La UOM ya dijo que participará de la movilización. El miércoles el gobierno enfrentará otra marcha masiva y una posible derrota parlamentaria por la educación y la salud públicas.
Por: Alfonso de Villalobos.
El gobierno está enredado en su propia trampa. La decisión de vetar las leyes de emergencia en pediatría y de financiamiento universitario podría costarle muy caro.
Todas las federaciones que representan a los docentes universitarios y a los no docentes pararon el viernes 12 y, junto con los rectores de las 66 universidades nacionales agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), ya definieron una movilización para el próximo miércoles 17, cuando la Cámara Baja del Congreso trate del rechazo a los vetos oficiales.
Ya durante esta semana, la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA sostuvo un paro con clases públicas en todas las sedes de la universidad y el miércoles un centenar de comisiones participaron de una jornada de clases públicas en la Plaza de Mayo.
La chispa
El antecedente de 2024 marca que la defensa de la universidad pública conmueve no solo a la comunidad educativa sino al conjunto de la población que la entiende como una conquista del pueblo argentino. Así, las movilizaciones más importantes contra el gobierno desde que asumió fueron, precisamente, las del 23 de abril y el 2 de octubre de 2024 en las que, según los organizadores, marcharon más de un millón de personas en todo el país en cada una de ellas.
La defensa del Hospital Garrahan y la persistente lucha de sus trabajadores sumarán todavía más volumen a la marcha tanto en términos de masividad como políticos.
La trampa de la naturaleza
Al costo político de soportar otra movilización masiva podría sumarse una nueva derrota parlamentaria que profundice su crisis interna y, a su turno, afecte su performance en las elecciones de octubre.
La decisión, con todo, era inevitable. Como el cuento del escorpión y la rana, el veto está en la naturaleza de este gobierno. No activarlo hubiera implicado su virtual disolución. Semejante cambio de régimen político hubiera forzado un cambio de gabinete que el gobierno está obligado a eludir a toda costa.
Tal como lo hizo en su momento la marcha podría canalizar la bronca más general que anida en la población trabajadora luego de casi dos años de un gobierno ajustador que, además, acorralado por las denuncias de corrupción, atraviesa su peor momento.
Respaldo
Para eso resultaría un gran aporte que las centrales sindicales sumen volumen a la marcha. Así lo harán las dos CTA que ya confirmaron su participación y acompañarán a sus organizaciones de base en la docencia universitaria, Conadu y Conadu Histórica.
Hugo «Cachorro» Godoy, titular de la CTA Autónoma, señaló a este medio que “con Hugo Yasky (titular de la CTA de los Trabajadores) convocamos a organizar el mayor grado de unidad posible para derogar los vetos y seguir respaldando los jubilados. Nos reunimos con la multisectorial del Garrahan y con el Frente por la Soberanía por el Trabajo y el Salario de la CGT. Resolvimos hacer una conferencia de prensa el lunes a las 15:30 en la puerta del Congreso para convocar el miércoles a partir de las 12 en el Congreso de la Nación”.
Fuentes de la CGT confiaron a Tiempo que la central recién definirá su actitud el lunes en una reunión de mesa chica.
Sin embargo, Abel Furlán, referente del Frente por la Soberanía, confirmó que “la posición de la UOM es estar contra el veto y a favor de la marcha” y, por eso, participarán de la movilización del miércoles.
Jorge Sola, secretario de Prensa de la CGT y cuyo nombre suena para un eventual triunvirato para la renovación de la conducción cegetista, le dijo a Tiempo que “el resultado electoral tiene varias miradas. Queda a la vista un rechazo de la población bonaerense que ratifica que lo que el gobierno le había propuesto no fue lo esperado. Eso avala las criticas y llamados de atención que desde los sectores contrarios a las políticas implementadas venimos llevando adelante”.
Además, consideró, que, el resultado «empodera al gobernador Kicillof» y que “hoy es el Ejecutivo quien tiene la responsabilidad de leer los resultados y tomar nota de los errores producidos. La falta de diálogo con los sectores representativos del mundo del trabajo es uno de ellos. Los problemas del mundo del trabajo no se solucionan con una ‘reforma laboral’, entendida como una quita de derechos de los trabajadores”.
Para Furlán el escenario plantea “la necesidad de fortalecer músculo contra la política de desindustrialización y tratar de encontrar consenso en el movimiento obrero con aquellos compañeros que hemos decidido enfrentar a este modelo político económico y social de ajuste”.
Godoy opinó que “este gobierno ya fracasó en su política económica y en su intento de fracturar a la sociedad a través del odio avalando su crueldad. El pueblo resiste y esa resistencia crece y se moviliza. Como las capas de una cebolla, se van poniendo al descubierto la podredumbre de Milei, su hermana y quienes lo rodean”. «
El veto ya tuvo su marcha
Con la consigna de «Basta de gobiernos de coimeros y de ajustadores», el sindicalismo combativo, organizaciones piqueteras y de jubilados marcharon de Congreso a Plaza de Mayo el viernes.
La movilización se dio a pocas horas de conocidos los vetos presidenciales y fue el canal mediante el cual pudieron expresar su bronca tempranamente los docentes universitarios y los trabajadores del Hospital Garrahan.
Es que, a pesar de que la acción se había definido el 16 de agosto en un plenario de más de mil delegados y activistas cuando todavía siquiera se habían votado las leyes, de ese agrupamiento participan la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA) y la comisión interna de ATE del hospital pediátrico.
En el escenario montado en Plaza de Mayo, hicieron uso de la palabra, entre otros, Laura Carboni secretaria General de AGD y Alejandro Lipcovich delegado general de ATE Garrahan.
Desde el atril se reclamó a las Centrales que «rompan la tregua con el gobierno y convoquen a un paro nacional de 36 horas contra los vetos».
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