El Comité Central Confederal se reúne este jueves en el histórico salón Felipe Vallese, con la mira puesta en la elección del 5 de noviembre en Parque Norte y en la futura conducción de la central obrera.
El Comité Central Confederal de la Confederación General del Trabajo se realiza hoy en la sede de Azopardo 802, desde las 11. Cada gremio confederado participa con alrededor de tres congresales representantes, en una jornada clave para definir los detalles del proceso electoral de una de las centrales sindicales más importantes del mundo.

El debate promete ser exigente y marcado por las diferencias internas respecto a la línea de conducción que deberá encarar la nueva etapa. Aunque la fecha de los comicios ya está fijada para el 5 de noviembre en Parque Norte, aún no se define la modalidad de la futura conducción: la continuidad de un triunvirato sigue en consideración, dado que no aparece una figura con consenso pleno para asumir la responsabilidad de representar al moyanismo, a los “gordos” y al Barrionuevismo.
Desde la salida de Hugo Moyano en 2016, la CGT adoptó un esquema colegiado con Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. Tras la renuncia de Schmid, se sucedieron Pablo Moyano y luego Octavio Argüello, mientras que Daer y Acuña ya adelantaron que no seguirán en la nueva conformación, al menos en la conduccion central, sí en el nuevo consejo directivo. Además de la disputa por la conducción, se abrió también la puja por secretarías estratégicas —como Interior, Industria, Gremial, Prensa, Juventud Sindical, Género o Relaciones Internacionales— que otorgan poder político dentro y fuera del país, especialmente en la OIT.
En la danza de nombres aparecen dirigentes como Jorge Sola, Maia Volcovinsky, Gerardo Martínez, Christian Jerónimo, y Omar Maturano, entre quienes se barajan opciones de un unicato, binomio o trinomio. La posibilidad de incluir a un representante de la Juventud Sindical o a un dirigente sub-60 es mencionada como el inicio de un proceso de renovación. Sin embargo, quienes resulten electos en noviembre enfrentarán un escenario complejo: la interna sindical y la necesidad de plantarse ante un Gobierno en plena crisis de gestión, con un futuro incierto en caso de que Javier Milei no logre estabilizar su plataforma política.

La discusión sobre la conducción no se limita solo a nombres propios, sino también a la definición de un perfil político: si la CGT debe mantenerse como una central dialoguista o endurecer su postura frente a las políticas de ajuste que afectan salarios, financiamiento social, desarrollista y productivo, convenios colectivos y una eventual reforma laboral y estructural en la Argentina. Ese dilema atraviesa a todas las corrientes internas y se espera que sea uno de los puntos más ásperos del debate en Azopardo.

En paralelo, el rol de las nuevas generaciones aparece como un factor central. Entre los dirigentes jóvenes que hace años vienen demostrando gestión y peso propio se destacan Sebastián Maturano, actual secretario general de la Juventud Sindical de la CGT y Gremial de La Fraternidad, y Juan Pablo Brey, vocero de la CATT y titular de Aeronavegantes, como dos figuras emergentes de un sector estratégico. También figuran nombres como Adrián Palermo -Asociación del Personal Legislativo- y Luna Villar (Guardavidas), quienes desde sus secretarías o en apoyo a las conducciones nacionales de sus gremios han comenzado a ganar protagonismo dentro del mapa sindical.

La política no podrá ser ajena al próximo proceso, ya que, como se mencionó anteriormente, el Gobierno liberal de Javier Milei atraviesa una crisis política, atribuida a su falta de negociación, a su pensamiento de achicamiento exagerado y su lejanía con las diferentes gobernaciones. El Garrahan, las universidades públicas, los jubilados y discapacitados le han ganado la agenda, sumada su distancia con el sector obrero y la manera en que su idilio con los Mercados fue marcando un quiebre tras la fuerte derrota electoral del 7 de septiembre ante su principal competidor, Axel Kicillof. Esto deberá ser un punto central en el diagrama de la nueva CGT.
Archivo: Confederal 2016














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