La CGT acude al rescate de Alberto Fernández y gana terreno en el Frente de Todos

La CGT acude al rescate de Alberto Fernández y gana terreno en el Frente de Todos

El Presidente recibió a los gremios para presentar los "comités mixtos" de salud en empresas y también charló a solas con Hugo Moyano. 

El Gobierno incorporó definitivamente a la CGT a la estructura del Frente de Todos con una oleada de anuncios, fotos y gestos en línea con el planteo de los sindicalistas de cobrar mayor protagonismo en la campaña electoral y la gestión de la política económica. Con pocas horas de diferencia Alberto Fernández anunció junto a la cúpula de la central el proyecto de ley para la creación de comités mixtos de seguridad e higiene en las empresas que había adelantado Ámbito y recibió a Hugo Moyano, en tanto que Eduardo "Wado" de Pedro hizo lo propio con Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez. Héctor Daer, cotitular de la CGT y candidato a renovar ese cargo, asumió el rol de nuevo vocero de la campaña al cuestionar a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.

La decisión del jefe de Estado de recostarse sobre el sindicalismo tradicional está en línea con la dinámica que le impuso a su gestión a partir de la derrota electoral en las PASO y del cambio de Gabinete con el arribo del tucumano Juan Manzur. Buena parte de la agenda de los ministros esta semana tuvo al menos un capítulo con gremialistas, como las acciones de empalme de planes sociales a trabajo formal en rubros como el de la construcción. Como telón de fondo también subyace el interés de Alberto por una resolución incruenta y unionista de la interna de la CGT el 11 de noviembre y la posible asunción de una nueva jefatura colegiada con la participación de todos los sectores.

El mandatario presentó en el salón Eva Perón de la Casa Rosada el proyecto de ley que enviará al Congreso para la creación de "Comités Mixtos de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos en el Trabajo" que será obligatorio para empresas con más de cien empleados y que deberá cumplirse también en las que tengan menos de ese número y a partir de 10 trabajadores mediante los delegados de cada compañía. La iniciativa, que este diario anticipó en exclusiva en julio, apunta a establecer en cada empresa una instancia de revisión, control y propuestas de medidas para alcanzar ambientes sin riesgos y libres de situaciones de acoso o violencia laboral. Será un eje de campaña con el que el Frente de Todos buscará contrapesar las propuestas de flexibilización laboral lanzadas por Juntos por el Cambio.

Sin empresarios a la vista, Alberto se rodeó de dirigentes sindicales de todas las centrales: Daer y Carlos Acuña junto a Antonio Caló (metalúrgicos, UOM), Andrés Rodríguez (estatales, UPCN), Gerardo Martínez (albañiles, Uocra) y Noé Ruiz (modelos), por la CGT; Hugo Yasky (impulsor central de la iniciativa) con Roberto Baradel (docentes bonaerenses, Suteba), Daniel Catalano (estatales porteños de ATE) y Roberto Pianelli (metrodelegados), de la CTA de los Trabajadores; Ricardo Peidró (visitadores médicos) y Hugo Godoy (ATE nacional), de la CTA Autónoma, y Héctor Amichetti (gráficos, FGB), Marina Jaureguiberry y Patricia Mounier (ambas de docentes privados, Sadop) y Vanesa Siley (judiciales, Sitraju), por la Corriente Federal de Trabajadores.

El Presidente se hizo a tiempo para recibir también a Hugo Moyano. Lo hizo por fuera de la agenda oficial y en la Casa Rosada sólo dijeron que se trató de atender "un tema personal" del líder de los camioneros, que acudió a la cita con su hijo menor, Jerónimo. No es la primera vez que el exjefe de la CGT se ve a solas con Alberto casi en paralelo con otras audiencias del jefe de Estado con la actual cúpula de la central obrera, en lo que se considera una suerte de diplomacia destinada a evitar celos. En ocasiones anteriores Moyano también fue con su hijo menor, quien suele acompañarlo en gestiones tan diversas como las asambleas de Camioneros y las del club Independiente como un secretario privado.

En paralelo Wado de Pedro recibió a Martínez y a Rodríguez, dos negociadores de la CGT e integrantes del grupo de los "independientes" que cultivan el buen diálogo con todos los gobiernos. La charla, con la excusa de avanzar con el plan de empalme de programas sociales a empleo, tuvo como fin político volver a encarrilar la relación entre la central sindical y La Cámpora, habitualmente sujeta a chispazos que rememoran el peronismo de los años 70.

La secuencia de ayer acercó como nunca antes la agenda política al postulado de Héctor Daer en el arranque de la gestión de Alberto Fernández en cuanto a que la central no sería un mero factor de poder sino un engranaje más del Frente de Todos. El propio mandatario comenzó a poner en hechos esa premisa incluso antes de la derrota electoral con el compromiso de asistir con 11.400 millones de pesos a las obras sociales sindicales por sus gastos extra en atención a los discapacitados durante la pandemia.

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