CGT monta ensayo de unidad y se abroquela contra flexibilización laboral de JxC

CGT monta ensayo de unidad y se abroquela contra flexibilización laboral de JxC

La central hará este miércoles un Comité Confederal con presencia de todos los líderes de los sindicatos como paso previo al congreso de renovación de autoridades del 11-N. 

La CGT reunirá este miércoles su Comité Central Confederal, una de sus instancias más emblemáticas y con protagonismo excluyente de todos los secretarios generales de los gremios que la componen, para fijar la agenda del congreso de renovación de autoridades pautado para el 11 de noviembre y, de paso, exhibir unidad frente a los planteos de flexibilización laboral lanzados por la oposición.

El encuentro en la sede de la central en la calle Azopardo contará con la participación de los sectores tradicionales de su jefatura y, por primera vez en tres años, el regreso a un debate formal de la organización del sector que lidera Hugo Moyano.

El proceso de recambio había sido ideado para acompañar un eventual triunfo del Frente de Todos en las elecciones legislativas pero el resultado adverso de las primarias obligó a los dirigentes a replantear su estrategia. De planificar una CGT fortalecida para coparticipar con el Frente de Todos los beneficios de un escenario de bonanza económica e iniciativa política los gremialistas pasaron a diseñar una central unida bajo el mandato de frenar cualquier intento legislativo para modificar el régimen laboral, y también para cerrar filas ante un eventual intento de Cristina Kirchner por avanzar sobre sus estructuras a caballo del debilitamiento de Alberto Fernández.

Para el encuentro los sectores mayoritarios de la central esperan un presentismo abrumador. Los "gordos" de los grandes gremios de servicios y los "independientes" de buen diálogo con todos los gobiernos abrirán el debate con los leales al camionero (irá Pablo Moyano) nucleados en el Frente Sindical por el Modelo Nacional (Fresimona) y los referentes de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), los principales grupos que permanecen afuera del Consejo Directivo y que rivalizan con la actual conducción. También estarán el espacio de Luis Barrionuevo, que tiene a Carlos Acuña en una de las dos sillas de secretario general de la CGT, los dirigentes del transporte y una ristra de sellos que conviven bajo el paraguas de Azopardo con mayor o menor cercanía a la cúpula.

En lo formal el temario contendrá tres ejes: en primera instancia el Confederal aprobará el llamado a un congreso ordinario de elección de nuevas autoridades (los actuales mandatos están vencidos desde agosto pasado y prorrogados por orden del Ministerio de Trabajo a raíz de la pandemia) para el 11 de noviembre; en segundo término se someterá a votación un diferendo entre el gremio de mecánicos (Smata, de Ricardo Pignanelli) y el de los garagistas (Acuña) por la representación de los empleados de las estaciones de servicio de las rutas. Por lo áspero de la controversia no se descarta un clamor para diferir una resolución.

El tercer eje será autorizar al Consejo Directivo para convocar a un eventual congreso extraordinario previo al ordinario para reformular el estatuto frente al compromiso asumido por la actual conducción de la CGT de integrar a sus cuerpos directivos la paridad de género. Se trata de un tópico aceptado por la "mesa chica" de la central pero que deberá pasar el filtro de dirigentes de gremios con abrumadora ausencia de mujeres en sus estamentos intermedios.

La mayor certeza pasa por un documento posterior al confederal que tenga como una de sus banderas el rechazo a las reformas laborales impulsadas por el macrismo, en particular la reformulación de las indemnizaciones y cualquier otro esquema de flexibilización de la actual normativa. Sobre este punto hay un acuerdo preconversado entre los "gordos" y el sector de Moyano.

Pero la atención estará, sobre todo, en la puesta en escena de la distribución del poder en los diferentes sectores con vistas al congreso. En la historia contemporánea la CGT jamás sometió su jefatura a una votación y en todos los casos la definió, con formato unilateral o colegiado, de manera consensuada por parte de los presentes. En el peor de los casos, la resolución derivaba en una fractura. Todo indica que para noviembre se propondrá un esquema de secretaría general compartida para reemplazar al actual, que arrancó como triunvirato y que en la actualidad funciona con el binomio de Acuña y Héctor Daer (Sanidad).

De prosperar las iniciativas unionistas el escenario más factible es que una de las jefaturas siga en manos de Daer, otra se le ofrezca a Hugo Moyano (para proponer allí a Pablo, su hijo mayor, o a otro dirigente de su entorno) y surja la chance de que una tercera silla quede para el rubro industrial, con Antonio Caló (metalúrgicos, UOM) como decisor. En orden decreciente habrá reclamos de la CFT, alineada con el kirchnerismo y con el bancario Sergio Palazzo como principal referente, y de Barrionuevo, con menos chances en ese contexto de retener una secretaría general.

Este martes el sector de Moyano consiguió otra foto destinada a mostrar volumen sindical: reunió en Camioneros a otros 22 gremios del transporte. Lo hizo para exhibir una aparente mayoría en su favor para otro congreso, el del sello que agrupa a las organizaciones del transporte (CATT), que debe resolver el 7 de octubre su jefatura. Los actuales líderes, el colectivero Roberto Fernández y el maquinista de trenes Omar Maturano, de buena relación con la actual conducción de la CGT, intentan reelegir al portuario Juan Carlos Schmid, que había anunciado su retiro, frente al intento de los Moyano por encaramar allí a un dirigente afín. Uno de los postulantes por el sector de Camioneros es el ferroviario Sergio Sasia, presente ayer en la reunión.

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