducción, Camaño sostuvo que Martínez busca promover una renovación a través de dirigentes jóvenes y bien formados. “Hoy existen dentro de la CGT hombres y mujeres preparados para asumir ese desafío. Cuadros sindicales que están a la altura de esa responsabilidad. Y la tarea de los dirigentes más grandes y experimentados será la de respaldarlos y acompañarlos en ese camino”, expresó el dirigente del gremio industrial.
Más allá de tales declaraciones, no son pocos los que, tanto dentro como fuera del núcleo dialoguista y dominante de Azopardo, estiman que el proceso de transición hacia una figura más joven requiere que Martínez tenga un rol de conducción. Sobre todo frente al avance de sectores empresariales —como el Grupo Techint— que ya estarían promoviendo a sus propios referentes para ocupar espacios de poder en la futura CGT. Desde los sectores más combativos de la central advierten que la puja sindical se entrelaza con una disputa más amplia por el control del modelo sindical argentino en el contexto libertario.
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