Las dos caras de la marcha: la CGT mostró su poder, pero también su grieta

Las dos caras de la marcha: la CGT mostró su poder, pero también su grieta

La movilización por la producción y el trabajo colmó el centro, luego de que la central decidiera que no haya acto ni se pise Plaza de Mayo. A su vez, expuso las diferencias entre las corrientes.

El ingreso de la columna de la CGT a la plaza de los Dos Congresos, en el mismo momento en el que se retiraban varias columnas del sindicalismo disidente, fue la muestra más gráfica de las fracturas y divisiones con las que el movimiento sindical llegó a la movilización por "el Trabajo y la Producción". Las múltiples convocatorias, que generaron cruces por abajo, abonaron una jornada de protesta muy masiva que, sin embargo, quedó opacada por la ausencia de un liderazgo, individual o colectivo, capaz de ordenar las movilización y exponer la magnitud de la convocatoria. El aporte oficial fue la falta de un operativo policial que atascó a las columnas en todo su recorrido.

En sintonía con la decisión de no coronar la movilización con un acto y evitar que se repitan las demandas cara a cara de un paro general a la conducción cegeteista, la gran mayoría de los dirigentes de la CGT optaron por preservarse entre sus afiliados y no exponerse en una cabecera común con los miembros del Consejo Directivo de la central. 

Sólo Rodolfo y Héctor Daer, principales impulsores de la movilización en el seno de la central, el secretario general cegetista Carlos Acuña, el metalúrgico Antonio Caló y el textil Hugo Benítez marcharon bajo la bandera que rezaba "Por la Producción y el Trabajo".

En cambio, los gremios adheridos al Frente Sindical por un Modelo Nacional, integrado por el universo camionero de Hugo Moyano, la Corriente Federal y el SMATA, más los movimientos sociales, montaron un escenario en las inmediaciones del Congreso desde donde, se esperaba, iban a criticar a la movilización edulcorada. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Con todos los dirigentes arriba del escenario se resolvió que no habría oradores y se diluyó el llamado, ya pactado, a un plenario de Regionales de CGT para el 11 de abril, desde donde iban a lanzar un paro general para fin de mes.

La jugada sorpresiva provocó desconcierto y enojo en varios dirigentes y se corrigió con la convocatoria en las redes sociales al encuentro de los representantes de las provincias.

Los acercamientos y cruces entre sectores que se muestran distantes se expresaron con la participación de algunos gremios del transporte en ambas convocatorias. A modo de ejemplo, La Fraternidad, que conduce Omar Maturano, y el sindicato de Dragado y Balizamiento, de Juan Carlos Schmid, participaron inicialmente de la convocatoria de los opositores a la conducción de CGT y luego se sumaron a la columna de la central. Al revés, el sindicato de Ladrilleros, cercano a Moyano, movilizó en la columna de CGT.

Antes de llegar a Congreso, Caló se mostró satisfecho con la movilización en general y con la presencia de su gremio en particular, que, por lejos, fue el que mayor caudal de gente aportó, consecuente con la realidad que vive su sector. Sin embargo, se mantuvo cauteloso a la hora de confirmar si la movida fue el paso previo a un paro general. "Está en la agenda, pero hay que analizarlo", dijo aLetra P aunque arriesgó que apuesta a que haya "una convocatoria en el corto plazo que nos una a todos".

La decisión de realizar una movilización sin un cese de actividades operó como justificativo a los gremios más reticentes a aportar masa crítica. Entre las ausencias de gremios de peso, fue notoria la del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) que sólo estuvo presente en la figura de Armando Cavalieri, mientras que la UOCRA de Gerardo Martínez movilizó a media máquina, mientras que los estatales de UPCN concentraron en Once y movilizaron con una columna robusta. 

El jefe de los colectiveros, Roberto Fernández, que marchó al frente de una modesta columna de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), definió como "alarmante" la situación económica actual y, a la hora de referirse a la posibilidad de un paro general, sostuvo que "los trabajadores somos prudentes, pero decimos que estamos a un paso (del paro)".

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