La otra unidad: la CGT usa el PJ como base para juntar a todas las tribus

La otra unidad: la CGT usa el PJ como base para juntar a todas las tribus

La reunión secreta entre Moyano, Daer, Yasky y Pignanelli. El acuerdo: buscar vías hacia la unificación obrera. La metáfora de los "animales de la selva". 

La estrategia peronista para ordenar los debates electorales entorno a la Mesa de Acción Política del PJ nacional empieza a dar resultados también en el plano sindical. La última reunión de ese espacio derivó en una cumbre donde, por primera vez en muchos meses, los caciques sindicales de todos los sectores hablaron sobre una posible unificación del movimiento obrero.

Una vez terminada la reunión central, que tuvo lugar este miércoles, en una oficina lindera al quincho de la sede de la calle Matheu el secretario general de la CGT, Héctor Daer; el camionero Hugo Moyano, el titular de la CTA, Hugo Yasky; el secretario general de Suterh, Víctor Santa María; el líder del SMATA, Ricardo Pignanelli, Horacio Ghillini, de los docentes privados, se reunieran durante una hora.   

"Hubo un compromiso muy fuerte por parte de todos para trabajar por la unidad sindical", le dijo a Letra P uno de los participantes del encuentro.

"Hubo un compromiso muy fuerte por parte de todos para trabajar por la unidad sindical", le dijo a Letra P uno de los participantes sobre el clima que sobrevoló la reunión de dirigentes que se mantienen distantes por las diferencias sobre cómo actuar frente al gobierno de Cambiemos. A fines de 2017, Pablo Moyano abandonó la conducción de la CGT, que integraba como representante del espacio que conduce su padre, en desacuerdo con la supuesta falta de compromiso del resto del Consejo Directivo para encabezar un enfrentamiento abierto con la política económica oficial.

En  los últimos meses, las lecturas de las diferentes tribus sindicales sobre el escenario nacional empezaron a coincidir al calor de la debacle económica.

Esas miradas en común se reforzaron en la Mesa de Acción Política del PJ, donde propios y ajenos reclamaron durante la última cita que se suturen las viejas heridas y se consolide el armado peronista en todos los frentes. Yasky, en particular, trazó un reclamo explícito para afinar una respuesta gremial frente a la crisis económica, que encontró eco en sus colegas.

Una vez reunidos los sindicalistas a puertas cerradas, quien llevó la voz cantante fue Pignanelli, que insistió en trabajar para para volver a unificar a todos los sectores gremiales que se desgajaron de la CGT durante los últimos dos años.

"La intención es empezar un camino de unidad, similar al que terminó con la conformación del triunvirato hace tres años", se entusiasman cerca del jefe de los camioneros, haciendo un paralelismo con el proceso de negociación que empezó durante los meses finales del kirchnerismo y que terminó con Daer, Carlos Acuña Juan Carlos Schmid al frente de la central.

El otro eje de la discusión fue cómo abonar desde el sindicalismo al armado peronista, mediante la elaboración de una propuesta política que surja desde la realidad de los trabajadores.

La confianza en un futuro tan promisorio se explica, además de por los avances políticos que viene teniendo el peronismo, en que se acordó una nueva reunión para los primeros días de marzo, a la que podrían sumarse otro dirigentes.

Daer, más cauto, intervino y enfrió el clima pidiendo no apurar los tiempos. "Yo tengo que ordenar una selva para dar estos pasos", dijo el dirigente de Sanidad. Enseguida fue cruzado por Yasky, quien le aclaró que en todos lo espacios había resquemores. "Me parece que los animales de la selva de Héctor son un poco más grandes", medió otro de los jefes sindicales y pidió concentrarse en los acuerdos y en la discusión de considerar seriamente una medida de fuerza para las próximas semanas, algo que provoca fuertes controversias entre los distintos sectores.

Mientras en la CGT piensan que un paro o una movilización deberían evaluarse en función del clima social y el impacto que tendría en el escenario electoral, el moyanismo y la CTA consideran que es imprescindible convocar alguna protesta en el corto plazo.

Esta visión fue reforzada en las últimas horas por los datos que publicó el INDEC: sólo durante 2018 se destruyeron más de 191 mil puestos de trabajo formales. En ese mismo período, los salarios quedaron 18 puntos por debajo de la inflación.

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