El Confederal de la CGT confirmó la renovación de cúpula para el 5 de noviembre

El Confederal de la CGT confirmó la renovación de cúpula para el 5 de noviembre

La central obrera advirtió sobre la gravedad social y económica de la gestión Milei. Furlán y Palazzo reclamaron confrontación, Maturano pidió volver a una conducción única, la puja por la continuidad del triunvirato o retomar la figura del secretario general continua abierta.

Por Luis Autalan.

El máximo órgano ejecutivo de la CGT validó que el 5 de noviembre tendrá lugar la renovación de autoridades de la central para el período 2025-2029.

En efecto, el Comité Central Confederal que sesionó en el salón Felipe Vallese certificó esa fecha en las deliberaciones donde, por otra parte, no se definió si la CGT mantendrá su conducción tripartita o regresará al unicato. Ese tópico continúa siendo una diferencia sostenida entre los gremios que integran la confederación.

El debate incluyó fuertes críticas a la gestión libertaria y la reiteración de que el movimiento obrero debe sostener su unidad de cara a una coyuntura social y económica que los dirigentes calificaron como grave. Los tiempos de diálogo con la administración Milei aparecen agotados, como ya lo habían advertido referentes de la mesa chica cegetista, núcleo dialoguista y dominante en la previa al Confederal.

Entre las voces críticas se destacaron Abel Furlán (UOM) y Sergio Palazzo (Asociación Bancaria), quienes insistieron en que “la única alternativa de hoy es la confrontación”. Una línea que el metalúrgico ya había manifestado a este diario, cuando se preguntó en voz alta: “¿Dialogar, para qué?”.

Por su parte, el titular de La Fraternidad y de la UGATT, Omar Maturano, planteó en el recinto la necesidad de definir si la próxima cúpula será colegiada o tendrá a un secretario general al frente de la CGT. El ferroviario considera que los tiempos del triunvirato como esquema están agotados y corresponde regresar al unicato.

“El ojo que mira al magma”

Las deliberaciones fueron encabezadas por los cosecretarios Héctor Daer y Octavio Argüello, con la presencia de dirigentes de peso como Hugo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), Armando Cavalieri (Comercio), Amadeo Genta (Municipales), Argentino Geneiro (Gastronómicos), Mario Calegari (UTA) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), entre otros. También Maia Volcovinsky (Judiciales), Cristian Jerónimo (Vidrio) y Jorge Sola (Seguros), mencionados como posibles integrantes de un nuevo triunvirato.

No estuvo presente Luis Barrionuevo (Gastronómicos), aunque anticipó aL portal Infogremiales, que sus candidatos para un eventual colegiado cegetista serían: Sebastián Maturano (La Fraternidad), Gustavo Vila (Carga y Descarga) y Aníbal Lubaczewski (Textiles), todos integrantes de la Juventud Sindical Peronista.

El Confederal, en su carácter de máxima instancia de la CGT, tiene a su cargo la definición de directrices políticas y organizativas. Entre sus atribuciones figuran la elaboración de reglamentos para los órganos internos, la aprobación de la línea política general y la designación de la Comisión Arbitral, encargada de resolver conflictos dentro de la central. Este jueves, además, se confirmó la convocatoria al Congreso General Ordinario que se realizará en el estadio de Obras Sanitarias el 5 de noviembre. Allí se renovarán las autoridades de Azopardo —36 secretarías y 14 vocalías— y se pondrán a consideración las memorias y balances 2021-2024, además de la eventual autorización de un Congreso Extraordinario.

La participación estuvo restringida a las organizaciones con aportes al día. La representación se determina por el tamaño de cada gremio: los que cuentan con hasta 10.000 afiliados están representados por su secretario general o presidente; entre 10.000 y 50.000 pueden sumar un delegado adicional; y los que superan los 50.000 afiliados incorporan dos delegados más.

En perspectiva histórica, el Comité Central Confederal ha sido escenario de definiciones trascendentes en la vida interna de la CGT, desde la adopción de conducciones colegiadas hasta los virajes hacia liderazgos únicos en contextos críticos. En esta ocasión, las deliberaciones se dieron en paralelo a un clima de movilización sindical y social marcado por el rechazo a los vetos presidenciales en materia de salud y educación, lo que proyecta al Congreso de noviembre como un punto de inflexión no solo en la estructura de conducción, sino también en la relación de la central con el gobierno libertario.

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