Acuña sigue los pasos de Daer y deja la CGT: se abre la disputa por la nueva conducción

Acuña sigue los pasos de Daer y deja la CGT: se abre la disputa por la nueva conducción

Carlos Acuña, uno de los actuales secretarios generales de la CGT, comenzó a preparar su salida de la conducción de la central obrera y profundizó el escenario de recambio que se avecina en Azopardo. El dirigente de los trabajadores de estaciones de servicio, cercano a Luis Barrionuevo, ya dejó trascender que no buscará renovar su mandato, tal como ya confirmó públicamente Héctor Daer.

Antes de fin de año, la Confederación General del Trabajo deberá encarar un Congreso para elegir a sus nuevas autoridades, y todo indica que el histórico triunvirato quedará atrás. Con las salidas de Acuña, Daer y la renuncia previa de Pablo Moyano, el debate que se abre es si se mantendrá una conducción colegiada o se volverá al esquema de un único secretario general.

"Después de 9 años al frente de la CGT tenemos que generar un recambio", afirmó Daer semanas atrás, en una entrevista donde anunció su decisión. "Lo he hablado con muchos compañeros del Consejo Directivo. Voy a trabajar conjuntamente con todos los dirigentes para seguir fortaleciendo la unidad de acá a noviembre, que es cuando se renuevan los mandatos", añadió.

Acuña, por su parte, no lo dijo explícitamente, pero en los pasillos de la central sindical ya se da por hecho su alejamiento. Llegó a la cúpula en la reunificación de 2016, en un primer triunvirato junto a Daer y Juan Carlos Schmid, y renovó en 2021 tras la pandemia, nuevamente junto a Daer y con Pablo Moyano como tercer integrante.

El nuevo escenario abre múltiples interrogantes sobre el perfil de conducción que la CGT necesita para los próximos años, especialmente ante un gobierno nacional que ha mostrado hostilidad abierta hacia las organizaciones sindicales.

Entre los posibles nombres para una nueva etapa se mencionan el líder del sindicato del Seguro, Jorge Sola; el dirigente del vidrio, Cristian Jerónimo; y el propio Octavio Argüello, actual integrante del triunvirato tras la salida de Moyano.

Desde el interior del movimiento obrero, muchos coinciden en que la decisión de volver a una conducción unipersonal también tiene que ver con la necesidad de mostrar mayor cohesión y fortaleza frente al avance de políticas que apuntan a desarticular el poder de negociación colectiva y debilitar a las organizaciones gremiales.

En los próximos meses, la CGT no sólo deberá definir nombres, sino también el rumbo político y estratégico frente a una coyuntura crítica para los y las trabajadoras. La discusión está abierta, y todo indica que la central obrera vivirá uno de sus recambios más trascendentes de los últimos años.

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