Asado en lo de Barrionuevo: mal de ausencias y protección a los implicados en causas judiciales

Asado en lo de Barrionuevo: mal de ausencias y protección a los implicados en causas judiciales

En el hotel de los gastronómicos estuvieron también Hugo Moyano y los cegetistas más duros, pero faltaron los "Gordos" y los "independientes". Hubo duras críticas al Gobierno y defensa de los gremialistas acusados por corrupción.

Un asado de verano, pero no en el mejor clima. Porque entre los invitados al tradicional convite de Luis Barrionuevo no estuvieron esta vez los "Gordos" ni los "independientes", reacios a mostrarse con los sectores más duros del sindicalismo.

 

Este año compartieron el convite en el hotel marplatense de los Gastronómicos Hugo Moyano y dos triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, además del bancario Sergio Palazzo, ligado a los K. A los postres revelaron un duro documento en el que rechazan la reforma previsional y la iniciativa del Gobierno de fijarle un tope del 15% a las futuras discusiones paritarias. También acusaron al oficialismo de montar una persecución "mediática, judicial y tributaria" contra el movimiento obrero.

 

Antes, en una conferencia con la prensa, los sindicalistas anunciaron que evaluarán qué medidas van a tomar ante lo que consideran son “ataques a la estructura sindical”, en referencia a las causas que algunos gremialistas enfrentan en la Justicia. Hablaron de "una campaña antisindical".

 

“No se puede confundir todo el universo sindical con situaciones muy puntuales que en muchos de los casos rozan lo delictivo, eso lo tendrá que resolver la Justicia”. No los nombró, aunque se sabe que Schmid se refería a los casos de los sindicalistas detenidos en los últimos días por corrupción y lavado de dinero, “Caballo” Suárez, Daniel “Pata” Medina, Marcelo Balcedo y Humberto Monteros.

En el texto también hicieron una defensa indirecta de Pablo Moyano, hijo del líder camionero, y del títular de los encargados de edificios, Víctor Santa María. “Es imposible suponer que haciendo denuncias mediáticas, judiciales, tributarias y a través de un aparato comunicacional afín con amenazas de auditorias, etc, se logra una mayor eficacia de la defensa de los derechos de los trabajadores”, indicaron.

Siguieron: “En todo caso este tipo de estrategia gubernamental sólo busca la deslegitimización de las organizaciones sindicales ante la sociedad para avanzar con rapidez sobre el salario y las condiciones de trabajo”.

Los dirigentes llegaron pasado el mediodía, se reunieron durante una hora, antes del almuerzo, y anticiparon que la que llamaron la Declaración de Mar del Plata tendría duros términos.

“Los único que ha hecho el Gobierno en estos más de dos años:hacer perder el poder adquisitivo de jubilaciones y salarios, condonar y blanquear las deudas de los evasores, rebajar el sueldo de jubilados y pensionados y programas sociales, llenar las góndolas argentinas con productos extranjeros que conspiran contra el trabajo de los argentinos, endeudar el país de manera inaudita”, y, por último. “hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres”.

A la mesa no estuvieron los llamados gordos e independientes. Se sentaron si Julio Piumato, Omar Plaini y, entre otros, Omar Maturano.

En el documento, además de reclamar negociaciones paritarias libres y sin topes, los sindicalistas repudiaron “enérgicamente los recortes a los jubilados” y reclamaron “la derogación de la ley sancionada en la materia y poner a disposición de nuestros compañeros nuestros servicios de asesoramiento jurídico gratuito a fin de iniciar acciones judiciales”.

Resolvieron “no acompañar el proyecto de reforma laboral presentado por el Poder Ejecutivo” y rechazaron el DNU 27-18 “en lo atinente a los temas laborales (inembargabilidad del sueldo, prohibición de disposición de los fondos de la ANSES para la timba financiera, desfinanciamiento del sistema de Seguridad Social), por ser notoriamente inconstitucional”.

Los dirigentes están molestos por la embestida contra las "mafias" sindicales. Dijo Juan Carlos Schmid que “lo que no se puede hacer es enlodar y condenar mediaticamente y a través del sistema judicial muy propenso seguir el calor del color político que está gobernando, en enjuiciar a la dirigentes y a la estructura, que es de las más importantes que tiene el sindicalismo en la región”.

Y anunciaron que vendrán días calientes en la creciente escalada del enfrentamiento entre gremios y Gobierno. “Si estamos a mediados de enero y estamos fijando estas posiciones, no creo que estemos demasiados lejos de que haya una tensión mayor y que el sindicalismo argentino empiece a organizar protestas de mayor envergadura”.

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