Hugo Moyano participó este viernes 27 de diciembre, en representación de Camioneros, del acto de firma del Compromiso por el Desarrollo y la Solidaridad convocado por el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada. A pesar de haber dado el presente e intervenir con un comentario breve y positivo durante el encuentro, como uno de los últimos oradores, el dirigente aparece hoy como la principal duda en el panorama de paz social que busca promover el mandatario.

En la reunión convocada por Fernández con dirigentes sindicales, sociales, empresarios y funcionarios, Moyano dijo que hay que “poner el hombro” y estar “unidos para salir adelante”. También habló de las dificultades que enfrentan numerosos sectores y de la necesidad de priorizar la lucha contra el hambre. Pero en paralelo al apoyo que ofreció este viernes, Moyano también prepara medidas de protesta sectoriales (el jueves 2 de enero, ante el Ministerio de Trabajo) que se contraponen al mensaje de paz social que impulsa el Gobierno, un libreto que sí siguen al pie de la letra los gremialistas más cercanos al Presidente.

Moyano acumula varios enojos por el rechazo a sus pedidos de colocar funcionarios de su confianza en los ministerios de Trabajo y Transporte, donde varios de sus históricos enemigos lograron ubicar a personas cercanas, como Armando Cavalieri, Omar Viviani o el propio Héctor Daer, que aparece como la figura gremial de mayor peso en el panorama del poder albertista. En el entorno del camionero reconocen que el secretario general del gremio de las pecheras verdes cree que hay un acuerdo político-sindical para contener su poder (un hecho que reconocen, en estricto off, varios dirigentes gremiales de primera línea que forman parte de esta iniciativa para reducir su poder a la “mínima expresión política posible”).

Las diferencias tienen menos que ver con la realidad gremial que con la distribución del poder en la coalición gobernante. Sin embargo, las exterioriza en el reclamo de un ajuste del 33% en los salarios de su sector, el pedido de un bono de 20 mil pesos y la intervención en otros gremios estratégicos como la UTA, donde sus aliados realizaron la semana pasada una violenta toma del edificio que obligó a su titular, Roberto Fernández, a huir por los techos.

Nadie en su entorno niega que esta seguidilla de desaires, que comenzaron con la ausencia de lugares relevantes en las listas electorales, es motivo de enojo. Aún quedan por definir algunos cargos de interés, como los que gravitan sobre la situación del correo privado OCA, en quiebra con continuidad bajo cogestión del gremio y el Gobierno, por orden judicial. Con más de 6 mil afiliados de su gremio, la firma postal es una parte clave de su armado.

Por ahora, el nuevo gobierno ha dado buenas señales en ese ámbito: el Estado nacional facilitó el pago de deudas que ayudó a abonar los aguinaldos en OCA. Pero aún falta definir qué harán las autoridades, que podrían facilitar o frustrar el plan de Moyano de lograr en marzo que se venda la firma y se garantice la continuidad de los miles de puestos de trabajo en juego.

Daer tuvo la voz cantante

Héctor Daer, cosecretario de la CGT y principal candidato a lograr el año próximo la conducción unipersonal de la central sindical peronista, aparece hoy como el canal de transmisión prioritario entre la presidencia de Alberto Fernández y el mundo gremial.

Ayer fue el encargado, junto al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y el titular de la Unión Industrial, Miguel Acevedo, de informar en conferencia de prensa sobre el resultado de la reunión. El dirigente de Sanidad aclaró en primer lugar que el objetivo del encuentro fue presentar el compromiso por el desarrollo y la solidaridad, no avanzar en discusiones sobre un aumento salarial. Dijo que el encuentro mostró “un acuerdo multisectorial amplio como nunca existió sobre la prioridad absoluta, que es el hambre”. Consultado sobre un acuerdo salarial para establecer una suma fija de aumento generalizado, explicó que hay un compromiso del Presidente para “recuperar el poder adquisitivo real” y que hay canales de diálogo abiertos con los empresarios.

De los más cercanos al Gobierno también estuvieron Gerardo Martínez, Carlos Acuña y José Luis Lingeri, entre otros.