CGT mostró poder en la calle y mandó mensaje a empresarios y a Alberto por la inflación

CGT mostró poder en la calle y mandó mensaje a empresarios y a Alberto por la inflación

La central consiguió masividad y creyó revalidado el título de administradora de la protesta social ante el Gobierno y la oposición.

Por Mariano Martín

“Ahora nos van a tener que dar bola”, fue la conclusión, algo ramplona, de uno de los miembros de la “mesa chica” de la CGT mientras encabezaba la columna de su sindicato rumbo a la Plaza del Congreso. El entusiasmo del dirigente era común entre sus pares: a media tarde estaba cumplido el objetivo número uno, de lograr una manifestación masiva pese a lo brumoso de las consignas, y también el segundo, que la jornada no registrara incidentes que pudieran concentrar la atención de los medios masivos. El contexto los animó a redondear la movilización con reclamos al Gobierno para “que haga lo que tenga que hacer” para frenar la inflación y, con un tono más sancionatorio, contra los formadores de precios

La manifestación logró colmar de participantes la avenida 9 de Julio desde el Bajo porteño hasta el Obelisco, y también el recorrido de avenida De Mayo hasta el Congreso. La participación de los sindicatos que integran la CGT, la CTA de los Trabajadores y la Autónoma, así como los movimientos sociales afines al Frente de Todos fue armónica y bastó para devolver una imagen de calles repletas para mostrar que el músculo callejero de los organizadores está intacto. La consigna general fue respaldar al presidente Alberto Fernández aunque con reclamos airados para mostrarse más activo en el sostén del poder adquisitivo de trabajadores y sectores más desprotegidos frente a la suba de la canasta básica.

Más allá de los discursos durante la protesta y luego, en una conferencia de prensa que encabezó el triunvirato de conducción de la CGT, uno de los referentes de la “mesa chica” evaluó ante este diario que la marcha representó un mensaje a la clase política, tanto para la coyuntura como frente a un eventual recambio en 2023. Y, en la coyuntura, también fue una advertencia para los líderes del Frente de Todos: “la próxima manifestación puede tener nombre y apellido”, destacó.

La movilización será la antesala de la reunión del Consejo del Salario, el lunes próximo, primera instancia de intercambio formal que tendrá la CGT con el actual equipo económico que encabeza Sergio Massa. Y también, en el análisis de los gremialistas, servirá para reforzar otra negociación con el Gobierno, más reservada, por los fondos de las obras sociales. En este punto el reclamo de la central apunta a un compromiso asumido por Alberto Fernández el año pasado de cubrir con aportes del Tesoro el costo de los servicios de educación y transporte de los afiliados discapacitados de las obras sociales. Un ítem que hasta hace unos meses se calculaba en 35 mil millones de pesos y que en la actualidad subió exponencialmente por la inflación, siempre en los números de los gremialistas.

Con el ministro de Economía la central obrera ya tuvo su contacto informal de arranque la semana pasada. Allí, como informó ayer este diario, comenzó a delinearse un plan de mejora de ingresos para asalariados consistente en un posible bono de suma fija por única vez, no remunerativo, combinado con un mecanismo de apertura exprés de paritarias en caso de ser necesario hasta fin de año. Para las negociaciones, tanto de cada gremio como del salario mínimo, los dirigentes avizoran una inflación anual de 90 por ciento pero la cúpula de la CGT ya le hizo saber a Massa que no espera incorporar de golpe ese valor a los sueldos de sus representados sino que prevé hacerlo en dos tramos para evitar un traslado a precios.

La manifestación arrancó después del mediodía con el despliegue de columnas de cientos de sindicatos y organizaciones sociales. Entre los gremios más convocantes estuvieron la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Camioneros, la Uocra (construcción), y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) junto con organizaciones de docentes como Suteba (bonaerenses), Sadop (educación privada) y UDA. Por los movimientos sociales hubo despliegue de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie, La Dignidad y el Movimiento Evita, entre otros, en general nucleados en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).

A falta de escenario y oradores, Pablo Moyano montó su propio stand desde donde lanzó diatribas a empresarios y al propio Gobierno. Así le puso un piso de reclamos que en el borrador la manifestación no tenía. “Alberto, poné lo que tengas que poner ante los especuladores. No podemos seguir con estos niveles de inflación. Sentá a estos tipos, poné las multas que tengas que poner que los trabajadores te vamos a bancar. Sacá ese bono o la suma fija para los trabajadores que no llegan a fin de mes y mantené las paritarias libres; que la asignación (universal) llegue a todos los trabajadores”, destacó el hijo mayor de Hugo Moyano.

En su reclamo, Moyano se cuidó de no hostilizar a Massa, quien en su primera conferencia de prensa había incorporado al menú de opciones que analizaba para mejorar los ingresos la extensión de las asignaciones familiares, un planteo que el camionero había hecho bandera en los meses previos. En rigor el líder del Frente Renovador salió indemne de la protesta de ayer entre otras razones por haber sido jefe político en ese espacio de los otros dos secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña.

Los miembros del triunvirato compartieron desde las 16 una rueda de prensa para dar a conocer el balance de la manifestación. Tanto Daer como Acuña coincidieron en la necesidad de un acuerdo político de largo alcance para estabilizar la economía y los precios, y en marcar la necesidad de sostener un mecanismo de paritarias libres. A su turno Moyano introdujo la alternativa del bono por única vez, una herramienta que sus pares de la CGT miraban con desconfianza hasta antes de la reunión con Massa pero que terminaron por aceptar como variable para las próximas negociaciones, como contó ayer este diario.

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