Horas antes, el titular de prensa de la CGT, Jorge Sola, salió al cruce de los dichos empresariales respecto de bono cero, descuentos salariales frente a huelgas y otras delicadezas. “Hay sectores donde los números empresarios no justifican una negativa cerrada el pedido de esta central”, le explicó Sola a BAE Negocios. Con esos dichos enfrentaron las palabras de Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), quen profetizó: “no vemos un escenario posible de un bono generalizado”.

El empresario marca tendencia en el sector patronal. Dentro de la CGT y fuera de ella, hay movidas para concretar al menos una “Marcha de la Bronca”, con la Corriente Federal (CFT), las dos CTA y sindicatos rebeldes pero alineados como Camioneros. Hugo Yasky de la CTA de los Trabajadores calificó a las propuestas del Gobierno como “miserables e insuficientes y al bono como un “paquetito de humo”. Pablo Moyano desde Camioneros, ofreció su palabra y garantía que frente al “bonito” habrá movilización al menos.

Desde la CFT, Héctor Amichetti, Sergio Palazzo y Horacio Ghilini proclaman disposición al diálogo, pero sin retacear poder de reacción y mucho menos “sentarse a una mesa perdiendo por diez puntos”, en rigor de deterioro salarial. Alejados de tanta ebullición pero expectantes, las 62 organizaciones que lidera Gerónimo “Momo” Venegas fustigan a la CGT y todo lo que ella proclame o gestione, incluso la han impugnado y el Movimiento de Acción Social de Omar Viviani (Taxistas), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Smata, entre otros consideran que la única alternativa de equiparar pérdida del poder adquisitivo es fijar un nuevo salario mínimo vital y móvil.