Tras la crisis de la CGT, Pablo Moyano y el Frente Sindical tuvieron su propia cena con Alberto en Olivos e hicieron eje en la recomposición de ingresos

Tras la crisis de la CGT, Pablo Moyano y el Frente Sindical tuvieron su propia cena con Alberto en Olivos e hicieron eje en la recomposición de ingresos

En medio de la tensión en la que está sumergida la CGT, el presidente Alberto Fernández cenó anoche en la Residencia de Olivos con el triunviro de la central obrera y secretario general de Camioneros, Pablo Moyano. Lo acompañaron dirigentes del Frente Sindical. Plantearon la agenda de reclamos para recomponer los ingresos: Ganancias, asignaciones, suma fija y salario mínimo.

Pablo Moyano ingresó a la Quinta Presidencial minutos después de las 20 junto al titular del sindicato de Canillitas, Omar Plaini, el secretario adjunto de SMATA, Mario «Paco» Manrique, y el titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, Juan Pablo Brey, el líder de trabajadores de AFIP, Pablo Flores, el de los empelados del Vidrio, Cristian Jerónimo y el de los peones de Taxis, Jorge García, entre otros. Todos parte del Consejo Directivo de la CGT.

Fuentes de ambos espacios precisaron que la invitación fue realizada por el jefe de Estado durante una conversación telefónica que mantuvo este martes con el dirigente sindical y que el clima fue más que cordial y ameno.

Entre las cuestiones que plantearon los dirigentes estuvieron la universalización de las asignaciones familiares, una suba del Salario Mínimo Vital y Móvil, el impacto del Impuesto a las Ganancias entre los asalariados y la idea de una recomposición de ingresos a través de una suma fija.

Según pudo saber InfoGremiales, Alberto tomó nota de los reclamos y planteó la idea de explorar un esquema de trabajo para analizar y adecuar las escalas de Ganancias que quedaron distorsionadas por la falta de actualización.

El llamado del Presidente se produjo luego de que Moyano amenazó con abandonar la cúpula sindical tras haber quedado excluido de la cena que Fernández compartió el pasado lunes en la Quinta Presidencial junto a parte de los dirigentes de la «mesa chica» de la CGT.

Alberto Fernández le aclaró al referente de Camioneros que no hubo intención de excluirlo del asado que compartió en la noche de este lunes con los otros jefes de la central obrera y lo invitó a la cena que se concretó anoche.

En el primer cara a cara entre el jefe de Estado y los sindicalistas se debatieron los pasos a seguir ante la situación política y económica actual, además del curso de las paritarias y la posibilidad de un bono de fin de año.

Por la central obrera asistió una delegación integrada por los miembros del triunvirato Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de servicios), representantes de grandes gremios como Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (UOCRA), además de José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

Desde la reunión de este lunes, a la que desde el entorno de Moyano aseguran que no fue invitado, las tensiones existentes en la cúpula de la central obrera se agudizaron a punto tal que el propio Pablo expresó su intención de abandonar la conducción de la CGT.

Si bien desde el entorno de Pablo Moyano buscan bajarle un poco el tono a la situación, el llamado de Alberto, la negativa de su padre Hugo a acompañar la decisión y la falta de consenso entre sus dirigentes de mayor confianza, evitaron que renuncie a su cargo en el triunvirato.

Fuentes cercanas al referente Camionero habían anticipado a la agencia Noticias Argentinas que durante el encuentro con el jefe de Estado el sindicalista plantearía algunos puntos que considera centrales, tales como la necesidad de un aumento por suma fija de aumento a los salarios privados, un punto que mantiene divididos a los máximos representantes de la CGT.

«Sabemos que es un punto en el que hay diferencias, pero es sumamente necesario. Si se implementara, no tiene nada que ver con las paritarias que seguirán siendo libres», expresaron.

Por último, aclararon que la relación entre Pablo Moyano y Alberto Fernández es «buena» y se maneja en términos de cordialidad, además de recordar que «cada vez que Pablo se tuvo que reunir con el Presidente para charlar sobre algo lo hizo sin ningún inconveniente».

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