Por qué las viudas de Moyano se resisten a dejar sus cargos en la CGT

Por qué las viudas de Moyano se resisten a dejar sus cargos en la CGT

La renuncia de Juan Carlos Schmid dejó sin referencia a los gremios ligados al camionero, que rechazan salir del Consejo Directivo frente a la única opción de aliarse al frente sindical kirchnerista.

 

Como todo terremoto, la salida de Juan Carlos Schmid de la conducción de la CGT tuvo sus réplicas durante los últimos días sin que hasta el cierre de esta nota estuvieran definidos los alcances que tendrá el fenómeno. Hasta ahora, sólo uno de la docena de gremios que hace más de dos años se sumaron al Consejo Directivo ocupando los lugares en representación del sector que le responde a Hugo Moyano anunció su salida de la cúpula cegeteista, pese a que se esperaba una corrida general que, de suceder, agravaría las chances de continuidad de las autoridades actuales.

Una de las razones por las que no se produjo una corrida de dirigentes es que la salida del líder de Dragado y Balizamiento ocurrió de manera intempestiva: fue un movimiento que sorprendió a propios y ajenos. 

"Era una posibilidad que sucediera pero no deja de ser un baldazo de agua fría", dijeron a Letra P en la cúpula de uno de los sindicatos que históricamente se alineó con Moyano, donde, además, consideraron que "es una mala noticia el debilitamiento de la CGT en momentos en los que tenemos por delante una alta conflictividad".

 Además de la preservación de la representación sindical en una coyuntura de crisis económica, otro de los elementos que mantiene en suspenso el vaciamiento del Consejo Directivo es la ausencia de espacios alternativos donde poder recalar. Así lo analizó la decena de secretarios generales de origen moyanista que se reunió el martes en la sede de los judiciales para definir una hoja de ruta.

Ese día, Jorge Sola, del Sindicato del Seguro; Roberto Coria, de Guinchero; Carlos Frigerio del gremio Cervecero; Juan Daverio, de Luz y Fuerza Patagonia; Guillermo Imbronio, de los trabajadores de AFIP; Enrique Maigua, de Señaleros; Hugo Benitez, de los textiles, y el anfitrión Julio Piumato, definieron continuar dentro de la conducción sindical. La excepción fue Juan Pablo Brey de Aeronavegantes, que ratificó su intención de renunciar y la concretó el miércoles a través de un comunicado de prensa en el que consideró que, tras la renuncia de Schmid, "ya no tiene sentido continuar formando parte del Consejo Directivo”.

 El mapa de los disidentes orgánicos se completa con el canillita Omar Plaini y el dirigente de Peajes Sergio Sánchez, quienes aún no presentaron su renuncia pero siempre acompañaron los movimientos de Camioneros. En agosto de este año, Omar Pérez, que había reemplazado a Pablo Moyano en la cúpula de la CGT, anunció que renunciaba por la quietud del triunvirato frente a las millonarias multas contra Camioneros. Plaini y Sánchez acompañaron su salida. 

A la hora de resolver su continuidad en la central, los sindicalistas evaluaron que el único destino que ofrecen los Moyano es la integración al Frente Sindical por un Modelo Nacional, el reagrupamiento donde, además del camionero, confluyen la Corriente Federal de los Trabajadores, el SMATA y el sector de los metalúrgicos que conduce Francisco "Barba" Gutierrez.

Desde la llegada al poder del Cambiemos y por diferentes razones, Hugo Moyano y Ricardo Pignanelli experimentaron un acercamiento a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, que se expresó en los últimos tiempos con reuniones bilaterales secretas y declaraciones sobre eventuales apoyos electorales.

 Buena parte de los gremios moyanistas que permanecen en la CGT dista mucho de querer hacer un borrón y cuenta nueva con el kirchnerismo y ve en el Fresimona la construcción de la pata sindical de Unidad Ciudadana. Esta lectura y la decisión de no vaciar la directiva de la central, algo que llevaría irremediablemente a agudizar su crisis interna, son posiciones que tendrán que dialogar con la expectativa de continuidad del ahora dueto que integran Héctor Daer y Carlos Acuña y de los acuerdo políticos que se alcancen para contener una estampida.

La fuga de casi un tercio de los cargos del Consejo Directivo podría ser el golpe de gracia contra la actual conducción, sobre todo, si la corriente moyanista consigue tentar a los dirigentes del Movimiento de Acción Sindical, que conducen el taxista Omar Viviani y el ferroviario Omar Maturano. La incorporación de ambos sectores disidentes podría sumar un volumen suficiente de congresales para enfrentar a gordos e independientes en un Congreso Confederal.

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