Desde España, Pablo Moyano abrió otra grieta en la CGT

Desde España, Pablo Moyano abrió otra grieta en la CGT

Participó de manera virtual del Consejo del Salario y al día siguiente criticó el acuerdo que habían sellado sus colegas; de todos modos, no piensa en irse de la central obrera.

Después de haber asistido a un congreso en Johannesburgo de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, Pablo Moyano viajó a España para visitar a uno de sus hijos, que juega al fútbol en las divisiones juveniles del club Elche, propiedad del empresario argentino Christian Bragarnik. Durante su estada en el Viejo Continente, el sindicalista camionero e integrante del triunvirato de mando de la CGT hasta se habría dado el lujo de ir al estadio Camp Nou a ver el derby español que protagonizaron Barcelona y Real Madrid, el domingo pasado.

A pesar de la distancia, Moyano no pierde contacto con lo que sucede en el país. Desde el otro lado del mundo, calificó de “vergüenza” el aumento de 26% del salario mínimo, vital y móvil que convalidó el martes último la CGT con los empresarios y el Ministerio de Trabajo. Durante la negociación, que se desarrolló de manera virtual, el camionero intervino para responsabilizar a Daniel Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial Argentina y de la cámara que nuclea a las empresas de alimentos, del aumento de los precios y la escalada inflacionaria. Además le enrostró al empresario haber sido uno de los que cuestionó que Camioneros participe de los controles de Precios Cuidados. Luego, desconectó la cámara y no intervino más, según confirmaron fuentes sindicales a LA NACION. Por la diferencia horaria, en España ya era casi la medianoche.

“Estuvieron cuatro horas discutiendo por 18 mil pesos, me da vergüenza, no me parece justo. Si la canasta básica está en $177 mil, el salario mínimo debería estar en $180 mil, deberíamos hacer un esfuerzo. Me da vergüenza”, dijo Pablo Moyano al día siguiente en FM Futurock. Es decir, cuestionó el acuerdo salarial alcanzado que apenas unas horas antes había sido avalado por sus colegas de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña.

La ministra Kelly Olmos presidió el martes la reunión del Consejo del Salario

Al margen de las diferencias con sus colegas cegetistas por el salario mínimo, Moyano no evalúa irse de la CGT, que está virtualmente fracturada en dos sectores: el mayoritario, encabezado por “los Gordos” (grandes gremios de servicios), “los independientes” (UPCN, AySA y la Uocra) y el barrionuevismo, y otro bastión minoritario, donde manda el moyanismo y los gremios de la Corriente Federal, más alineados con el kirchnerismo. Durante su ausencia, Moyano delegó sus tareas de CGT en Cristian Jerónimo, del Sindicato del Vidrio. Fue este dirigente el que lo reemplazó hace dos semanas, cuando la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, visitó por primera vez de manera oficial la sede de Azopardo.

Desde España, Moyano digitó además los avances por la normalización de la regional de la CGT de Santa Fe. Cuestionó a la distancia los avales del dirigente camionero que se incorporaría a la seccional cegetista ya que no pertenecería a su gremio sino al de Sergio Aladio, el opositor que lo desafió en Santa Fe y le quitó la representación de cientos de choferes.

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