Puja de dos modelos pone en peligro la unificación de la CGT

Puja de dos modelos pone en peligro la unificación de la CGT

• MOYANO Y LOS "GORDOS" QUIEREN TRIUNVIRATO.

• AYER VENEGAS SE SUBIÓ A LA PELEA PARA LIDERAR A SOLAS. 

El Gobierno apuesta a desgastar el proceso de fusión con la aparición de más candidatos. El sector de Viviani también pidió unicato.

Con intervención directa del Gobierno, la interna de la CGT quedó ayer expuesta y con riesgo de poner en peligro la unidad prevista para el 22 de agosto. Mientras los sectores mayoritarios avanzan en las negociaciones para concretar una conducción colegiada, con tres secretarios generales, otros dos grupos ayer se juramentaron, por separado, participar en el proceso sólo si surge un único líder al frente de la central obrera. 

La mano de Mauricio Macri se vio en un almuerzo convocado por el ruralista Gerónimo Venegas quien, como anticipó este diario, se lanzó con apoyo de gremios de la CGT de Hugo Moyano como candidato a secretario general en soledad de la organización. Lo hizo en compañía de otro dirigente asociado al partido gobernante, el municipal porteño Amadeo Genta, junto a un centenar de representantes de gremios pequeños. 

La misma conclusión, aunque con un sesgo ideológico distinto, fue alcanzada por los integrantes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que coordina el taxista Omar Viviani y que en su mayoría se identifica con la gestión de Cristina de Kirchner. El grupo, que integra medio centenar de organizaciones medianas y chicas, formalizará hoy su nominación del ferroviario Sergio Sasia como candidato a único jefe de la CGT. 

Por cuerda separada, los sectores comprometidos desde el inicio con el proceso de unidad, como el propio Moyano junto a los "independientes" y los "gordos" de los grandes gremios de servicios, ratificaron ayer su intención de avanzar hacia la fusión definitiva en un formato acordado previamente y hasta ahora plasmable en un triunvirato. 

"Lo ideal es una conducción con un secretario general, pero quizás sea necesaria una transición colegiada. Eso sí, cualquier formato con más de tres jefes sería un mamarracho...", le dijo a este diario Héctor Daer, del sindicato de Sanidad, referente de los "gordos" y nominado por ese sector como postulante a encabezar la CGT. 

Otro candidato a integrar el trío de líderes es el portuario Juan Carlos Schmid, que ayer recibió un nuevo espaldarazo de Moyano. Juntos participaron en un acto de la Juventud Sindical en un predio del gremio del Plástico en Esteban Echeverría, en donde Moyano lanzó críticas muy duras al Gobierno centradas en el tarifazo. "Cuando salgamos a pelear por las reivindicaciones que les están quitando a los trabajadores, esa pelea va a ser muy dura y ese tiempo no está muy lejano", avisó. 

El camionero, como había adelantado este diario, confirmó que mañana dejará su cargo en la CGT para cedérselo a Schmid, al menos hasta el 22 de agosto, fecha pautada para el Congreso de unificación con los otros sectores. 

En paralelo con los movimientos de todos los sectores, Luis Barrionuevo, jefe de la CGT versión "Azul y Blanca" y protagonista de las más estrafalarias componendas del movimiento obrero, se mantiene expectante de los pasos de sus pares de los otros grupos y con la esperanza de mantener para un dirigente de su confianza una de las sillas del posible triunvirato de conducción. Ese espacio, por ahora reservado para Carlos Acuña (estaciones de servicio), fue puesto en duda en los últimos días por una cuestión numérica: a excepción de los propios gastronómicos de Barrionuevo, la mayoría de los sindicatos que orienta tienen poco peso en la estructura interna de la CGT. 

Sin embargo, el peso del gastronómico no es estrictamente sindical sino político. Desde la asunción de Macri utilizó su cintura para convertirse en hombre de consulta del mandatario y presentársele como garante de una tregua del sindicalismo con el Gobierno. En los hechos la CGT no planteó hasta ahora medida de fuerza alguna a pesar de los tarifazos, la inflación creciente y el incumplimiento del Ejecutivo a compromisos como la rebaja de Ganancias, aunque esa inmovilidad tiene más que ver con la espera por la unidad del mes que viene y a negociaciones que también lleva adelante Moyano, el verdadero interlocutor privilegiado con Macri.

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