Luego de su salida de la CGT, en la UOM hay tensión interna y reclamos por un plan de lucha

Luego de su salida de la CGT, en la UOM hay tensión interna y reclamos por un plan de lucha

El gremio metalúrgico se reacomoda al nuevo escenario, luego que su representante en el consejo directivo de la central obrera renunciara. Espacios internos se unen y le piden a Antonio Caló que se apruebe un plan de lucha contra las políticas del oficialismo, y denuncian pasividad en la conducción nacional. Además, muchos dirigentes reclaman por el fin del triunvirato cegetista. Quién es quién en el mapa interno del sindicato.

Diego Lanese

La salida de Francisco “Barba” Gutiérrez de la conducción de la CGT fue un duro golpe para la vida interna de la central obrera. Si bien a las pocas horas el titular de la UOM, Antonio Caló, dijo públicamente que su gremio está “más CGT que nunca”, la falta de reemplazante del secretario del Interior debilitó al triunvirato. La maniobra se dio luego de cierto aval de la central a la reforma laboral, que luego se fue diluyendo por los incidentes y la represión. Pero la herida quedó abierta. Puertas adentro, la maniobra no fue gratuita, ya que sectores internos comenzaron a presionar para que la conducción lance un plan de lucha contra las medidas del gobierno nacional, y potencie el perfil opositor del gremio, que en los 70 fue la columna vertebral de la estructura cegetista, e incluso dio varios secretarios generales, como José Ignacio Rucci. Incluso, alertan que varias secciones están tomando decisiones propias, ante la ola de despidos que golpea fuerte a la industria. En el mapa interna, algunos dirigentes están muy cercanos a la Corriente Federal, el espacio crítico a la CGT que viene reclamando un programa para enfrentar las políticas del frente Cambiemos.

Los cimbronazos por el portazo de Gutiérrez se comenzaron en el gremio metalúrgico, a partir de los muchos despidos que deben enfrentar en todo el país. Las críticas al triunvirato están a la orden del día, además de los reclamos para que Caló rompa con la central y se acerque a los sectores más duros del sindicalismo. “La CGT no tiene credibilidad”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente “rebelde”, que desde su seccional en el conurbano bonaerense viene pidiendo por el fin del triunvirato y una conducción única en la central obrera. “Hay que empezar de nuevo, y para eso la conducción actual debe renunciar, dar un paso al costado. No lograron defender a los trabajadores, los objetivos que se pusieron fueron muy pocos comparado con el mal que estamos sufriendo”, agregó. En este sentido, este dirigente remarcó en estricto off que Caló “debe decidirse” por un perfil más combativo, acorde “a los tiempos que corren”.

La interna en la UOM no es algo nuevo, y varios sectores vienen peleando por darle al sindicato su perfil. En los últimos meses, seccionales combativas comenzaron a formar una línea interna, a partir de los conflictos que se dan por los despidos en diversas localidades de los principales cinturones industriales. Así nació la denominada Corriente Metalúrgica Independiente, que junto a delegados de base se reunieron hace unos días, y consensuaron un documento fundacional donde llamaron a “romper el inmovilismo”. Según pudo saber Gestión Sindical, en el encuentro hubo representantes de seccionales de Quilmes, Morón, Matanza, San Miguel, Villa Constitución, Rosario y San Nicolás, todas zonas afectadas por la ola de despidos. “Las seccionales que estuvieron en la calle enfrentando las reformas tienen la responsabilidad de encabezar a los miles de metalúrgicos que queremos luchar, que convoquen a un congreso de delegados de base para coordinar las luchas en curso y debatir un plan de acción para llevar la lucha adelante”, reclamó el texto acordado por estas seccionales, que apuntaron a la actuación de varios dirigentes nacionales en varios conflictos, como el que sucedió en envases del Plata, donde afirman que “por el despido de 35 compañeros pararon la producción tres días hasta que Caló y la empresa acordaron con el gobierno una conciliación obligatoria con los despedidos adentro”. “La UOM es de todos los metalúrgicos, no de los dirigentes, que el sindicato ponga un fondo de huelga para sostener a los compañeros que salen a luchar, que nuestros aportes sirvan para esto y no para que se enriquezcan aun más los dirigentes que nos entregan”, se quejaron.

Estas tensiones internas se cristalizaron en este documento opositor, pero no son nuevas. Desde hace un tiempo la conducción de caló es cuestionada, en medio del reacomodo que generó la derrota del peronismo en 2’15. Caló no sólo encabezó la CGT más cercana al kirchnerismo, sino que además fue un activo participante de la campaña de Daniel Scioli a la presidencia. Luego de la victoria de cambiemos, decidió pasar a un lugar de segundo orden, y apoyó la llegada de Héctor Daer al triunvirato. Dialoguista con el gobierno en sus primeros meses, un grupo de dirigentes se diferenció de esta postura, y se sumó a las huestes de la Corriente Federal, que conduce el bancario Sergio Palazzo y es un espacio opositor al macrismo. Desde allí, el propio Gutiérrez y otros dirigentes –como el diputado nacional Abel Furlán –se fueron alejando del perfil dialoguista del gremio, y presionaron para buscar un plan de lucha más activo. Desde la corriente reclaman un programa para enfrentar las políticas de ajuste del gobierno. Con este espacio lograron apaciguar algunas internas dentro de la dirigencia combativa, como el malestar entre Pablo Moyano, secretario Gremial de la CGT, y Gutiérrez en su tiempo de secretario de Interior La normalización de las regionales los enfrentó, pero luego acordaron una tregua ante el avance del macrismo sobre los sindicatos. Hoy, a este espacio se le suma un tercero, formado por agrupaciones clasistas y de izquierda, otro dolor de cabeza para la conducción nacional del gremio.

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