La conducción de la central obrera se encuentra reunida en la sede de la calle Azopardo. Los sindicalistas dicen que continuarán dialogando con legisladores y gobenadores para intentar detener el proyecto. Otras centrales se suman a la concentración y protesta.
Por Felipe Yapur.
El consejo directivo de la CGT resolvió, de manera únanime, realizar una manifestación contra la reforma laboral que impujlsa el gobierno de Javier Milei para el jueves 18 de diciembre en Plaza de Mayo. La decisión, que nació como una propuesta del triunvirato, se transforma en la primera reacción de la central obrera contra el proyecto del gobierno que no tiene un artículo favorable a los trabajadores y trabajadoras. Al mismo tiempo, desde la central sindical indicaron que seguirán conversando con gobernadores, diputados y senadores para convencerlos de no respaldar el maléfico proyecto.
El texto final de la iniciativa se conoció recién hoy luego de que Milei regresara de un viaje a Noruega, de escasa repercusión y de nulos resultados, salvo para las millas presidenciales. Los datos negativos que habían arrojado los sucesivos borradores que llegaron a los gremios estaban casi calcados en el texto del proyecto y nada positivo surgía de ese articulado.
En el edificio de Azopardo 802 hubo varias reuniones antes de que se juntara el consejo directivo. Cada sector leía, meditaba, preguntaba a los abogados y se iban convenciendo de que lo peor era no hacer nada contra este mamotreto antiobrero.
Cristian Jerónimo comenzó a llamar a las diferentes oficinas del edificio donde se reunían los grupos internos de la CGT y a todos les repetía la misma frase: “No podemos no hacer nada, tenemos que salir a calle”. Ahí comenzó a forjarse la propuesta de la marcha-concentración en Plaza de Mayo. La locación, dicen, fue propuesta del estatal Andrés Rodríguez (UPCN).
Cuando cerca del mediodía comenzó la reunión del consejo directivo, la primera de este nuevo triunvirato, la marcha estaba flotando en el aire. Uno a uno, los discursos se fueron sucediendo, todos realizaban un análisis similar y se iba encaminando la necesidad de realizar una acción callejera. La modalidad de paro nacional no apareció, pero sí el convocar a las 80 regionales que tiene la CGT para que activen en sus distritos. Que hablen y convenzan a los gobernadores y legisladores.
Es, en síntesis, lo que luego el triunviro Jorge Sola (seguros) informó a los periodistas presentes en el edificio. El dirigente dijo que acordaron realizar tres líneas de acción.
Por un lado la gestión política que se traduce en “llevar nuestro reclamo a cada legislador, senador, gobernador y gobernadora. Vamos a explicar por qué esta ley no puede avanzar”.
La otra línea de acción la denominaron acción judicial. Sola adelantó que promoverán presentaciones ante la justicia porque “muchos puntos van en contra de principios protectorios del derecho del trabajo y son inconstitucionales”.
Por último está la movilización territorial y para eso decidieron abrir un debate en las 80 regionales que la CGT tiene normalizada en todo el país. El objetivo es unificar el rechazo y reforzar el contacto con autoridades provinciales y legisladores.
Rodríguez de UPCN, en tanto, aseguró que el proyecto “ataca la estructura sindical, genera muchas modificaciones en los derechos colectivos e individuales de las trabajadoras”. En ese sentido indicó que “este es el principio de un plan de acción que despliega la CGT producto de esta unilateralidad que decide el gobierno de modificar de raíz lo que significan los derechos laborales”.
La marcha del 18 se prevé importante, porque no solo estarán las columnas de la CGT ya que las dos ramas de la Central de Trabajadores de los Argentinos, que tienen a Hugo Yasky y Hugo Godoy como principales referentes, anunciaron también su rechazo al proyecto y convocaron a marchar junto a la CGT. También convocan a sus regionales a concentrar en las plazas principales del país junto con la CGT para protestar. En tanto, Gerardo Martínez de Uocra y único dirigente sindical que integró la mesa del Consejo de Mayo, aseguró que “comienza una etapa en la defensa, de resistencia”.







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