Gerardo Martínez advirtió al futuro gobierno: “Si vamos a la reforma laboral tenemos que discutir la renta empresaria”

Gerardo Martínez advirtió al futuro gobierno: “Si vamos a la reforma laboral tenemos que discutir la renta empresaria”

El dirigente de la CGT fundamentó ante Infobae el apoyo sindical a Sergio Massa y aseguró que no le hacen paros al Gobierno debido a “un proceso virtuoso evolutivo”, pero alertó: “Estamos en una situación de mucho riesgo”

Por Ricardo Carpena

Luego de una siesta de la que no despertó durante largos meses pese a las señales de una economía en declive, la CGT se despertó con reuniones, comunicados duros y un acto para el 2 de mayo que marcará su regreso a la acción, ahora alineada mayoritariamente detrás de Sergio Massa.

¿Qué pretende el sindicalismo peronista? Sus instintos (o necesidades) lo llevan a acercarse al poder, sea del signo político que fuera. Por eso la mayoría de su dirigencia está hoy en pleno estado de recomposición ante un gobierno kirchnerista que se despide en medio de malos resultados y otro que, según las encuestas, representará el regreso al poder de Juntos por el Cambio.

Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la CGT y líder de la Unión Obrera de la Construcción de la Argentina (UOCRA), no es un gremialista más. Es uno de los cerebros de la estrategia cegetista desde el sector de los independientes, que integra con Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Asociados con “los Gordos” y del barrionuevismo, mantienen el control de la central obrera, alejados de Cristina Kirchner y ahora distanciados de Alberto Fernández, a quien apoyaron hasta que se desencantaron del estilo presidencial y los problemas de gestión.

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Sergio Massa y Gerardo Martínez, en un acto de la UOCRA

Este sindicalista se caracteriza por tener buen diálogo con toda la dirigencia gremial y política. De por sí, su papel fue clave para el reencuentro de la fracción dominante de la CGT con Pablo Moyano, quien criticaba a sus cegetistas por sus actitudes moderadas y dialoguistas. Hoy, el hijo mayor de Hugo Moyano, al igual que su padre, volvieron al redil de la CGT para sumarse al proyecto político de Massa, tal como se perfilará en el acto del 2 de mayo en la cancha de Defensores de Belgrano.

También es uno de los dirigentes gremiales de mejores vinculaciones con el empresariado. En estos días, según anticipó Martínez, la CGT se apresta a reunirse con los empresarios del G6 y con la Asociación Empresaria Argentina (AEA), demonizados sobre todo por el sindicalismo kirchnerista.

En la entrevista con Infobae, Martínez explicó por qué hay un respaldo del sindicalismo al ministro de Economía, justificó la pasividad de la CGT ante la crisis económica, se mostró más crítico de la oposición que del Gobierno y le hizo una advertencia a Juntos por el Cambio en caso de que gane las elecciones: “Si vamos a la reforma laboral tenemos que discutir la renta empresaria”, dijo.

0 seconds of 4 minutes, 23 secondsVolume 24.72376366093921% Gerardo Martínez: ¿Se están tomando las medidas adecuadas ante una situación económica que se va agravando?

— ¿Qué buscó la CGT con su gesto de reunirse esta semana con Sergio Massa?

— El gesto consistía en la decisión por parte de la CGT de apoyar la acción y la estrategia del ministro de Economía, teniendo en cuenta que había una especulación de sectores económicos que tienen que ver con la cuestión de los consumos y que habían hecho un análisis de costos tomando como referencia el dólar blue, cuando en realidad operaban con el dólar oficial y ocasionaron la remarcación de los precios. Apoyamos esa decisión sobre la base de la información que tiene el Ministerio de Economía, pero en ningún momento se habló sobre un congelamiento de salarios.

— ¿Sólo hablaron de retrotraer los precios a los días previos a la estampida del dólar?

— Sí, de hablar con los distintos sectores que habían utilizado de una manera mezquina y especulativa una base de fórmula de análisis de costos con el dólar blue, cosa que no era lógica ni tampoco legítima. Por lo tanto, el tema de la soberanía de la discusión de paritarias como un ámbito natural, lógico, para que cada una de las actividades pudieran resolver el tema de los salarios acompañando el proceso inflacionario, se sigue manteniendo tal cual.

— ¿Cuál es la expectativa de la CGT ante la mesa de trabajo a la que convocó Massa junto con los empresarios para analizar el aumento de los precios?

— La idea es participar de esa reunión y, aparte, la CGT va a tener reuniones con empresarios del G6 y una bilateral con AEA (Asociación Empresaria Argentina). Queremos encontrar una sintonía de diálogo que nos pueda encontrar en un mismo panorama, atendiendo la importancia que tiene la capacidad instalada y el protagonismo de los trabajadores. Seguimos sosteniendo que los actores sociales son una base fundamental en el desarrollo económico, productivo y de trabajo. Hay que volver a encontrar en ese diálogo bilateral una sintonía virtuosa que revierta esa sensación de que no hay programa para lograr la estabilidad económica. Y que se confirme que hay una iniciativa del sector que representa la capacidad instalada, que es la oferta, y de los trabajadores, que somos la demanda, para encontrar una fórmula que vaya en esa dirección sin especulación político-partidaria y que eso sirva como un ejemplo para que tanto la oposición como del oficialismo apuesten al diálogo y a generar políticas de Estado.

Gerardo Martínez, con Pablo Moyano y José Luis Lingeri en la última reunión de la CGT

— La CGT difundió un documento muy duro, en el que piden medidas urgentes ante “los índices de inflación y pobreza” y advierten que “ya no hay más margen de deterioro económico sin riesgo de descomposición social”. ¿El sindicalismo comenzó a tomar distancia del Gobierno?

— Todos coincidimos en que hoy más que nunca, por encima de las mezquindades o de las cuestiones sectoriales, la política tiene que generar una docencia a la altura de la gravedad en la que estamos viviendo. El que va a sufrir las consecuencias de esta situación es el pueblo. Tenemos datos que son escalofriantes desde el punto de vista estructural. Existe casi un 45% de argentinos que está expuesto a vivir en la pobreza. De 100 chicos que comienzan el ciclo primario, solamente 32 terminan el ciclo secundario. Y a la mayoría de los trabajadores registrados les cuesta llegar a la canasta básica alimentaria. Como corresponde, la política tiene que asumir un protagonismo como llave maestra. Porque indudablemente desde que está el sistema democrático la política cumple un rol fundamental en el diseño, en el desarrollo de los potenciales de cada uno de los países, como también de la contención para mostrarle a los distintos sectores, tanto de la producción como del trabajo, que hay un esquema, un plan maestro, un plan director que da la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de nuestra gente y que genera la movilidad social, con una perspectiva de futuro para brindar mejoras. Cuando esto se pone en riesgo, que es lo que está pasando en la democracia occidental, pero particularmente entre nosotros, debemos mirar que estamos muy cerca de la banquina.

— ¿El Gobierno está tomando las mejores medidas para afrontar esta crisis?

— En principio quiero destacar que Sergio Massa dejó de ser presidente de la Cámara de Diputados, donde mostró su solvencia en el diálogo con las distintas fuerzas políticas, y pasó a asumir una responsabilidad en el Ministerio de Economía en una situación extrema. Eso fue valorado por la sociedad porque él le dio al Ministerio una mirada estratégica, le dio valor político en la definición para mostrar en el corto plazo un planteo macroeconómico solvente, con una agenda a nivel internacional.

Alberto Fernández, con los cotitulares de la CGT Héctor Daer y Carlos Acuña

— Pero igual la inflación sigue subiendo, hubo una estampida del dólar y la situación es explosiva desde el punto de vista económico.

— Tenés razón, pero quiero destacar que todos, de un lado y del otro lado de los distintos sectores que representamos intereses, éramos conscientes de que Sergio Massa no iba a resolver los problemas en 24 horas, que no venía con un duende como para decir “chau, se terminó el problema de la desconfianza, yo voy a generar seguridad”,” voy a generar un plan estratégico a mediano plazo”, “las fuerzas políticas se van a sumar a este programa”. No, porque cada uno sigue jugando en su estrategia sin tener una mirada integral. El hecho de tener una definición geopolítica también es un dato positivo, y no menor, donde uno puede tener una relación geopolítica con el Norte, pero también una capacidad y una calidad de negocios, por ejemplo, con los asiáticos, en este caso con China. Es una fórmula que es necesario poner en práctica porque Argentina siempre tuvo una postura de país no alineado. Pero, indudablemente, la primacía que genera el Fondo Monetario Internacional de generar un rediseño de lo pactado es fundamental, y en eso acompañamos que tiene que haber una reformulación de las cláusulas que se dispusieron en su momento porque la situación se agravó. Nosotros, y esto no es una cuestión ideológica, tuvimos la pandemia sanitaria, como en todo el mundo, pero después se sumó la guerra, que tuvo un impacto fundamentalmente en las regiones en vía de desarrollo, no solamente en Argentina. A eso se sumó la sequía, que es insólita, única. No ha habido en otro momento de la historia una situación similar y nos encuentra sin la infraestructura necesaria.

— ¿A qué se refiere?

— En estos días hablé con la gente del campo y les dije: “Bueno, pero nuestro país ante estas condiciones tiene todo riego artificial”. Nosotros no lo tenemos. Venimos teniendo una falta de inversión y de desarrollo estratégico en la logística, por ejemplo, que es un área muy importante del campo, y no tenemos todos los instrumentos como para prever una circunstancia de estas características y resolverlo para que no sea tan grave y tan riesgoso. Tener un ingreso menor de 20.000 millones de dólares nos acorrala, no solamente al Gobierno sino a toda la sociedad política y a todos los argentinos porque nos damos cuenta de que hace 6 meses estábamos mejor que ahora. Y, a su vez, hay sectores que están dentro del sector agropecuario que especulan. “¿Por qué voy a vender ahora la cosecha del año pasado si acá existe un runrún de un desbarajuste que va a generar una devaluación o una actualización del dólar?” Y teniendo en cuenta el dólar de 500 pesos, indudablemente dicen: “¿Por qué voy a vender ahora y me van a reconocer a 300? Ahora están pidiendo 350 o mucho más”. Todo es entendible, pero hasta cierto punto. Lo que les digo a todos los sectores y también para mi sector es que estamos en una situación de mucho riesgo, y el riesgo es para todos y más para los que menos tienen, que no tienen otras posibilidades si no es la fuente de trabajo.

— ¿Qué significa el riesgo? ¿Hiperinflación? ¿Estallidos sociales?

— El riesgo es la falta de cohesión social. El riesgo ante el hecho de que cada uno está jugando al interés propio para salvarse, no importa si perjudica o no al interés de la Nación. Hay muchos sectores que tienen más capacidad de resolver su situación en esta crisis que aquellos que vivimos de nuestro trabajo. No nos tenemos que olvidar de la cantidad de familias que no están incorporadas a la formalidad. Hoy somos 6 millones de trabajadores y hay 5 millones que están en la informalidad. Esa ecuación genera una perturbación tan grave como la que se genera con una inflación de 3 dígitos.

Cristina Kirchner, en el acto de La Plata que marcó su reaparición pública

— También existe hoy el fenómeno de los trabajadores pobres, los que están en relación de dependencia y no llegan a cobrar lo suficiente como para salir de la línea de pobreza.

— Exacto. Entonces, ¿qué hacemos ante todo esto? Yo no soy economista, soy la voz de la demanda, pero la política tiene que reaccionar, tiene que generar un salto cualitativo porque vamos a elecciones dentro de poco tiempo, pero ¿para qué? ¿Con qué? Me pregunto ese tipo de cosas porque el país no va a cambiar, va a seguir siendo el mismo. Los que vienen, ¿van a seguir teniendo las mismas consecuencias que generaron este momento y donde somos todos socios de esta realidad? No es que después de las elecciones de octubre o después del 10 de diciembre todo vaya a cambiar.

— La CGT tiene una actitud muy pasiva. Cuando gobierna el peronismo es más tolerante que cuando hay gobiernos no peronistas. Le hicieron más protestas a Mauricio Macri que a Alberto Fernández, con resultados económicos tan preocupantes como los de ahora. Ni qué hablar de los paros contra Raúl Alfonsín. ¿Por qué ahora no toman medidas?

— Hay un proceso virtuoso evolutivo. Si uno analiza en cada tiempo la circunstancia va a encontrar razones que tienen que ver, por un lado, por lo que significaba en aquella época venir de la dictadura a la democracia. Había mucha ansiedad, muchas ganas de resolver muchos problemas. Había mucha bronca, mucha emoción. Y creo que todos fuimos aprendiendo. También hay que destacar que hay un sindicalismo que tiene una responsabilidad social-política. Asumimos un protagonismo de combinar la defensa de los intereses con las realidades que puedan ser a lo mejor mejor o peor para los objetivos que pretendemos. Es decir, la información controla la acción. Esto lo digo siempre. Un dato que vale la pena remarcar: en la administración política de Macri, después de abril de 2018, después del empréstito, la Argentina vino barranca abajo. En mi sector perdimos 120.000 trabajadores en cuatro meses y fue igual en muchas actividades. Se generó también un torbellino político de internas dentro del mismo Gobierno. Y todos decían: “¿Y cuándo la CGT sale?” O ”este gobierno no va a llegar a cumplir su mandato”. No. Nosotros en ese sentido hemos tenido, y tendremos siempre, una actitud de cuidar los valores republicanos, cuidar los valores de lo que significa el mandato que soberanamente ha obtenido un partido para conducir la Argentina. Y lo haremos en esta oportunidad también.

— Más allá de la pasividad de la CGT, ¿en sus sindicatos no sienten la presión de las bases? ¿Cómo hacen para contener a los trabajadores en un contexto de crisis económica?

— Hoy, la sociedad asalariada es consciente de que cualquier situación de desborde va a tener un resultado más negativo. Insistimos en que la soberanía en la discusión de los convenios colectivos nos da la oportunidad de encontrar una herramienta que puede viabilizar el desahogo o la bronca de la situación. Y nos vamos adecuando a cada época. Antes discutíamos (aumentos salariales) por un año. Ahora yo discutí por tres meses por un 22%. Cuando me toca hablar de esta realidad con otras organizaciones a nivel internacional no entienden cómo podemos soportar una situación así. La inflación corroe todo. No sólo la macroeconomía. Corroe los valores de una sociedad. Hoy una empresa prefiere tener menos ingenieros, pero más contadores y financistas porque da la oportunidad de ganar mucho dinero desde la inflación. Hay muchos sectores que están ganando mucho dinero con la inflación. Nosotros tenemos que dar vuelta la taba. No podemos sumarnos a esta cuestión porque estaríamos favoreciendo a esos sectores. Creo que tenemos que tener una actitud de inteligencia y esto es lo que le transmitimos a nuestros compañeros. Por eso buscamos tener una valoración desde la soberanía de la discusión de los convenios, donde vamos mejorando la situación salarial.

Gerardo Martínez y Alberto Fernández, en el acto de la UOCRA de mayo de 2022 en el que el sindicalista le regaló una lapicera al Presidente

— Si miramos los resultados de la economía y también de la política, ¿ustedes están desencantados de Alberto Fernández? ¿Le soltaron la mano?

— A Alberto Fernández siempre lo respetamos porque respetamos el sistema presidencialista. Se lo dije cuando le regalé la lapicera. Nosotros votamos a un presidente, a una vicepresidenta, a diputados, a senadores nacionales, a cada uno en su rol.

— ¿No usó la lapicera que usted le regaló?

— Soy muy respetuoso, digo que no la usó en función de lo que pienso que tendría que haber hecho o por lo menos haber concretado los gestos necesarios.

— ¿Qué tendría que haber hecho?

— La concertación, llamar a una mesa de diálogo tal como se planteó al principio de la pandemia. En ese momento, el Presidente dio un salto cualitativo convocando a la fuerza política más representativa.

— Dicen que no lo hizo eso presionado por Cristina Kirchner.

— Bueno, está bien, eso lo dirá la historia o lo va a explicar a él. La cuestión es que él es el Presidente. Indudablemente, cuando vos no hacés algo porque te lo dijeron, no va a ser culpable el que te lo dijo. El responsable sos vos.

"Tenemos datos que son escalofriantes desde el punto de vista estructural", admitió Gerardo Martínez al hablar de la crisis socioeconómica

— Pero Cristina Kirchner no es cualquiera, es la jefa política, es la que tiene los votos en un distrito clave como la provincia de Buenos Aires.

— Pero la Argentina es mucho más que la Provincia de Buenos Aires. La respeto a Cristina y valoro su responsabilidad, su mirada estratégica y su liderazgo. Pero cada cosa en su lugar.

— ¿Entonces no cree que la influencia de Cristina Kirchner haya limitado la acción de gobierno?

— Cristina es como es y no va a cambiar, pero el tema es quién toma algunas cosas o toma todo. Esta es la cuestión. Creo que Alberto, primero, no sé si tomó todo o qué tomó. Lo que puedo decir que cada vez que nos reuníamos era empezar de nuevo. Yo me reunía (con Alberto Fernández) o íbamos con la CGT, así lo hablamos con los gobernadores, y después decíamos: “Tenemos esto, vamos a ir acá”, pero pasaban tres meses y teníamos que empezar a hablar de nuevo lo mismo. No cometo ninguna infidencia porque se lo dijimos. Cada vez que nos sentábamos no había un acumulado.

— Quiere decir que, más allá de Cristina Kirchner, es un tema de él, de su estilo de conducción.

— Sí, esto es lo que yo lo vivía. Quizás era parte de una estrategia política, pero los resultados están a la vista. Mirar para atrás no tiene sentido. Lo importante es de acá para adelante. Valoramos el papel del Presidente, el papel del sistema presidencialista de nuestra Constitución y creemos que tenemos mantener eso generando un capítulo donde la política, que tiene una gran responsabilidad, nos muestre a toda la sociedad que está en condiciones de un plan maestro para generar esperanza.

— ¿Qué le pareció la reaparición pública de la Vicepresidenta?

— Me pareció que fue cauta, que tiene una visión en la relación con sus seguidores y que le bajó intensidad a esta cuestión que plantean algunos de La Cámpora y otros sectores sobre que ella tiene que ser candidata. No entró en ese juego. Parece entender que es necesario lograr una estabilización macroeconómica y en eso se notó que apuesta a la gestión que pueda llevar adelante el ministro de Economía, atendiendo la sensibilidad que hay en todo este andarivel.

"Con el acto del 3 de mayo queremos remarcar que hemos evolucionado", afirmó Gerardo Martínez

— Por lo que usted dice, parece que la CGT vuelve a coincidir con Cristina Kirchner, con la que tienen históricas diferencias, ahora todos detrás de la figura de Massa.

— No sé cómo lo analizará Cristina, pero a Sergio Massa le damos un valor importante porque asumió un protagonismo político-económico en un momento muy delicado, con una mirada clara de problemas estructurales que no se resuelven con debates ideológicos sino con una agenda sustentable en la relación con el FMI y con los países desarrollados, sobre todo de la Unión Europea.

— La curiosidad es que ustedes van a coincidir en la campaña otra vez codo a codo con Cristina Kirchner y con La Cámpora después de sus clásicos enfrentamientos.

— Esperemos que este sector, sin mezquindades ni posturas extremas, pueda trabajar en esa sintonía y, por otro lado, que hagan una reivindicación de las PASO, que tenemos muy clara de parte de la CGT y no sé si la tienen ellos, como un proceso de transparencia y de legitimidad política incorporada como decisión en el Frente de Todos. Si Massa quiere ser candidato y hay otros que quieren lo mismo, lo importante es mostrar en ese apoyo a las primarias que no existe la dedocracia.

— ¿Qué busca la CGT con el acto del 2 de Mayo en Defensores de Belgrano? ¿Apoyar a Massa?

— En las charlas que tuvimos con Sergio, él nos dijo: “Como ministro de Economía, me gustaría escuchar, no le rehúyo a la opinión de los trabajadores”. Le dijimos: “Mirá que va a ser crítica”. Y nos contestó: “No, es parte de la realidad. Ustedes no mienten, van a decir las cosas tal cual como son”. Pero nosotros no invitamos a nadie ni dejamos de invitar a nadie. El acto lo hacemos fundamentalmente para remarcar ante aquellos que escuchan cantos de sirena para demonizar al movimiento sindical argentino y a la clase trabajadora que no nos quedamos en el pasado, en el año 75, y que hemos evolucionado. Nuestros trabajadores saben que hoy cuentan con organizaciones sindicales que han apostado a la modernidad, a la eficiencia. Por eso tenemos un nivel de membresía alto. Con el acto, la CGT procura mostrar que aquellos que tienen esa postura de demonización están equivocados. Lo usan como un cliché político. Estamos actualizados y hemos generado las condiciones como para estar discutiendo en la cresta de la ola de los cambios que se podían dar.

Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, en la última reunión del Consejo Directivo de la CGT

— Hablemos de la discusión que viene: si Juntos por el Cambio vuelve al gobierno, ¿la CGT está dispuesta a escuchar una propuesta de reforma laboral?

— Siempre escuchamos a todos sobre la base de la sensatez y no del cliché político. Una cosa es el cliché de campaña y otra cosa es la realidad. Por eso queremos mostrarles que nosotros las cosas que se dicen no son realidades. En un encuentro en la Universidad Di Tella con Eduardo Levy Yeyati, que trajo la “mochila austríaca”, que ya de por sí estaba observada en la Unión Europea porque no era funcional. Estaban hasta el dueño de casa y las principales compañías de Argentina, y todos dijeron: “El Estado que no se meta en esto porque ya se metió en el tema de la carga impositiva que nos quita competitividad”. Hubo alguien que dijo: “Yo me voy a ir a otro país, pero no porque tenga un problema en la relación bilateral con mis trabajadores, por la tasa impositiva que no me da perspectiva, no me da la oportunidad de tener la casa matriz de toda mi compañía en Argentina.

— ¿Quiere decir que están dispuestos a aceptar una reforma laboral siempre que la puedan acordar directamente con los empresarios, sin intervención del Estado?

— Si vamos a entrar en la reforma laboral tenemos que discutir también la renta empresaria. Vamos a discutir todo. Porque nosotros, sin generar una situación media escandalosa, nosotros estamos ahí al día, nosotros perdemos el salario real. Yo he observado con algún economista amigo que compañías de distintas actividades no tienen el balance en rojo.

— Eso no significa que sea una ganancia excesiva.

— Bueno, yo perdí. Ellos no perdieron. No es que salimos igual a igual. No descalifico. Yo soy de los que piensan que para que haya un trabajador tiene que haber un empresario. Ahora, si para que haya un empresario tiene que haber un trabajador, bueno, vos abarcás un límite mayor diciendo que querés que haya más pobreza y más desigualdad y vamos a discutir entonces todo. Sin ideología.

— ¿Entonces acepta el debate?

— Sí, y vamos a discutir también, como lo hablan ellos del tema, de todo, de cómo están conformados los estatutos de las empresas. Hay estatutos de actividades que dicen que son 5 de acuerdo al tamaño y el resto no tiene opinión. Hay cámaras con empresas no opinan de la misma manera que los voceros, pero dicen: “No tenemos posibilidad de ser voz porque los estatutos son de hace 50 años”.

Sergio Massa, en la reunión de esta semana con la CGT, el Movimiento Evita y Barrios de Pie

— Ellos podrían decir que también ustedes tienen sindicatos con estatutos restrictivos que consagran la reelección perpetua.

— Hay elecciones abiertas y todo lo demás. Ahí para armar una lista tenés que tener... Pero es una discusión secundaria eso. Yo he hablado con muchos empresarios y no formo parte, es más una cuestión editorial de algunos técnicos, politólogos que giran alrededor de distintas fuerzas políticas que buscan generar esta cuestión creyendo que de esta manera nos estamos poniendo más en relevancia. La verdad que no desmerezco, pero no es lo más relevante. Lo más relevante es que la política en serio nos provoque un salto cualitativo. Te doy un ejemplo: Vaca Muerta. Real. Ahí participan tres actividades fuertes. Camioneros, petroleros y construcción. Y nos pusimos de acuerdo y generamos el mecanismo necesario con viabilidad, rapidez y sentido común, pero ¿por qué? Porque hay un proyecto a dólar futuro. Y nos pusimos de acuerdo. No necesitamos al Estado, no necesitamos al político que venga a sacarse la foto para después decir: “Miren”. No. Lo que le aconsejaría a quien pueda ganar (las elecciones) es el diálogo, pero un dialogo con sentido de ida y vuelta. Es la mejor manera para trazar un camino y salir del atolladero en el que estamos.

— En materia de propuestas laborales, los candidatos de JxC tienen matices. Horacio Rodríguez Larreta impulsa cambios subordinados a lo que se discuta entre empresarios y sindicalistas en los convenios colectivos, mientras que Patricia Bullrich tiene una postura de mayor enfrentamiento con el gremialismo. Me imagino que ustedes están más cerca de Rodríguez Larreta.

— No es cuestión de estar más cerca o más lejos. Lo que dicen en el debate público no es lo que después expresan en las conversaciones privadas.

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio

— ¿Hablan con los candidatos de la oposición?

— Nosotros hablamos con todos y se muestran mucho más flexibles, más sensatos.

— ¿Hay mucho discurso para la tribuna, entonces?

-Sí, quizá porque estarán compitiendo con otro sector que tiene una postura más radicalizada, pero acá no hay margen para cosas locas o que no tienen sentido. Sin intereses que puedan ser obstáculos para la modernidad. Hoy, si lo miramos en dólares, el salario no existe en la Argentina. Que no me vengan a decir que no pueden crecer e invertir porque el salario argentino es un obstáculo.

— El gobierno que viene seguramente tendrá que aplicar políticas de shock para salir de la crisis. ¿La CGT será tolerante como ahora o saldrá a la calle, como amenazó Pablo Moyano?

— Veremos sobre la base del diálogo cuál es la matriz que nos da la oportunidad para trazar. Porque la situación es tan delicada que el que gane, sea quien sea, no tendrá mucho margen. Pero si no tuviste respuesta en su momento, ¿me vas a mostrar que ahora sos vigoroso, inteligente, que tenés la solvencia con la fórmula mágica? No, ya nos conocemos todos. Entonces, todos tenemos un análisis de las cosas que cada uno hizo y de las que provocó atendiendo la importancia que juega la política para que eso ocurra. Si uno observara que las fuerzas políticas dejan de un lado la campaña, de una vez por todas, y generan una respuesta con políticas de Estado, te tengo que aplaudir porque fuiste parte de los que tomaron la iniciativa sin especulación y tenés una acción de oro, no un cheque en blanco. Pero, ¿no hiciste eso, fuiste parte de la mediocridad y ahora querés mostrarte sin dialogar?

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