Por Luis Autalan

En materia de salarios y en tiempos donde los ingresos siguen erosionados por la inflación las sumas fijas o bonos vuelven a ser planteadas desde algunos gremios. Uno de sus más fervientes propulsores, el triunviro cegetista Pablo Moyano, ponderó tal necesidad "para aquellos trabajadores que no logran empatarle a la inflación".

El camionero, sin perjuicio de realzar la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía y la valía de su candidatura, manifestó: "El Gobierno ha priorizado el salario de los trabajadores, pero le estamos pidiendo una suma fija como refuerzo paritario", expresó en declaraciones a la emisora Futurock.

Ya sea desde el bloque moyanista aglutinado en el Fresimona como en la Corriente Federal (CFT) e incluso desde ambas CTA, la suma fija fue reclamada hace más de un año cuando el Gobierno le debatió a través de los medios con funcionarios a favor, como el ministro de Interior Wado de Pedro y en contra, tal el caso de la titular de Trabajo Kelly Olmos.

La CGT que desde su núcleo dialoguista y dominante rechaza la suma fija, al aseverar que otorgarlas "achata la pirámide salarial", ponderando las paritarias como herramienta anti inflación pero varió un tanto esa postura a mediados de mayo, bajo la potencia inflacionaria. "Algunas actividades tienen un piso muy bajo, están perjudicadas en sus ingresos, nosotros estamos de acuerdo como CGT en una suma fija que coloque ese piso en una situación mejorada", dijo semanas atrás el adjunto de Azopardo y titular de UPCN, Andrés Rodríguez.

Ya se sabe que el campeonato nacional de la distribución del ingreso marca las derrotas salariales de trabajadoras y trabajadores. Y los dichos del estatal, que tuvieron lugar luego de una charla con Massa, coinciden en esencia con la mirada de Pablo Moyano.

Desde la cátedra económica y realce desde el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA de los Trabajadores que lidera Hugo Yasky, los economistas Pablo Manzanelli y Mariana González han sido categóricos respecto a la necesidad de la suma fija.

Inconsciente colectivo

Desde los sectores gremiales que se oponen a las sumas fijas, asumen que es una herramienta que puede servir ante la debilidad gremial para negociar o cuando el nivel de los ingresos exige la necesidad de generar un shock,y se remiten a 2003 y 2020 como ejemplos. Asumen incluso que los sectores con menos capacidad de negociación corren el riesgo de quedarse muy atrás de la inflación.

"Sin embargo, dada la actual dinámica del incremento de precios y con paritarias trimestrales, una suma fija se va a licuar rápidamente por la incorporación a los nuevos salarios de convenio, y su efecto sólo sería positivo en el cortísimo plazo", señalan.

Puntualizan entonces que el riesgo de una medida de esas características, "si no está acompañada de muchas otras", dispare una nueva escalada en los precios, lo que generaría que en un par de meses se regrese a la misma situación original "pero con la inflación en un escalón más alto que el actual".